Ganan $19.000. Son las trabajadoras de limpieza del hospital Centro de Salud de Tucumán. Más de la mitad de ellas ya se contagió de Covid-19.
“Despedimos con aplausos a cada compañero que se muere, pero en lo único que pensamos es a quién vamos a aplaudir la próxima vez”.
Tienen entre 20 y 30 años de antigüedad. Pasaron las crisis por el cólera, el VIH, la gripe A y el dengue. “Pero nunca soñamos vivir una situación así”, dicen.
Cuentan que, cuando ven que el gobierno flexibiliza otra actividad ellas se desesperan. Que no dan abasto con la cantidad de pacientes y residuos patológicos porque son cada vez menos. Y tampoco dan abasto por sus compañeros aislados, todos los días alguien nuevo.
Ni siquiera tienen la tranquilidad de ser empleadas públicas. Son contratadas de una cooperativa antigua. Cuando vuelven a las casas, viven encerradas en una habitación para no exponer a sus hijos y a sus nietos.
El mundo dentro del Centro de Salud es otro. Mientras más desesperante es la situación, mientras menos pueden hacer para contener la cantidad de casos, ven por la ventana cómo los tucumanos salimos cada vez más.Y dicen, sin dudar: “sí, necesitamos 15 días de fase 1”