La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, realizó hace unas semanas una denuncia penal afirmando que 20 presos de la comisaría de Yerba Buena fueron sometidos a golpizas con tonfas (bastones o cachiporras) por policías de Infantería, de la patrulla motorizada y de la Comisaría de Yerba Buena. El hecho sucedió en la madrugada del 16 de enero. Desde La Nota hablamos con familiares de los detenidos y el referente del MTE Liberadxs, Ramón Castillo.
Según señala la denuncia de Carlos Garmendia, abogado referente de la Secretaría de Derechos Humanos de La Nación, la agresión ocurrió en la madrugada del lunes 16 de enero cuando los detenidos estaban durmiendo en la Comisaría de Yerba Buena. Hubo apremios ilegales, torturas y uno de los jóvenes manifestó que fue violado por los efectivos en ese contexto, lesiones que fueron constatadas por un médico legal.
“A mi hijo que tiene 21 años lo golpearon en la cabeza y él tiene epilepsia. Los policías de esa comisaría sabían que tenía este problema de salud y dañinamente lo golpearon. Ellos nos contaron que los obligaron a arrodillarse, los desnudaron y los apilaban uno sobre otros. Todo esto pasaba mientras la Villagran (subjefa de la Comisaría) filmaba todo y se reía”, cuenta Carina, madre de uno de los detenidos.
Según la versión policial, los reos iniciaron un “alboroto” y había “peligro de fuga”. La subjefa de la Comisaría de Yerba Buena, Fabiana Villagrán, pidió ayuda a Infantería y la motorizada, que se encuentra al lado de la Comisaría. Luego de la denuncia, Villagrán fue trasladada.
Desde el MTE Liberadxs acompañan a las familias de los denunciantes. “Las familias tienen miedo de denunciar a la policía porque sabemos que existe una familia policial que se protege a si misma. Algunos de los detenidos fueron trasladados a otras dependencias y en el traslado también fueron golpeados”, retrata Ramón Castillo referente del MTE.
“Comen a metros de donde defecan, les dan botellas de agua para bañarse y hay veces que hay 40 y 50 personas en la comisaría. Se contagian de hongos y de sarna. El trato que reciben los detenidos es inhumano”, agrega Castillo.
Los detenidos que denunciaron torturas tienen entre 20 y 30 años, algunos están con prisión preventiva y otros sin sentencia. Luego de la golpiza, algunas de las víctimas fueron trasladadas por orden de la jueza de ejecución Ana María Iácono a otras dependencias como las comisarías de Marti Coll, Los Pocitos, Tafi Centro, Villa Mariano Moreno, uno de ellos fue a la Unidad 3 y dos al Servicio Penitenciario.
“La propia policía le dijo a los familiares que no sigan con la denuncia pero nosotros vamos a seguir porque aunque nuestros hijos hayan cometido delitos no merecen ser tratados así”, detalla Carina.
La mujer cuenta que ella y su esposo siempre le llevaban comida a su hijo a la Comisaría de Yerba Buena pero no podrá hacerlo más ya que el joven fue traslado a la Comisaría de Tafí Viejo.
El comisionado por la sociedad civil del mecanismo provincial contra la tortura, Fernando Korstanje, intervino tras recibir fotografias de los detenidos golpeados. El funcionario entrevistó a las victimas de manera colectiva por miedo a futuras represalias.
Entre los testimonios que recopiló Korstanje constató las heridas de 20 torturados. Tomó fotografías que adjuntó luego al informe de la Comisión y ante la Secretaría de Derechos Humanos de Nación.
Relevó además que dos de los detenidos padecen epilepsia y que fueron golpeados brutalmente y que un detenido fue quemado con cigarrillos por negarse a apilarse desnudo sobre otro detenido.
Violencia sexual como tortura
Korstanje dijo, en diálogo con Página 12, que otro joven, ya habiendo sido trasladado el miércoles último a otra dependencia policial, le informó que fue violado por efectivos con la tonfa, estas lesiones fueron constatadas por el médico forense.
El interno cumplirá la totalidad de su condena en mayo de este año, la pena que tenía era de un año y tres meses. El comisionado expresó particular preocupación por el joven, debido a que había sido señalado por la comisaría Villagrán y por el comisario Marcelo Risso Patrón “como líder” del grupo.
Korstanje contó que el joven se había cosido la boca y los párpados antes “porque le negaron la libertad condicional, pese a tener todos los informes positivos”, por un informe del Consejo Correccional, que dijo “que no les consta que durante la condena haya hecho educación, talleres, tratamiento psicológico. No lo hizo porque está encerrado en un calabozo las 24 horas”, señaló.
“Estamos en democracia y esto no puede pasar”
Carina afirma que están transitando días muy dolorosos. “Mi hijo tiene 21 años y tengo miedo que él se autolesione. Siempre me dice que se va a matar porque no quiere hacernos sufrir. Yo se que hay gente que no le importan los presos pero no pueden vivir así, todos merecemos vivir en condiciones dignas aunque estemos cumpliendo una condena. En este caso mi hijo no tiene condena. Estamos en democracia y se supone que estos tratos se habían terminado. Me duele de verdad todo esto pero ojalá que sirva para que no vuelva a pasar en ninguna comisaría, ni en ninguna cárcel. Yo no se como hay que hacer pero hay que sacar desbaratar a esta policía” , finaliza.
Las familias se encuentran acompañadas por el delegado de la Secretaría de DDHH de la Nación y otros abogados como José Ginés Araez, del Movimiento de Trabajadores Excluidos. La denuncia recayó en la Unidad Fiscal de Delitos Complejos.
El sistema de encierro en Tucumán está en crisis hace años. “El 47% de las personas privadas de la libertad están alojadas en dependencias policiales en pésimas condiciones de detención y, como en Yerba Buena, hacinadas”, informó el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) a través de Twitter.
En agosto de 2020, durante la pandemia, un grupo de policías de la Comisaría de Famaillá se emborrachó y golpeó a los reclusos. Dos policías fueron detenidos por los apremios apremios ilegales a los reclusos.
Un año después, en septiembre de 2021, cuatro mujeres detenidas en la Brigada Femenina de Concepción, murieron en un incendio. Y bajo las mismas condiciones en 2015, dos detenidos murieron en la comisaría de Yerba Buena.