Así lo señaló Paula Boldrini, Arquitecta Docente Investigadora del Conicet y de Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán.
En el marco de la Diplomatura “Promoción Social del Territorio”, la arquitecta Paula Boldrini se refirió al fenómeno de las tomas de tierra y al déficit habitacional que existe en Tucumán.
“Tenemos una provincia con cientos de asentamientos informales. En el área metropolitana hay alrededor de 400 barrios populares y solamente estamos hablando de la situación de extrema pobreza. Hay muchos otros barrios, incluso generados desde las propias instituciones públicas, que no llegan a tener todas las necesidades urbanas o se habitan resueltas” comentó la arquitecta en diálogo con Radio Universidad.
Además señala que hay jóvenes que siguen viviendo en las casas de sus padres “porque no tienen a donde ir”, lo cual significa una situación también de déficit habitacional.
Para la investigadora del Conicet, “el déficit habitacional, forma parte del menor cantidad de problemas que tenemos como sociedad, ocasionada por la falta de trabajo que impide que uno pueda tener ingreso para resolver todo un abanico de necesidades”.
“Estamos frente a un fenómeno de muy amplio espectro donde las tomas de tierra son algunos de los aspectos más visibles del problema y que además esa visibilidad aparece con un enorme grado de violencia” detalla.
Pero la arquitecta, apunta a que esa violencia también “es ejercida por aquellos grupos que impiden que la sociedad en general pueda tener acceso a los recursos y a las fuentes de trabajo”.
Existe un histórico déficit habitacional en Argentina. La exministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa, había estimado en recientes declaraciones que en el país faltan unas 3,6 millones de viviendas, o sea un tercio de la población argentina.
En estos últimos tiempos, se ha puesto en la opinión pública la toma de tierras a partir de casos como Guernica, “que finalmente terminan desalojado en vez de ser resuelto” y “generan un precedente en el que se estigmatiza la toma de tierra de la misma manera que se estigmatiza la pobreza”.
La profundización de las desigualdades en el acceso a la vivienda “donde los sectores populares tienen que buscar algún espacio a cualquier precio para poder establecerse, optando por una opción como asentarse en un lugar sin poder comprarlo, sin poder hacer una negociación porque pareciera que nadie está del lado de ellos”.
“Muy pocos gobiernos operan tratando de viabilizar el acceso a la vivienda. Siempre se privilegia la propiedad privada y se deja atrás una necesidad muy anterior a la propiedad privada, que es la necesidad de habitar dignamente algún lugar” relata.
No hay planes de vivienda para los informales
Según explica Boldrini, si bien en las últimas décadas la cuestión de la vivienda se abordó desde el Estado no se ha podido abarcar “la magnitud que tiene el problema”.
“Los planes de vivienda generalmente se han destinado a los sectores que podían pagar a largo plazo, con bajo precio y demás. Cuando decimos que las viviendas del Estado se hace para la gente que tiene trabajo formal, lo cual es muy necesario, también estamos diciendo que toda la gente que no lo tiene, que es una enorme cantidad de población, no puede acceder a las viviendas del Estado” asegura.
En este sentido, la arquitecta aclara que desde el 2003 en adelante ha habido una cartera de vivienda importante para los sectores que no pueden pagar. “Pero la magnitud del problema, la cantidad años sin respuesta no ha hecho que no pueda dar muy por detrás de la necesidad” insiste.
Para los sectores informales, las viviendas “son de menor calidad a los que la pueden pagar y esta diferencia no debería existir”.
“Durante los cuatro años del Macri, no se realizó obra pública. Ahora estamos analizando que en el área metropolitana, por ejemplo, no hay prácticamente obra de vivienda pública” asevera Boldrini.
La propuesta de la Diplomatura
La propuesta de la Diplomatura Producción Social del Territorio aborda el problema del hábitat, que según afirma la arquitecta Boldroni, está asignado por un modo muy estereotipado, en la que la participación de la comunidad aparece como algo imposible.
“Uno dice bueno, ´le dan casa además quieren preguntarle como quiere la casa´, ¿por qué no?. Miles de profesionales sin trabajo que podríamos estar abocados a esa tarea y formados para desarrollar un hábitat a partir de las necesidades precisas de la comunidad, generando identidades que sean ricas y no desigualdades, como se genera ahora” explica.
La Diplomatura no está orientada para una disciplina particular, “sino todas aquellas disciplinas que quieran intervenir en la producción del hábitat, de la mejora de las condiciones de vida, pero de manera participativa” concluye Boldroni.