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“Carnaval surrealista” fue la última acción del grupo Lateral -conformado por artistas visuales y gestores- y fue organizada junto al curador e investigador porteño, Santiago Villanueva, quien explora los terrenos de la pintura surrealista en un ir y venir de producciones pasadas y contemporáneas. Desde La Nota elaboramos un recorrido por registros y reflexiones de la que fue la acción Nº 12, que tuvo lugar en la casa-museo Dumit en San Miguel de Tucumán.
“Estimado amigo:
Me complace que le haya interesado mi pintura, me dedico a pintar desde que me acuerdo en ésta mi ciudad –Tucumán- caliente, nada ordenada, yo diría algo rea, con muchas contradicciones y, por todo esto, apasionante”, comienza Siesta, una carta escrita en el año 2002 por el artista Ernesto Dumit, que recibe -en hoja de sala- al público de la casa-museo que lleva su nombre en calle Italia 536. “Aquí está mi vida y mi pintura. Aquí está clavado mi caballete y ha sacado raíces que son mis raíces. Éste es mi lugar en el mundo”, continúa.
Surrealismo made in Tucumán
“Galardonado con todos los premios de la provincia de Tucumán, el Gran Premio de Honor 1981 es justicieramente un reconocimiento a una labor creadora excepcional”, destacó Rafael Esquirru en el diario Clarín, un año antes de que Dumit muriera en octubre de 2007. “Entre los legendarios artistas tucumanos sin dudas reconocemos a Ernesto Dumit como un viejo lobo al acecho listo para sorprendernos con bravuras de arte mayor”, sentenció Silvia Leonor Agüero en La letra chica, año 2006.
Existen decenas de grandiosas reflexiones -dentro y fuera de la provincia-, sobre el trabajo de Ernesto Dumit a lo largo de su carrera, elaboradas por críticos, curadores y artistas que fueron recopiladas recientemente por el investigador y curador Santiago Villanueva.
“Disculpe señora, ¿podría decirme dónde queda la Casa Dumit?”, preguntó Villanueva al azar en una calle, a pocas cuadras de la casa museo en cuestión. “No, no tengo idea, no vivo por aquí, pero preguntale a ella”, dijo la mujer señalando a otra que estaba abriendo la puerta de su casa. Obediente, Villanueva interrogó con la misma pregunta a la persona indicada. “Sí, sí. Es aquí a la vuelta sobre calle Italia”, afirmó la vecina. “Ah bueno, muchas gracias. ¿conoce usted la casa?”, interrogó. “Fui una sola vez”, respondió la segunda mujer.
Ocho ojos ven más que seis (a veces más si son de afuera)
“El proyecto de Carnaval surrealista fue una consecuencia de mi primer viaje a Tucumán el año pasado, también convocado por los miembros de Lateral: Gaspar Núñez, Florencia Sadir y Hernán Aguirre García. En esa oportunidad hicimos un recorrido por distintas instituciones de la capital tucumana–por lo general museos y casa museos- y galerías, entre ellas la Casa Dumit. Paralela -y anteriormente-, desde mi desempeño curatorial trabajé en relación al surrealismo y respectivas obras en Argentina”, señaló Santiago Villanueva en un diálogo para La Nota.
Precedentes surreales
“En 2017 organicé y curé una muestra colectiva que reunió casi 60 obras de artistas de diversas generaciones en la Fundación OSDE (en microcentro porteño) llamada Objeto móvil recomendado a las familias (título de una obra de Max Ernst), donde trabajé un poco el imaginario y el itinerario del surrealismo desde el Grupo Orión en los años cuarentas hasta producciones contemporáneas, repensando un poco qué podía ser el surrealismo argentino. Aquel grupo (Orión) intentó traer el surrealismo francés a la Argentina en 1939, pero el proyecto duró pocos años y como no tuvo éxito, abandonaron cualquier imagen surrealista. Con Objeto móvil… se propuso una lectura de ese fracaso, mostrando deslices o desfasajes de artistas de diferentes generaciones que no han adherido a ese tipo de estética”, introdujo Villanueva.
La obra La indiferencia de Blonda Bug de Mildred Burton (1981 Técnica mixta s/madera 60 x 50 cm), formó parte de Objeto móvil… desde el proyecto curatorial amalgamaron las pinturas con distintas estructuras de hierro en la Fundación OSDE.
“Por lo descripto anteriormente, la producción de Dumit –sobre todo en los años setentas y ochentas- me interesaba y surgió la posibilidad de trabajar con sus obras, imágenes y el formato de casa-museo, que es un campo de estudio e interés que vine abordando desde la investigación y el ensayo; porque las casas-museos mutan y replantean el vínculo entre los objetos cotidianos y los personales de los artistas en relación a su producción y es una particularidad que el aquel viaje a Tucumán vi muy presente en la Casa Dumit, donde muchos objetos que eran de su pertenencia –como bastones, cigarrillos, paletas, máquinas de escribir-, se cruzan con su obra pictórica en un mismo espacio a través de un montaje realizado su hijo, Pablo Dumit“, explicó Villanueva.
Objeto fluctuante
“El surrealismo sobrevive como un momento de investigación adolescente, donde se mezcla una actitud rupturista con una seguridad en las formas, un momento de indecisión y dudas, volcados en una mecánica inesperada. Esta reunión de obras respeta una memoria inestable del surrealismo o el superrealismo, en Argentina”, apuntó Santiago Villanueva en un fragmento del texto curatorial de la muestra recomendada a las familias.
Lateral Nº 12 en la Casa Dumit
Carnaval surrealista fue un trabajo conjunto entre “Santi” y el equipo de Lateral, a través de un extenso cruce de intereses compartidos y negociados. Fue el 22 de septiembre, en un evento acotado -de un día- “para ajustarse a la temporalidad de un carnaval con distintas apariciones a lo largo de la tarde de los y las artistas que formaron parte del proyecto”, agregó. Estas apariciones fueron anunciadas por micrófono con el nombre de cada artista que se iba sumando.
Leonardo Iramain, Laura Códega, Carlota Beltrame, Ernesto Dumit, Pablo Jerónimo Dumit, Mariano Eme, Juan Ojeda, Maria Guerrieri, Cecilia Lujan, Gladys Montaldo, Felipe Alvarez Parisi, Carla Grunauer, Matías Tomás, Marcos Figueroa, Maxi Castro, Myriam Holgado, Nina Kovensky y Lucrecia Lionti, fueron los y las artistas que conformaron Carnaval surrealista, junto a las editoriales independientes Perrito Moreno Editorial y Metralleta Editorial.
“Los y las artistas convocadas se desprendieron un poco de las imágenes que producía Dumit en los setentas y ochentas. Esta suerte de fenómeno se ve con bastante frecuencia actualmente, es decir, que muchos artistas recuperan imágenes vinculadas a temas como la ciencia ficción, a la fantasía -o al mismo surrealismo-, ya sea desde un lugar algo automático o desde la conformación de algunas imágenes”, explicó el curador casi en un acto tautológico en relación a la gestión de Lateral, donde sus integrantes -desde la particularidad de sus producciones individuales y grupales-, interpelan a artistas y obras del pasado tucumano en tiempo presente. Tal fue el caso de Gaspar Núñez con la obra Taceles elaborados a partir de una alegoría de la libertad construida en 1904, señalando a Lola Mora y los efectos de aquella monumentalidad en tiempos actuales.
“Muchos de los artistas (que fueron propuestos por Lateral) son tucumanos y tucumanas -residentes y no- para que pudieran hacer acciones, intervenciones sobre la casa de Ernesto Dumit, como fue Juan Ojeda con un desfile de empanadas, Marcos Figueroa con un registro narrado en formato video apuntando a un archivo del carnaval. Luego Cecilia Luján narró historias de su encuentro con Dumit cuando visitaba la casa en el último período de su vida”, continuó. “Las propuestas tucumanas se amalgamaron con las de otros y otras artistas que propuse yo, con quienes trabajé anteriormente en la muestra presentada en la Fundación OSDE”, continuó Santiago.
Carnaval surrealista “Ernesto Dumit”
“Es un intento de reunir algunos artistas y algunas obras, la cita es en la casa de Dumit, pintor surrealista tucumano, que mezcló un tenebrismo costumbrista con una infinita paleta de colores tierras y ocres. Este carnaval es un festejo de su trabajo, no un homenaje. No es una reunión de referentes y reflejos, es una breve compañía para sus telas que convivieron solas desde hace varios años. La casa de Dumit es única, no solo por sus obras, sino por las decisiones que acompañan a los objetos. Intervenirla es una situación delicada, inevitablemente invasiva y por eso en necesariamente fugaz. No hay ninguna fecha que conmemorar, sino simplemente potenciar el choque entre casa y museo, la convivencia entre cama y vitrina. Todos estos artistas, por capricho u obviedad, forman parte de este día, donde la obra de Dumit se vuelve por un segundo más próxima, y por qué no, presente de nuevo”.
Santiago Villanueva
“Entre mis férreas convicciones cuento con una que me ha permitido pintar desde siempre: la de que antes de hacer una pincelada, por mínima que sea, es preciso pensar en la vida.
Le adjunto un dibujo hecho a mano alzada. Es una siesta, una siesta del pintor. Este dibujo es para ser leído, no solo porque he escrito palabras en él sino porque cuenta cosas. Léalo y comprenderá más de mí que lo que yo pueda decirle. Reciba mis saludos afectuosos”.
Tal vez sea hora de pasar por la Casa (museo) Dumit.