Ante la proximidad del elevamiento a juicio oral de la causa de Ayelén Gómez, Andhes presentó ante la Cámara Penal Sala IV la solicitud de pedido de cambio de carátula a transfemicidio ya que la misma aún figura como un homicidio simple.
La organización de Abogados y Abogadas del NOA en Derechos Humanos y Estudios Sociales es representante de la querrella en la causa de Ayelén Gómez. Sobre este pedido, Fernanda Marchese, directora ejecutiva de la ONG, insiste que “hablar hoy de Transfemicidios y Travesticidios es urgente y necesario, porque lo que no se nombra, no existe, no se registra y desaparece”.
Ayelén Gómez, de 31 años de edad, fue encontrada sin vida debajo de una de las tribunas del Club Lawn Tenis el 12 de agosto del año 2017. La autopsia determinó que murió por asfixia mecánica por sofocación.
La figura de transfemicidio fue por única vez utilizada por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional n° 4 de la Capital Federal en la causa de Diana Sacayán. “No usarla invisibiliza crímenes de género que siguen siendo caratulados como homicidios simples, incluso sin respetar el nombre de pila de la víctima según su género autopercibido como lo indica el artículo 12 de la ley 26.743 de identidad de género. De esta manera, se omite la gravedad de los mismos, que son el resultado final de una serie de violencias estructurales por las que suele estar marcada la vida de las personas que integran el colectivo de mujeres trans y travestis” comunicaron desde Andhes.
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“El hecho de que en nuestro poder judicial no se aplique aún el término Tansfemicidio/Travesticidio, ni siquiera como presunción en la etapa de instrucción, la que se puede ir descartando con el paso de las pruebas, nos pone en la necesidad de solicitar el cambio de carátula fundamentado en el artículo 80 del código penal, donde se expresan los crímenes por odio a la orientación sexual, a la identidad de género y a la expresión de género, como tipos agravados del delito de homicidio”, indicó Martín González, abogado de Andhes y representante legal en la causa.
Los términos travesticidio y transfemicidio son usados para nombrar estos crímenes de género. Este término doble expresa la identidad política y a su vez es suficiente para que otras feminidades trans puedan ser representadas.
Al transfemicidio de Ayelén en 2017 le siguieron el de Lourdes Reinoso y Cinthya Moreira en 2018. A esta lista se sumó Gala Perea en el 2019.
“Las particularidades en los asesinatos de las mujeres trans antes mencionadas se traducen en un mensaje de poder enviado por el agresor sobre los cuerpos. Cuerpos violentados, desnudados y con signos muy visibles de golpes, heridas y desmembramiento, que pueden ser leídos claramente como señal de ensañamiento, humillación, odio y discriminación en un contexto hostil, que permite esta clase de violencias, menoscabando y vulnerando su existencia”, consideró Fernanda Rotondo, coordinadora del área de Género y Derechos Humanos de Andhes.
La violencia contra las personas trans, particularmente las mujeres trans y travestis, es el resultado de la combinación de varios factores: exclusión, discriminación y violencia en el ámbito de la familia, de la educación y de la sociedad en general.
La incorporación de la perspectiva de género dentro del sistema de justicia se traduce en un mensaje de visibilización. “Este mensaje podría contribuir a darle fin a la impunidad, dando cuenta que el Estado no convalida estas conductas, que no las naturaliza y que las sanciona con la gravedad que merecen, por tratarse de una expresión de las violaciones más cruentas a los derechos humanos de este colectivo”, concluyeron desde la organización.