En el marco de su #GiraAgreste por el noroeste argentino junto a Ezequiel Borra, Sofía Viola realizó dos presentaciones en Tucumán con un show que incluyó interpretaciones del dúo e intervenciones solistas. Para ella las giras siempre son una excusa para algo, como visitar amigxs. “La huella en el cemento”, su próximo disco, es producido por Borra quien también produjo su anterior trabajo, Júbilo.
Por: Mariana Rodríguez Fuentes
Fotos: Mariana Leder Kremer Hernández
¿Cuál será la característica distintiva de tu nuevo trabajo respecto a los anteriores?
Sofía: Tiene mucho que ver con lo urbano; no es Júbilo o Parmi, que son discos que tienen que ver con el color, el amor; acá es cemento, te ubica en un contexto más real. Este disco y la banda con la que lo grabamos tiene un formato más eléctrico. En mis discos anteriores hubo un proceso de creación y producción más artesanal y a la ligera. No pensaba tanto en el concepto del disco, o en la estética. Cada disco tiene su modo, por ahí se alargan o se aceleran, este último viene de un proceso de tres años tocando con banda, yo siempre tuve “bandas de ocasión”, pero nunca terminaba de consolidar un equipo, finalmente aparecieron unos personajes y medio que el disco fue armándose a partir del trabajo con ellos. El repertorio elegido fue entre todos y hay presencia del color de banda.
Aunque no hay fecha confirmada, el disco que fue grabado con la banda sonando en vivo, saldrá a las urbes digitales apróximadamente en mayo.
¿Cómo es producir un disco desde los circuitos independientes y autogestivos?
Pertenecer a un circuito independiente es una elección y es un orgullo. Algunas veces sentís que un disco grabado en una casa tiene más alma que uno de, por ejemplo, Ricky Martin, que suena a robot, donde todo está producido muy industrialmente. En una producción independiente a veces con muy pocos elementos podés hacer cosas muy lindas, además de que en este circuito hay mucho apoyo entre músicos, colegas, amigos.
“La huella en el cemento” fue grabado en estudio casi en su totalidad y es la primera vez que la cantautora invierte dinero para hacer un disco de esa manera, mientras aspira a realizar un producto de mayor calidad para que suene bien en cualquier reproductor, aunque asegura que el estudio le resulta frío y prefiere grabar en la casa.
“Hay tanto trabajo detrás de la música, de una canción, y por ahí que no suene bien es una pena, porque es un trabajo desperdiciado”.
Como música y cantautora, ¿cómo te interpela este momento social de ebullición del feminismo?
En el ambiente en que me muevo nunca me sentí echada a un costado sino al contrario, quizá di con entornos artísticos muy inclusivos en donde había un montón de disciplinas y gente haciendo distintas cosas y todos éramos parte de eso, no llegué a vivir esa parte del machismo en la música. Mis bandas son varones, y ahora tengo un un trío con dos Chilenas (Ikanusi) y ahí estoy sintiendo ese poder de lo femenino, de las mujeres plantadas.
A mi me encanta lo que está pasando, estoy conectando mucho con las mujeres. Me toca tener colegas que admiro muchísimo y son casi todas mujeres, como Luciana Jury, Zulema Montenegro, Charito Bogarin, de hecho creo que hoy en día la escena está tomada por mujeres.
Tu último trabajo haciendo tangos parece una respuesta ante el machismo.
“A mí no” es una canción que compuse cuando tenía 16 años. Yo empecé cantando tango, mi viejo me insistía mucho con eso, me decía que componga mis tangos, que no había ninguna mujer hablando de eso. De chica la escuchaba a Tita Merelo, pero no podía creer lo machista que era todo, por ejemplo la letra de “Mi Papito”: “Yo quisiera que me fajes pa quererte, mi papito; yo quisiera que me dejes de ambulancia, mi papito”. El tango sigue siendo machista, en la escena no hay muchas mujeres cantautoras, y las que hay por lo general cantan como hombres, imitando. Yo no me especialicé en el tango, pero tengo ganas de hacerlo, de hecho el EP con los tres tanguitos fue una idea de Ezequiel para ir sacando algo hasta que llegue el nuevo disco; tengo muchas ganas de meterle pilas a esto también y contribuir al género.
Mencionaste a tu papá, ¿cómo eran las relaciones en tu casa?
La dinámica en mi casa era siempre al revés de lo normal, mi viejo era más dedicado a las tareas de la casa, él ama eso. Y mi vieja y abuelita son mujeres que han luchado mucho, muy autónomas e independientes. Ellas se hicieron su lugar, mi vieja siempre se hizo respetar, no toleraba la falta de respeto hacia ella o nosotras. Yo siento que sin que se haya nombrado la palabra feminismo en mi casa, vengo de un matriarcado. Hoy en día estamos armando un espacio en la casa en donde cocinamos, abrimos las puertas y se genera un espacio para amigas, mujeres, artistas, y sin darme cuenta me sintonizo cada vez más con toda la movida del feminismo.
¿Cuáles son las ideas que te movilizan para escribir canciones?
La vida misma, lo que va pasando. A veces hago canciones sin pensarlas, me suceden. También hay muchas canciones que las hice a partir de vidas ajenas, como retratos. “Caca en la cabeza” la escribí incluso antes de ser vegetariana, la misma canción me hizo reflexionar después, creo que una expresa deseos a través de las escrituras.
“Nuestro paso por la existencia es terrible, pero a la vez es maravilloso y hermoso. Yo me asombro de todo”.
Sofía Viola regresa a Buenos Aires donde tiene varias fechas confirmadas, incluyendo un concierto el jueves 8 de marzo, día del próximo Paro Internacional de Mujeres.