Terminaba la masiva del marcha del Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y no binaries, y entre las fotos y los cánticos se mezclaron los relatos de trabajadoras del Poder Judicial que sufren y sufrieron violencias en su ámbito laboral.
La repercusión fue inmediata. Las frase “a mi también me pasó” o “¿amiga sos vos?” empezó a circular entre los mensajes de celular junto a la nota “Trabajadoras toman la palabra” publicada por este medio. En los testimonios se reafirma que no son casos aislados, sino que es una problemática compleja y transversal a todo el poder judicial.
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Muchas de las trabajadoras que se sumaron a contar las situaciones de violencias vividas ya habían expuesto sus casos dentro del mismo sistema judicial, pero se enfrentaron a una serie de obstáculos sin obtener, hasta el momento, ninguna resolución favorable. “El sistema laboral del Poder Judicial es sumamente expulsivo!¨ había relatado Carla en su testimonio. Las alternativas que se le presentaron a quienes se animaron a denunciar terminan siendo la exclusión de su lugar de trabajo, quedar marcada como la “problemática” o directamente deben “optar” por la renuncia, y en todos los casos sin consecuencias para la persona que ejerce violencia.
En tanto la que no denuncia, al ver este maltrato por parte del sistema se ve desentusiamada a explicitar el acoso por el miedo a ser revictimizada.
Los nuevos testimonios dan cuenta que no existen vías internas efectivas para recepcionar este tipo de denuncias y que protejan a quienes sufren violencias.
Debido a la resonancia de la publicación abrimos este espacio para relatar las violencias sufridas de manera anónima y poder relevar la gravedad real de la situación.
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Nota colaborativa con APA Prensa