“El percutir de los bombos, la danza de los cuerpos, el canto que siendo viento enciende nuestras miradas para encontrarnos, abrazarnos y recordar que no estamos solas” con esa frase, el grupo Malamba resume la esencia de su trabajo. Hace una apuesta artística, social y afectiva que transforma la escena del folclore argentino y la conecta con los movimientos sociales, las luchas feministas y las redes comunitarias.

El próximo sábado 29 de noviembre, a las 21 horas, en el Teatro Municipal Rosita Ávila (Piedras 1500), presentan la segunda edición de Retumbe Colectivo, un espectáculo solidario junto a la Orquesta Popular Chivo Valladares del Centro de Trabajo Popular Mate Cocido. Todo lo recaudado con la entradas será destinado a la compra de instrumentos e insumos para la orquesta infanto-juvenil del barrio ATE.

“Malamba empieza a gestarse en 2020, en las marchas por los derechos de las mujeres y las disidencias. Ahí nos encontramos acompañando el retumbe de los bombos y la percusión en la calle. Desde entonces supimos que había algo más que queríamos decir, algo que tenía que resonar”, cuenta Ana Dareli, directora del colectivo artísticos.

Con el paso del tiempo, el grupo se consolidó como una puesta artística integral de danza, percusión y canto conformada por mujeres que desafían la estética tradicional de los espectáculos folclóricos. “Interpelamos lo que se espera de nosotras en el escenario. Queremos mostrar la fuerza, la potencia, la belleza y también la disidencia de ocupar esos espacios desde una mirada feminista, popular y colectiva”, explica Darelli.

El Retumbe como espacio de encuentro

Retumbe Colectivo nació del deseo de organizar un evento propio, que las identifique y que, a la vez, funcione como puente con otras experiencias de militancia artística. “Queríamos que algo de nuestra historia pueda ser narrado y compartido con otrxs, que lo colectivo esté presente no solo en el contenido de lo que hacemos sino también en la forma: en cómo lo hacemos, con quiénes lo hacemos, para quiénes”, cuentan las integrantes de Malamba.

En esta segunda edición, la apuesta se profundiza. “Decidimos que todo lo recaudado sea para la Orquesta Chivo Valladares, porque es un proyecto hermoso y necesario. En el Centro de Trabajo Mate Cocido niñas, niños y jóvenes de un barrio popular tienen la posibilidad de crear sensibilidades a través de la música. Es un espacio que sostiene vida y esperanza, y queremos acompañarlo con nuestro arte”, agregan.

Para Malamba, Retumbe Colectivo es más que un espectáculo. Es un acto de resistencia cultural y comunitaria. “Queremos que resuenen no solo los bombos en el escenario, sino también las redes de trabajo y solidaridad que se tejen en los barrios, con los vecinos, con el arte y la cultura. Que retumbe todo, en la calle, en los barrios y en los escenarios”, expresa con convicción Ana Darelli.

Ya en el 2024, demostraron que podían crear un espacio que desafíe el tiempo actual de individualismo y que ponga el arte al servicio de las necesidades de sectores populares como los comedores de la organización La Poderosa. “Este abrazo colectivo nos reafirma que no estamos solos, ni solas, que el arte puede ser refugio, denuncia y esperanza. Y que la salida, siempre, es colectiva” cierra la directora con una certeza compartida con las integrantes de Malamba.