La adolescente sueca Greta Thunberg llevó este miércoles la inquietud sobre el cambio climático al Congreso de Estados Unidos. En la audiencia le imploró a los legisladores que tomen “acciones reales” para impedir un desastre medioambiental.
Greta tiene 16 años y desde los 8 años es conciente del problema de la contaminación. La activista recibió ayer en Washington el premio Embajadora de Conciencia de Amnistía Internacional y hoy expuso frente al Congreso.
“Señor Trump. La ciencia sobre el clima está fundada, no es una farsa” señaló Greta y añadió : “A nuestra generación no le importa la política alrededor del cambio climático. Solo queremos respuestas realistas”.
La activista medioambiental citó el informe de Giec, en donde se adverte en 2018 que para contener el calentamiento climático, las emisiones de CO2 tenían que reducirse 45% mucho antes de 2030 y que el mundo debería adquirir la neutralidad de carbono en 2050.
La agenda de la jóven en Estados Unidos incluyó un encuentro con el ex presidente estadounidense Barack Obama, que la alabó como “una de las grandes defensoras del planeta”.
Greta se dió a conocer al mundo en el 2018 cuando en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático pronunció un fuerte discurso: “En el año 2078 celebraré mi cumpleaños número 75. Si tengo hijos, tal vez pasen ese día conmigo y tal vez hablemos de ustedes. Tal vez me pregunten porqué no hicieron nada aún cuando había tiempo de actuar. Ustedes dicen que aman a sus hijos por sobre todo y aún así les están robando su futuro frente a sus ojos”.
Según el perfil que le realizó el New York Times, a los once años le diagnosticaron síndrome de Asperger y el activismo la salvó de su depresión.
A los 12 se hizo vegana y convenció a su familia de cambiar su forma de vida. Tanto es así que su madre, mezzosoprano sueca, interrumpió su carrera para dejar de viajar en avión –por la emisión de carbono que provocan.
El año pasado protagonizó las “Skolstrej för klimate” (Huelga Estudiantil por el Clima) frente al parlamento sueco y logró, gracias a su mensaje, trasnacionalizar los “Fridays for future ”(viernes por el futuro) . Esta protesta se convirtió en un movimiento internacional de adolescentes, estudiantes, artistas, activistas y científicxs, que participan, cada viernes, en manifestaciones en apoyo a la acción climática, algunas con tintes ecofeministas.
El pasado 15 de marzo fue un día histórico en el que más de 1,4 millones de jóvenes manifestaron en 125 países y 2083 ciudades en contra el cambio climático.
Greta es un icono de estas nuevas generaciones que muestran las grietas del capitalistamo, actúan colectivamente y son conscientes de las opresiones de género y clase.
“Quiero sentirme segura. ¿Cómo puedo hacerlo si estamos viviendo la mayor crisis de la historia humana?” ha expresado Greta.
Muchos hablan de Greta como una niña fría, ruda y atemorizante. No es afín a la ternura, es afín a la conciencia. Su personalidad no es más que un condimento para el mensaje que lleva a todo el mundo: alertar sobre la destrucción de nuestra casa, el planeta.