Quienes apostamos al periodismo con una perspectiva que sea respetuosa del género y la diversidad e incorpore esas miradas, celebramos que en los últimos 10 años muchos medios digitales nacieron con ese posicionamiento incorporado.
Pero claro, también están los medios del mainstream, las grandes cadenas y empresas mediáticas que también fueron adaptándose a las narrativas y cambios sociales que exigían formación periodística en materia de género y derechos.
Ahora bien, ¿será que en este último año esos grandes medios le fueron soltando la mano al abordaje progre de las noticias? Y no me refiero al modo de abordar casos como la denuncia contra Alberto Fernández, en donde más de un medio “amigue” hizo hincapié tanto en la denunciante de violencia, Fabiola Yañez, como en la periodista que aparecía en un video, Tamara Pettinato.
La visita de diputados a genocidas condenados y alojados en el penal de Ezeiza tuvo más repercusión debido a las declaraciones de arrepentimiento de la legisladora por LLA, Lourdes Arrieta, que por la opinión de quienes organizaron la visita, Martín Menem, presidente de la Cámara baja, y Beltrán Benedit, diputado por LLA.
Ayer, Arrieta radicó una denuncia contra Nicolás Mayoraz por violencia de género. Sin embargo, más difusión en la prensa tuvo Lilia Lemoine, que dió declaraciones deslegitimado y descalificando a su compañera de espacio político.
En el programa radial “Pasaron Cosas” que conduce Alejandro Bercovich, ayer arrancó su editorial diaria analizando los exacerbos emocionales públicos de los principales funcionarios del gobierno nacional. Empezó su análisis con Sandra Pettovello, Ministra de Capital Humano, abonando ese mito sexista sobre la emocionalidad incontinente de las mujeres.
También ayer, el Gato Sylvestre, en su programa “Mañanas Sylvestres” de Radio 10, luego de que se conociera que Arrieta realizó una denuncia contra un compañero, entrevistó a José Bonacci, padre de Sofía Bonacci, diputada de LLA que también estuvo presente en la visita a genocidas, con el fin de que cuente qué ocurrió en la reunión de la Cámara en donde Arrieta fue agredida. Aquí el periodista no reparó en la particularidad del hecho que una diputada asista con su padre a una reunión de un bloque de diputados (dado que José Bonacci no forma parte de la cámara) ni tampoco en el hecho bastante paternalista y patriarcal, de pedirle a un hombre adulto la opinión sobre el desempeño político de una mujer, también adulta.
Dejo la interpretación para quienes lean este artículo, pero cierro con la pregunta de si es necesario que en la cobertura de la crisis por la que atraviesa la fuerza política que hoy gobierna el país, haya que perder el sesgo de género con el fin de crear más espectacularización, más amarillismo, y sobre todo, jugar a favor del boicot que el mismo bloque dominante de LLA hace.