Margarita Flores nos cuenta de qué se trata este primer capítulo de nuestro año astral. El final antes de un nuevo comienzo.
Por Betiana Álvarez Aráoz
Ya sé, muchos se sorprenderán con esto de la “primavera”, ya que en este lado del hemisferio estamos asomando a los primeros días del otoño. Pero es así, el año astrológico arranca con el Sol brillante y potente en el signo Aries. Venus, Mercurio y Urano, se le unen muy pronto. Esto no solo refleja un ímpetu de inicios a nivel individual, sino que aviva el síntoma de querer imponerle ritmo frenético a una nueva era a nivel colectivo.
El equinoccio de marzo nos trajo un balance entre mañanas de sol, para los osados que aún disfrutan de la pileta y noches frescas para dormirnos acurrucados bajo una manta. Todo parece volverse cálido y las primeras brazas del fuego ariano se hacen sentir en este lado del mundo. Así también estamos nosotros, ¿listos para arrancar?
Para poder contarles de qué se trata este primer capítulo de nuestro año astral voy a valerme de un personaje, decir “personaje” es casi definir a un ariano por excelencia y aquí uno de mis favoritos: Roberto Arlt (02/03/1900).
Este loco autodidacta escribió alguna vez: “Te prevengo que tengo el corazón duro, pero hay momentos en que me dejaría hacer pedazos por el primer desgraciado que se me cruza al paso.”, esto señores y señoras es Aries, pensándosea sí mismo como desfachatado e impulsivo, sabiendo que tiene un corazón enorme y es suyo, aunque apenas le den la primera oportunidad se lo entregaría a cualquiera a cambio de un poco de compañía.Algunos lo pensaran como un demente, y talvez lo sea, pero quien le quita lo bailado, así es el mundo Aries: un fuego visceralpor lo que nos apasiona y la ansiedad de quererlo ya. Aunque de ego se trate este signo logra su equilibrio cuando comprende que necesita y depende de otros para disfrutar de esa pasión, para compartir de a dos o más el impulso frenético de vivir cada día como si fuese el último. La Luna Llena del 31/03 lo dejará muy claro.
Pero para los más cautelosos, tranquilos y a no asustarse, el Universo es sabio y aunque suene a frase hecha, es real. Mientras corremos como enérgicas cabras arianas el terreno se vuelve pedregoso cuando durante 21 días(y hasta el 15 de abril), Mercurio retrogradando, justamente en Aries, aparece a pedirnos calma. Mercurio nos dice: “Tenestanta ansiedad por lograrlo que es por eso mismo que necesitas detenerte. No podes funcionar con el mecanismo estímulo-respuesta de por vida. Tenes que develar por qué haces lo que haces.¿Son miedos propios o ajenos? ¿Contra qué o quién estás luchando como un/a gerrero/a? ¿Vale el esfuerzo o no es desgraciado/a de la frase de Arlt?” Les sugiero que piensen en ello.
Este primer tránsito se siente profundo para muchos, pero como todo cambio importante sucede de a pasos pequeños. Se siente como el final antes de un nuevo comienzo, no hace falta hacerte pedazos por algo que aún no está del todo claro.
Urano y el cambio de era
Muchas veces se piensa a la astrología como eso que solo vienen a dialogarnos a nivel individual y a darnos herramientas para un crecimiento emocional-personal. Sin embargo durante el mes Aires comienza un movimiento planetario que viene a despertarnos de esta creencia. Luego de 7 años, Urano se está despidiendo de la constelación ariana. Urano representa el desapego y Aries equivale, de manera simple, a los deseos del ego.Este movimiento nos advierte que son los últimos tramos para soltar aquellos deseos que ya no condicen con lo que somos.
Este planeta transpersonal representa el vasto e infinito Universo, por eso también en la mitología griega representaba al mismísimo Cielo, es decir, lo que está más allá. Sin dudas, Urano en Aries nos marca el último tramo de que la historia de la humanidad está comenzando un nuevo ciclo. Que debemos liberarnos de la prisión del ego que sólo busca su propio beneficio. ¿Pudiste mirar el Universo dentro y fuera tuyo? ¿Te diste cuenta de que sos mucho más que un pequeño yo?Más adelante este Cielo se unirá a Tauro (Tierra), allí es otro el cantar.
Cierro esta entrega con una frase más de este rabioso ariano, Roberto Arlt: “Es síntoma de una inteligencia universal poder regalarse con distintas bellezas.” Los cambios individuales y colectivos son necesarios y ese horizonte está cada vez más cerca de mostrarnos sus bellezas, no sin antes cachetearnos el ego y animarnos a ofrecernos como un regalo del cosmos.