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Por Nico Colfer publicado originalmente en SOY de Página12 el 15 de Diciembre 2023.
La importancia del sistema público para las vidas trans y los debates sociales pendientes sobre trabajo sexual son parte de las conclusiones del estudio llevado a cabo por más de 50 profesionales de las ciencias sociales y humanidades.
Este año se realizó el Primer Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y Genérica en la Argentina, un estudio llevado a cabo por más de 50 profesionales de diferentes disciplinas de las ciencias sociales y humanidades de universidades públicas con el objetivo de conocer la situación laboral, educativa, de salud, vivienda, convivencia y discriminación de la población LGBT+ a nivel nacional.
El relevamiento estuvo dirigido por Hernán Manzelli, quien pertenece al Centro de Estudios de Población (CENEP) y el CONICET. La Agencia I+D+i otorgó el financiamiento, en convenio con el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad (cerrado ya, de manera ruin, por el entrante gobierno de Javier Milei) y bajo la convocatoria PICTO-Género.
Las personas participantes decidieron voluntariamente completar la encuesta online, que estuvo habilitada entre mayo y julio de 2023. Al cierre, se registró un total de 15.211 respuestas. Por supuesto, la muestra es no probabilística, dado que no se conocen los parámetros censales de la población LGBT+ de Argentina. A la vez, los resultados no son estadísticamente generalizables a la totalidad de esta población, pero brindan información precisa y confiable sobre un gran número de personas.
Género, sexualidad y territorios
El 73,1 por ciento de las personas encuestadas (11.126 respuestas) se consideró cisgénero. La proporción de personas trans, no binaries y de género fluido (22,5 por ciento, 3.427 respuestas) es superior a la reportada por otros estudios similares en la región. En cuanto a su orientación sexual, un 35,7 por ciento de las personas se identificó como gay (o bien, marica, putx, trolo); un 22,5 por ciento, como bisexual (la mayoría mujeres cis o trans) y un 15 por ciento como lesbiana.
Más del 40 por ciento de las personas participantes residía en el AMBA al momento de responder la encuesta; en segundo lugar, en la región pampeana. Las feminidades o mujeres trans cuentan con mayor presencia relativa en el NOA, mientras que los varones trans que participaron del estudio están relativamente más presentes en la Patagonia.
Educación: las personas gays tienen mejor acceso
El 55 por ciento de las personas gays cuentan con un nivel educativo superior. En contraposición, las personas trans (sobre todo, las feminidades) reportan un menor nivel educativo en términos comparados al resto de la muestra, seguidas por no binaries y otras identificaciones.
Entre quienes asisten actualmente a un establecimiento educativo, un 16,7 por ciento señaló haber sufrido agresión o discriminación por parte de profesores, directivos o personal de la institución, mientras que un 20 por ciento vivió situaciones de agresión o discriminación por parte de sus compañeres.
Ocupación: el trabajo sexual como alternativa
Salvo para gays y lesbianas, la tasa de desocupación es mayor que la reportada para la población general (6,2 por ciento en el segundo trimestre de 2023, según INDEC). El 3,2 por ciento de las personas encuestadas dijo haber tenido sexo a cambio de dinero o vender contenidos sexuales. Casi un 15 por ciento del total realizó alguna de estas actividades alguna vez en su vida. Estos datos pueden ser cruciales para el reconocimiento del trabajo sexual como actividad lícita y tributable, algo por lo que un amplio sector de nuestra comunidad brega desde hace años.
En general, nuestras condiciones laborales requieren un mejor amparo de la ley. Por ejemplo, el 14,2 por ciento de las personas que participaron del estudio reportaron haber vivido situaciones de trato desigual respecto a beneficios, cargas o prestaciones laborales. Un 17,8 por ciento, al mismo tiempo, reportó haber sufrido agresiones o discriminaciones en su ámbito laboral por su identidad sexo-genérica. Esto explica por qué el trabajo sexual continúa siendo una alternativa más segura y satisfactoria que otras en muchos casos.
Salud: la importancia del sistema público
El 23,8 por ciento del total de la muestra cuenta con cobertura pública. Entre estas, se destacan las feminidades y mujeres trans (46,1 por ciento), seguidas por masculinidades o varones trans y no binaries (33,7 y 32,6 por ciento, respectivamente).
En relación con la salud mental, el reporte de estrés en los últimos 12 meses varía entre 86,5 por ciento en gays y 96,9 por ciento en mujeres y feminidades bisexuales. La mitad (50,2 por ciento) de quienes respondieron la encuesta afirmó que tuvo depresión en el último año. Uno de cada siete varones trans reportó haber sentido angustia, miedo o ansiedad.
¿Qué hacemos ahora con estos datos?
Este relevamiento coloca nuevamente el foco sobre la importancia de contar no solo con un brazo del Poder Ejecutivo tendido hacia el reconocimiento y el cuidado de nuestras vidas, sino también con universidades públicas abocadas a la formación de profesionales que continúen ampliando la conciencia sobre la situación en que vivimos. Queda también en evidencia la importancia de reavivar el debate público en torno al estatuto legal del trabajo sexual y a la necesidad de contar con políticas oficiales para el tratamiento de la salud mental en todo el territorio nacional.
La información es importante para observar el accionar gubernamental del nuevo periodo, en relación con los aspectos aquí relevados. También para organizar más efectivamente nuestros reclamos y nuestras respuestas.
En el sitio web oficial, se puede encontrar información más completa y detallada sobre el relevamiento: censodiversidad.ar