A través de un proyecto financiado por el Fondo Fiduciario de la ONU para Eliminar la Violencia contra la Mujer, Andhes y Cladem culminaron el segundo año de trabajo con 60 mujeres cis, trans y lesbianas de Tucumán y Jujuy que pertenecen a diferentes organizaciones migrantes, campesinas, indígenas, sociales y defensoras de Derechos Humanos con el fin de incidir en políticas públicas y otras acciones que faciliten su acceso a la justicia.
En plena pandemia en el 2020, comenzó a desarrollarse el proyecto “Acceso a la Justicia para mujeres cis, trans y lesbianas en situación de violencia en el Noroeste Argentino. Del diálogo a la acción” y durante el 2021 se llevó adelante su segundo año de ejecución a través del cual las organizaciones Andhes (Abogados y Abogadas del Noroeste Argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales) y Cladem (Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres) trabajan en territorios de Tucumán y Jujuy.
“Trabajamos para potenciar el trabajo de acompañamiento que vienen realizando las referentes, y brindar nuestras herramientas para democratizar el derecho con impacto en sus territorios y colectivos”, comentó Fernanda Rotondo, coordinadora del área de Género en la oficina de Tucumán de Andhes.
Mediante el proyecto, el equipo interdisciplinario de Andhes junto a Cladem, trabaja con alrededor de 60 mujeres cis, trans y lesbianas de Tucumán y Jujuy para analizar los obstáculos que tienen para el acceso a la justicia. “Este segundo año del proyecto realizamos talleres para aumentar las capacidades técnico-jurídicas de las mujeres cis, trans y lesbianas en la defensa de sus derechos, la sensibilización a sus comunidades, y la incidencia sobre funcionarias/os e instituciones públicas”, contó Rotondo.
“Las referentes mostraron que se fortalecieron notablemente sus conocimientos, y esto se vio reflejado en las consultas que hicieron durante el año cuando en sus territorios y/o comunidades llegaban casos de violencia de género con el objeto de esclarecer algunos procedimientos jurídicos y administrativos o facilitación de legislación. Esto significa para nosotras un gran crecimiento en lo que va del proyecto”, manifestó Ariadna Espíndola, coordinadora del área de Género en la oficina de Jujuy.
Norma Salica es militante lesbiana de Las Tucumanesas. “Hicimos asistencias en tiempo de pandemia y de crisis económicas. Fuimos nexo entre las compañeras de los barrios y profesionales que conocimos en este transitar militante y que ayudó a superar los problemas a las compañeras. Siempre desde nuestra agrupación hubo preocupación porque equipos profesionales y militantes con herramientas no bajaban a los barrios”, contó la referente.
Hace dos años, ANDHES convocó a la organización para que participen del espacio de formación. “Es un sueño cumplido, por fin una organización tan grande como esta nos escuchó y a través de estos dos años nos viene proveyendo de herramientas importantes para empoderar y acompañar a tantas mujeres y lesbianas que sufren todo tipo de violencias. Nos queda este 2022 para volcar toda la preparación que venimos haciendo a lo largo de estos dos años”.
Eva Bustos, otra compañera de Tucumanesas, agregó “ayuda a empoderar a las mujeres saber que contamos con el apoyo y acompañamiento de organizaciones como Andhes y Cladem, para que la lucha no se haga en solitario”. Las Tucumanesas son Jessica Morales, Yanina Arnedo, Paula Palsvecino, Eva y Norma.
Por su parte, Carla Taritolay de MuMaLa Jujuy, Barrios de Pie, señala que “una de las cosas más enriquecedoras fue el poder compartir con compañeras de diferentes localidades de la provincia, con realidades y contextos muy diferentes a la mía al vivir en la ciudad capital”.
“Ser orientadora legal es un desafío, ya que de por sí el acompañamiento a situaciones de violencia no son nada fáciles por todo lo que eso conlleva, la fuerza que necesitamos, una gran parte es ese conocimiento de las instituciones y cómo manejarnos en ellas. El crear estás redes son fundamentales para el trabajo territorial que hacemos como organización”, cerró Taritolay.
Este año 2022, en el tercer y último año del proyecto junto a ONU Mujeres, está previsto que las referentes que participan del proyecto lleven adelante experiencias de réplica a otros grupos y las orientadoras legales comunitarias recibirán casos y facilitarán el acceso a la justicia en sus comunidades a través de los Centros de Defensa de Derechos que comenzarán a funcionar en sus organizaciones.
Sobre el proyecto
El proyecto, que cuenta con el apoyo del Fondo Fiduciario de la ONU para Eliminar la Violencia contra la Mujer, buscar desarrollar durante tres años una investigación participativa con los objetivos de producir datos sobre obstáculos para el acceso a la justicia en casos de violencias contra mujeres cis, trans y lesbianas, brindarles talleres de empoderamiento para aumentar las capacidades técnico-jurídicas para formarlas como capacitadoras legales comunitarias y finalmente replicar su experiencia a otros grupos de sus territorios.
Se espera que, una vez concluido el proceso, las orientadoras legales comunitarias puedan recibir casos y facilitar el acceso a la justicia en sus comunidades a través de los Centros de Defensa de Derechos que comenzarán a funcionar en sus organizaciones.
Participan del proyecto trabajadoras migrantes, activistas políticas/defensoras de derechos humanos, mujeres indígenas/pertenecientes a grupos étnicos y lesbianas, bisexuales, transgénero que militan en diferentes organizaciones de Tucumán y Jujuy.
Sobre Onu Mujeres y la iniciativa Spotlight
El Fondo Fiduciario de la ONU para Eliminar la Violencia contra la Mujer (Fondo Fiduciario de la ONU) es uno de los principales mecanismos globales de concesión de fondos exclusivamente dedicado a abordar la violencia contra mujeres y niñas en todas sus formas. Respalda iniciativas efectivas que demuestran que la violencia contra mujeres y niñas puede tratarse sistemáticamente, mitigarse y, con dedicación, eliminarse. La iniciativa Spotlight es una campaña conjunta de la Unión Europea y las Naciones Unidas orientada a eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas. La campaña también pone de relieve la importancia de invertir de manera específica en las mujeres y las niñas, condición indispensable para alcanzar el desarrollo sostenible de acuerdo con la Agenda 2030.