Se lanzó en Tucumán el espacio de Mujeres Sindalistas con representantes de las principales centrales de trabajadores.
Para empezar a cambiar el status quo histórico en ciertos lugares que parecen estar anquilosados en el tiempo, una podría imaginarse que se necesitan grandes gestas. Pero en 2018, en una provincia tan conservadora como Tucumán, el hecho de que más de cien mujeres sindicalistas se reúnan y armen un frente gremial, es sin dudas el inicio de una revolución.
Así sucedió el último fin de semana, en donde delegadas de base y dirigentes sindicales de diferentes centrales obreras, se reunieron en la sede del sindicato de Artes Gráficas de San Miguel de Tucumán y lanzaron el espacio de Mujeres Sindicalistas.
Más de veinte sindicatos pertenecientes a la Corriente Federal de Trabajadorxs de la CGT, la CGT, CTA y la CTEP, como también de jóvenes militantes del movimiento estudiantil dijeron “presente” entre aplausos y algunas lágrimas también. Con la presencia de la Secretaria General de FESITRAJU y Diputada Nacional Vanesa Siley, y otras referentes de sindicatos a nivel nacional, las mujeres expusieron las problemáticas en común y los desafíos dentro de sus sindicatos.
Y es que en la misma provincia en la que desapareció Marita Verón y donde estuvo presa Belén, las mujeres tienen una pesada mochila a cuestas.
Así lo entiende Marieta Urueña Russo, delegada en Tucumán del Sindicato de Trabajadorxs Judiciales (Sitraju) y una de las cuatro mujeres dentro de la CGT a nivel provincial. Ella es secretaria de Derechos Humanos de la central sindical y es la principal gestora de Mujeres Sindicalistas en la Provincia.
“Tucumán es una sociedad muy conservadora, con una Iglesia muy presente en la política cotidiana. Somos la única provincia que no tiene ley de salud sexual y procreación responsable. Tampoco estamos adheridos a la ley de Educación Sexual Integral”, explica a LATFEM, con su pañuelo de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y no deja de ruborizarse, aunque se trate de su lugar natal.
“Acá pasaron cosas bochornosas, como que venían los cuadernillos de salud sexual de Nación y dormían en los armarios de las escuelas. Acá tenemos colegios en donde los padres están facultados a presentar notas para decir ´yo no quiero que a mi hijx le enseñen salud sexual’, y no se le enseña. Es muy significativa esa intromisión en la vida cotidiana, es muy significativo el estereotipo de mujeres que promueven. Entonces en los sindicatos somos muy pocas mujeres, es alevoso. No llegamos al 15% en la provincia”.
Las consecuencias de esta situación son funestas. Tucumán es la provincia con mayor índice de femicidios, embarazos adolescentes y enfermedades de transmisión sexual.
“Nosotrxs tenemos lugares de trabajo en los que cuando te hacen el test ocupacional te hacen sin consultarte el de embarazo o te obligan a firmar que no vas a tener hijxs para darte un empleo. Muchos sindicatos hacen la vista gorda a eso. Entonces el espacio de mujeres sindicalistas se vuelve necesario y revolucionario”.
También lo entiende así Teresa Hernández, Secretaria Adjunta de la CGT de la Provincia y secretaria de Cultura de SADOP a nivel nacional, una mujer histórica dentro del sindicalismo tucumano: “Realmente era un anhelo. Es un camino que iniciamos y lo que más me entusiasma es la fuerza de las jóvenes, que son las que van a producir y cimentar los cambios que se vienen. Y el hecho de que estén tantas centrales unidas como la CGT, la CTA, la CTEP y estudiantes es otra cosa distinta y eso es novedoso en sí para Tucumán. Las mujeres estamos siendo pioneras en la unidad y en la transversalidad”, concluyó.
Las sindicalistas intercambiaron opiniones, teléfonos, abrazos y fotos. Quedaron en encontrarse el próximo martes con el compromiso de que cada 15 días exista el espacio de reunión y unidad. Todas saben lo que eso significará. Se tendrán que pelear con muchxs, incluso con los varones dentro del sindicato. Tendrán que dar el doble de explicaciones a sus compañeros, pero saben que lo que comenzó ya no tendrá vuelta atrás. Las mujeres sindicalistas comienzan una nueva etapa no solo en Tucumán sino en todo el noroeste Argentino. Y eso hay que celebrarlo.