Resumen del contenido Mostrar
Desde el primero de enero de 2019 Jair Bolsonaro será el presidente de Brasil. Las propuestas en seguridad, medio ambiente, economía y educación.
Hasta 2022 Brasil tendrá un presidente de la extrema derecha. Con el 55,13 por ciento de los votos Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal) fue electo como presidente en la segunda vuelta electoral. El candidato Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores, obtuvo el 44,87 por ciento de los sufragios. Los votos en blanco fueron el 2,14 por ciento y los nulos el 7,43.
Un exmilitar de 63 años, homófobo, machista, xenófobo, todo un nostálgico de la dictadura estará al frente del país más gran de América Latina. Su discurso de odio ha calado entre los brasileños con sus ataques a la prensa prometiendo hacer una limpieza de los rojos marginales y de meter entre rejas a Fernando Haddad su oponente y sucesor de Lula Da Silva.
Tras emitir junto a su esposa un mensaje en redes sociales, Bolsonaro hizo su primer discurso como virtual presidente electo desde su residencia de Río de Janeiro, donde permanece tras haber pasado 23 días hospitalizado después de ser acuchillado durante un mitin el pasado 6 de septiembre.
En su intervención, insistió en que su gestión será “democrática” y que su gobierno seguirá “las enseñanzas de Dios al lado de la Constitución”.
Aseguró que no se puede “seguir coqueteando con el socialismo, el comunismo, el populismo y el extremismo de izquierda”. “Juntos vamos a cambiar el destino de Brasil”, afirmó el excapitán del Ejército. En su despacho de diputado, en el Congreso, adornan las fotografías de los cinco dictadores que gobernaron Brasil y que son su referencia para gobernar al principal socio de Argentina con mano dura, economía abierta y una combinación entre el poder militar y el evangélico.
“Con toda seguridad, esta es una misión de Dios. Estaremos listos para cumplirla (…). Nuca estuve solo. Siempre sentí la presencia de Dios y la fuerza del pueblo brasileño“. Poco después, tomó la mano de un pastor evangélico para rezar en una improvisada ceremonia, en la que el religioso lanzó una plegaria y elogios al exmilitar.
Las propuestas de Bolsonaro
Seguridad
Bolsonaro promete combatir fuego con más fuego. Entre sus propuestas: reforzar el poder de las Fuerzas Armadas en la seguridad nacional y proteger legalmente tanto a los policías que maten a criminales estando de servicio (“un policía que no mata no es policía”, ha dicho) como a los dueños de propiedades que se vean allanadas y asesinen a los invasores. Quiere reducir la edad de ingreso en la cárcel, actualmente en 18 años, a 16 o 17 (la idea era dejarlo en 12, pero no se lo aprobó el Congreso), y tipificar como terrorismo las protestas de sindicatos de trabajadores agrarios sin tierra si son en terrenos privados.
Economía
Su objetivo último es acabar con el déficit para su segundo año de Gobierno y dejar la inflación en un 4,5%, como máximo, como recomienda el Banco Central Brasileño. Mantendrá al presidente de esa institución, Ilan Goldfajn. Para cumplir con sus promesas planea “privatizar aceleradamente”, aunque no está claro cuáles de las 141 empresas estatales piensa cerrar o poner en venta, ni si mantendrá el veto a China como posible comprador que anunció en campaña. El dinero que sacaría privatizando (700.000 millones, calcula su equipo) pagaría un nuevo sistema de pensiones, necesario si va a mantener su promesa de bajar la edad de la jubilación a 61 años para hombres y 56 para mujeres.
Medio Ambiente
Bolsonaro prometió inicialmente que Brasil abandonaría el Acuerdo de París contra el cambio climático, pero en la recta final de la campaña matizó su postura para decir que, si se garantizaba la soberanía brasileña, permanecería en el pacto contra el calentamiento global. Este concepto, los términos amazonía y deforestación no aparecen en el programa del líder del Partido Social Liberal (PSL). El potente sector agrícola estaba preocupado porque salir del pacto implica perder certificaciones internacionales útiles para la exportación. Tampoco está claro que el anuncio de fusionar los ministerios de Agricultura y Medioambiente, dos ámbitos de intereses enfrentados en la Amazonia, llegue a cuajar. Este movimiento, inscrito en un plan de adelgazar el Ejecutivo, había causado alarma entre los ambientalistas.
Educación
El capitán retirado quiere militarizar la enseñaza y nombrar a un general (no se sabe cuál) como ministro de Educación. Crear un colegio militar en todas las capitales del Estado y modificar los planes de estudio porque “el objetivo principal de la educación es atender la economía y formar un buen profesional”. Y prohibir la enseñanza de ideas progresistas (igualdad de sexual, de género y raza, feminismo).
Composición del Congreso
Entre las tareas de Bolsonaro está la relación con el Congreso Nacional elegido el pasado 7 de octubre. Los expertos coinciden en que debe tener una buena base de apoyo dentro de la Cámara Federal y del Senado. El PSL tendrá la segunda mayor bancada de diputados federales, detrás del Partido de los Trabajadores.
Deberá entonces buscar el apoyo de las bancadas religiosas, del agronegocio e identificadas con cuestiones de seguridad pública – las llamadas bancadas de la Biblia, del buey y de la bala. Con las dos Casas Legislativas fragmentadas partidariamente – son 30 leyendas diferentes en la Cámara y 21 siglas dividiendo los cargos en el Senado – el apoyo de las bancadas suprapartidarias debe dar mayor posibilidad de gobernabilidad a Jair Bolsonaro, al menos al principio.
“La apuesta del mercado y de los analistas es que la luna de miel va a durar poco, pero tendrá una luna de miel”, explica el profesor de teoría política de la Universidad Estatal de Ceará (Uece) Emanuel Farias. Apunta que hay posibilidades de una fisura en la base aliada “cuando las pautas más delicadas, como la Reforma de la Previdencia, entran en juego. (O) Si no da una respuesta a los índices económicos muy rápido”. El apoyo a Bolsonaro, según él, debe ser de 300 a 350 diputados y de la mitad de los senadores.
La forma en que el nuevo presidente va a articular todo esto sigue siendo un enigma. “Como no hubo mucho aclaración de lo que él propone para el país, entonces cuando empiece a hacer, podemos tener vaciamiento de la base aliada de él”, afirma Emanuel Farias. “Es difícil saber lo que va a hacer, nadie sabe cómo va a ser su política”, finalizó Paula Vieira.