Amnistía Internacional centró su informe anual en ellas, en su doble vertiente de víctimas y resistentes. El documento resalta el rol del movimiento feminista en Argentina para reclamar la legalización del aborto.
Las mujeres se han erigido a lo largo de 2018 en la vanguardia de la lucha por los derechos humanos, impulsadas por su voluntad de resistencia a las numerosas injusticias de las que siguen siendo objeto en todo el mundo, tal como destaca el informe anual de Amnistía Internacional, que se centra en repasar su doble vertiente de víctimas y luchadoras por la igualdad.
“Donde más ruidosa y visible ha sido la lucha por la igualdad este año ha sido en la lucha por los derechos de las mujeres”, asegura el informe, publicado en el aniversario de la Declaración de Derechos Humanos y que muestra como las movilizaciones lideradas e impulsadas por mujeres se han extendido por todo el globo.
Así, Amnistía Internacional recuerda desde el activismo en Arabia Saudí, donde las mujeres han logrado que se les permita conducir, hasta la lucha por la despenalización del aborto en Argentina, pese a que el Senado acabó rechazando la iniciativa, la que más lejos había llegado en el Congreso de la Nación.
Por el contrario, Irlanda sí dio ese paso con el apoyo mayoritario de su ciudadanía, en un movimiento que encabezaron sus mujeres, para acabar con una losa que pesa sobre sus vidas en muchos lugares. “El 40% de las mujeres en edad de procrear viven en países en los que el aborto sigue estando estrictamente restringido, y alrededor de 225 millones de mujeres no tienen acceso a métodos anticonceptivos modernos”, subraya el informe.
Todavía víctimas, pese a la resistencia
Porque, pese a su renovada capacidad de movilización, las mujeres siguen siendo, en gran medida, víctimas de la vulneración de los derechos humanos, que justo este año cumplen 70 años de su formalización en la Declaración de 1948.
Así lo señala Amnistía Internacional, que recuerda, por ejemplo, como Bulgaria, país miembro de la Unión Europea, ha decidido no ratificar el Convenio de Estambul, “un tratado europeo para prevenir y combatir la violencia en el ámbito familiar y la violencia contra las mujeres, después de que su Tribunal Constitucional lo declarase ‘inconstitucional'”.
“Una de cada 10 niñas en el mundo sufre una agresión sexual antes de los 20 años, mientras que sólo un tercio de los países de la Unión Europea reconocen que las relaciones sexuales sin consentimiento constituyen violación”, denuncia la organización, que señala como la violencia sexual se agudiza en las regiones en conflicto, como Nigeria, Irak, Sudán del Sur y Myanmar.
Por ello, Amnistía Internacional reclama que los gobiernos se comprometan “realmente” para defender los derechos de las mujeres y garanticen “que no sufren discriminación ni violencia”. En este sentido, recuerda que “la Convención sobre la Mujer es el segundo tratado de derechos humanos más ratificado, con 189 Estados partes. Pero los gobiernos deben dejar de apoyar los derechos de las mujeres sólo de palabra”.
Reacción y acoso en redes
El informe también denuncia como ese protagonismo de las mujeres generó una reacción contraria, que en Latinoamérica y Europa se revela acusando a “feministas y activistas LGBTI de ‘impulsores de una ideología de género’ que, según ellos, representa una amenaza existencia para el ‘matrimonio y los valores de la familia'”.
Sin embargo, para Amnistía Internacional no es más que un intento de silenciar a las mujeres y a otros colectivos: “Las personas de todos los géneros que luchan contra la desigualdad de género libran también la batalla adicional de defender su derecho a alzar la voz”, asegura.
En este ámbito, la organización advierte como las plataformas de redes sociales son “al mismo tiempo una bendición y una maldición”, puesto que permiten organizarse y compartir problemas comunes, pero también amplifican las campañas contra ellas de los grupos que tratan de apagar sus voces.
“Empresas y gobiernos han fallado estrepitosamente a la hora de proteger a las usuarias de una avalancha de conductas abusivas en Internet, lo que ha hecho que muchas mujeres, en concreto, se autocensuren”, lamenta el informe, que carga especialmente contra Twitter y su inacción ante los comportamientos violentos de algunos de sus usuarios.
(RTVE)