“Ojalá no ocurran más”. Las declaraciones del gobernador Juan Manzur luego de una semana coronada por la violencia y las fallas de las fuerzas de seguridad de Tucumán dejan, por lo menos, sin respuesta a las demandas de la sociedad.
Abordado por periodistas luego de un acto oficial, el primer mandatario negó la posibilidad de la renuncia del Ministro de Seguridad Claudio Maley. “Hoy tuvimos una primera reunión con el ministro Maley, siempre todos los funcionarios tienen la posibilidad de dar un paso al costado, pero en este caso no hablamos de eso”, aseguró.
Las críticas contra el Ministerio de Seguridad de la Provincia comenzaron el domingo luego de que se conociera el femicidio de Abigail Riquel, la niña de 9 años. Sus familiares declararon que la policía no intervino en la búsqueda cuando se realizó la denuncia en la Comisaría 12. Horas más tarde, luego de encontrar el cuerpo de la niña sin vida, la policía reprimió a vecinos y vecinas que se encontraban reclamando en Avenida América y Francisco de Aguirre. Una persona quedó herida en ambas piernas a causa de las balas de gomas que dispararon.
Pasaron cuatro días y las fuerzas de seguridad no lograron dar con el paradero del único sospechoso. Por redes sociales y los medios de comunicación circulaban fotos del hombre de 24 años, caldeando un escenario que culminaría con el linchamiento y muerte del único sospechoso.
El periodista Matías Aguad le preguntó al gobernador “¿qué siente usted como dirigente político estando a cargo de una provincia donde pasan estas cosas?“. “Los condenamos”, contestó de manera escueta. El periodista insistió “¿le preocupa, le da tristeza?”, “por supuesto”, sostuvo.
Ninguna declaración fue suficiente. “¿Cuál es su responsabilidad en todo?”, continuó la entrevista. “El acompañamiento. Estar a la par de ellos. La gente del Gobierno se han reunido, estamos acompañando y vamos a seguir acompañando en este momento tan difícil que está pasando esta familia”. Pero el acompañamiento llegó tarde.
Ayer, el Cuerpo de Abogados dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos anunciaba que realizaría el patrocinio jurídico de la familia Riquel, pero este no sería aceptado. Optaron por un abogado particular, José María Molina, para que los represente en la querella, ya que iniciar acciones judiciales contra la Policía de Tucumán.
La sensación de la ausencia del Estado y de la desprotección quedan en evidencia ante la demora en la búsqueda de la niña que estuvo desaparecida, la falta de eficacia para encontrar al sospechoso del femicidio y, finalmente, la falta de prevención ante el anunciado linchamiento. Sin embargo el mandatario afirmo que “los poderes del Estado están funcionando. El Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, el Legislativo, en un momento muy difícil. A veces pasan hechos de estas características que nos llenan de dolor, nos llenan de estos hechos deleznables. Por eso, una vez más, condenar los hechos de violencia. Ojalá que esto nunca más vuelva a ocurrir y ahí va a estar el gobierno de la provincia redoblando los esfuerzos”.
“Condenar los hechos”, repitió Manzur ante todas las preguntas que lanzaban los periodistas a la espera de alguna frase con más contenido. “Y redoblar los esfuerzos”, dice.
¿Cómo se reconstruye el vínculo con la sociedad para que haya confianza justamente en la Policía?, pregunta alguien en la ronda de prensa y la respuesta no llega.
¿Alguna autocrítica? “Sí, por supuesto. Todos los días llegamos todos los días. Hay que hacer más y hay que redoblar los esfuerzos y hay que seguir mirando hacia adelante” contesto el mandatario provincial.
¿La Policía actuó bien en este caso para usted? “La Policía actuó siguiendo las instrucciones de la justicia, como siempre lo hace”.
Lo encontraron los vecinos, no la policía. “Bueno, esto es lo que tiene que dilucidar la Justicia y estamos esperando los informes” refuta Manzur a la prensa.
Durante la cuarentena, la Policía de Tucumán protagonizó numerosos hechos de violencia institucional que dejaron como saldo dos muertos: Luis Espinoza y Ceferino Walter Nadal.
Hoy la sociedad tucumana sigue de luto.