A través de un video, docentes, estudiantes, padres y madres de Tucumán sumaron sus voces para pedir por una educación laica, científica y de calidad en la provincia. Mañana habrá una charla sobre la temática.
El reclamo por una educación laica suma adeptos y adeptas en Tucumán. Desde el año pasado, madres y padres, junto a docentes y estudiantes de diferentes carreras, vienen movilizándose para impulsar un cambio en la provincia. Esta semana lanzaron una campaña audiovisual para ponerle voz y difundir de que se trata este pedido.
En abril de este año, un grupo de padres y madres presentó un amparo en la Justicia local para que se deje de enseñar religión en las escuelas públicas. El principal argumento es que se trata de una medida discriminatoria contra las familias que no profesan el catolicismo.
El planteo, impulsado por la Comisión de Madres y Padres por la Educación Laica y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), se sustenta en un reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que prohibió la enseñanza religiosa en los establecimientos estatales de la vecina provincia de Salta.
En el marco del Amparo presentado ante la Justicia, realizarán una charla con profesionales, madres amparistas y público en general que quiera conocer más sobre el tema. “Solo el conocimiento en la temática dará lugar a la toma de una posición crítica y constructiva para el futuro de una Educación Pública más justa”, explicaron desde la organización.
“Tucumán es la única provincia del país en la que todavía se enseña la religión católica apostólica romana en las escuelas públicas. Es una medida discriminatoria e inconstitucional, porque no se respeta la libertad de culto, que es un derecho individual consagrado en nuestra Constitución”, explicó Lita Alberstein, del MST, una de las impulsoras del amparo.
Además, Alberstein expuso que “rechazamos la intromisión de la Iglesia en la educación, la vida pública y privada. La Iglesia recibe del Estado para pagar a cada obispo $ 46.800 por mes y un total de $ 40.000 millones en subsidios anuales para solventar su culto y la educación religiosa. Hay que separar la Iglesia del Estado y anular esos millonarios subsidios”.
“Estamos buscando que se saque la educación religiosa de las escuelas públicas. No queremos que nuestros hijos e hijas tengan que aprender religión en el horario de clases”, dijo Daniela, una de las madres comprometida con esta causa.
“Los chicos sufren discriminación. Si presentamos una nota que no queres que tu hijo reciba la religión católica o los sacan de las clases y no hacen nada, o los ponen a colorear un cuaderno. Son 40 minutos de la educación pública perdidos. También nos encontramos con la pérdida de tiempo en los actos, que los hacen rezar al entrar, para izar la bandera, al cerrar, ¿cómo se justifica? Otra cosa sería que se enseñen todas las religiones, pero solo se enseña la religión católica”, afirmó.
“Resulta imprescindible adaptar a la provincia a los profundos cambios educativos, sociales y culturales que nos incluyan a todos y todas”, finalizó.