Los argumentos falaces de quienes se oponen a la ley de interrupción legal del embarazo siguen aflorando en el Senado. Durante la jornada de ayer, la senadora por Tucumán Silvia Elías de Pérez, vinculó al aborto con la eugenesia, y esta última con niños, niñas y adolescentes con síndrome de down. Desde La Nota dialogamos con Patricia Gómez, médica ginecóloga y obstetra, sobre la interpretación errónea y malintencionada de este punto.
El día de ayer, martes 17 de julio, se inició nuevamente el debate en comisión sobre el proyecto de interrupción legal del embarazo. La asistencia a este debate por parte de la Senadora por Tucumán Silvia Elías de Pérez es perfecta, lamentablemente eso es lo único valorable para rescatar de su participación.
En una lista extensa de oradores, el biólogo Alberto Kornblithtt, investigador superior del CONICET y profesor titular de la Universidad de Buenos Aires realizó su intervención y recibió preguntas Elías de Pérez:
SEDP: Usted ha dicho que si los médicos detectan que el embrión va a nacer mal y no recomiendan el aborto es lavarse las manos. ¿Algo así dijo verdad?
Kornblihtt: No. No dije recomendar, repita lo que yo dije.
SEDP: ¿Cómo lo dijo?, perdón.
Kornblihtt: “Si los médicos no dan la posibilidad”. En todas las partes del mundo donde está permitido el aborto hay lo que se llama genetic couseling, si se hace un diagnóstico prenatal y se sabe que el niño va a nacer con una enfermedad para la que no hay cura, se le da la posibilidad, se le informa a la madre o pareja que puede interrumpir el embarazo.
SEDP: ¿O sea que usted está de acuerdo o propiciando el uso eugenésico del aborto?
Kornblithtt: No, no es un uso eugenésico. Es la voluntad de la madre.
SEDP: Pero está claro que, si de pronto detectan que es un niñito con Síndrome de Down, o con una discapacidad
Kornblihtt: Yo no dije Síndrome de Down. Dije una enfermedad incurable. ¿Usted cree que el síndrome de Down es una enfermedad? Por algo se llama síndrome.
SEDP: No, a ver, una discapacidad. Pongamos una discapacidad
Kornblithtt: ¿Usted cree que el síndrome de Down es una enfermedad? Por qué lo dijo usted.
SEDP: Esta bien.
Kornblithtt: No, no está bien. Esta mal.
(Otra persona dice “Igual no es medica”, haciendo alusión a Silvia Elías de Pérez)
Kornblithtt: Ah bueno. Yo tampoco.
SEDP: La pregunta es esta, si usted está de acuerdo, está recomendando aborto eugenésico.
Kornblithtt: El aborto no se recomienda. El aborto es una opción.
El video de este cruce entre el biólogo y la senadora Silvia Elías de Pérez se hizo viral a pocos minutos, ya que vincular al Síndrome de Down con una enfermedad es un error teórico y ético. El trabajo de inclusión de miles de profesionales y familias de personas con Síndrome de Down a lo largo y ancho del país puede verse afectado si desde el Senado de la Nación se habla de este síndrome como si fuera una enfermedad.
Debatir temas importantes para nuestro país, como es el caso del Proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, requiere de honestidad intelectual, preparación teórica y buena voluntad para construir entre todos los representantes del pueblo la mejor ley que sea posible. Cuesta mucho creer que el error de Silvia Elías de Pérez sea debido a falta de preparación, sino más bien, es fácil leer que responde a falta de honestidad intelectual y de buena voluntad para hablar sobre este tema. Recordemos que hace algunas semanas en varias ciudades del país, incluida San Miguel de Tucumán, desde la campaña “Salvemos las dos vidas” cubrieron todo el microcentro tucumano con imágenes en donde aparecían personas con síndrome de down diciendo que tenían derecho a vivir.
Guiados quizá por el miedo a perder el debate en diputados, los que orquestaron la campaña en contra del proyecto de ley llevaron esto demasiado lejos. Para continuar alimentando el prejuicio de que las mujeres que abortan son asesinas, vincularon al aborto con la eugenesia, y esta última con niños, niñas y adolescentes con síndrome de down. La eugenesia es la idea de que como sociedad se puede aplicar métodos para elegir a los seres humanos, y fue una idea base en el desarrollo de todas las ideologías fascistas en la historia de occidente. Por ello, vincular al aborto con la eugenesia y a las personas síndrome de down lleva el debate a terrenos pantanosos y poco ajustados a los términos científicos del debate.
Una lectura rápida del proyecto de ley, y una breve consulta a un médico puede desterrar esa idea de que si se aprueba este proyecto, las personas podrían interrumpir sus embarazos al detectar el síndrome de down durante la gestación. Empapelaron la ciudad con estos carteles e hicieron de esa mentira un estandarte más en las marchas.
Desde La Nota dialogamos con Patricia Gómez, médica ginecóloga y obstetra, sexóloga clínica, Fellow American College of obstetricians and ginecologists, sobre la interpretación errónea y malintencionada de este punto. Le preguntamos si había alguna posibilidad de interpretar que si se aprueba el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo pueda ocurrir esto que la senadora Silvia Elías de Pérez, y los detractores de este proyecto afirman:
“El proyecto de ley es claro y dice: `anomalías incompatibles con la vida´. El síndrome de down es un síndrome genético, lo usual es que haya 46 cromosomas en una persona, y las personas con síndrome de down tienen 47. O sea tienen un cromosoma de más en el par 21. Se llama trisomia 21.
Síndrome significa un conjunto de signos y síntomas que puede presentar esa persona a raíz que esa alteración genética. Pero esto no es de ningún modo incompatible con la vida, tendrá distintos grados de afectación, en distintos niveles, pero será una persona que puede desarrollar en mayor o menor medida sus capacidades sociales, afectivas, etc”.
-¿Qué se entiende por “anomalía incompatible con la vida?
“Una anomalía incompatible con la vida por ejemplo es una anencefalia, una trisomía 13, o 18 (tres cromosomas en los pares 13 o 18, también son genéticos, son el síndrome de Patau y Síndrome de Edwards) que presentan muchas malformaciones que en su conjunto, hacen que el feto mientras está en el útero y depende de la persona gestante sobreviva pero al nacer puede vivir minutos, horas, o rara vez días.
El diagnóstico precoz se hace con ecografías en la que se detectan anormalidades, y luego se debe hacer una punción, extraer material y hacer un estudio genético del feto. Si se confirma, como dice el médico de la nota, la persona puede OPTAR por interrumpir el embarazo. Esto lleva tiempo, por eso el proyecto de ley aclara que puede ser luego de las 14 semanas. La ecografía de detección de estas anormalidades se hace entre las 11 y 14 semanas. Siempre teniendo en cuenta que la definición de aborto es hasta las 20 semanas. Entonces nadie puede ni debe hablar de “aborto” a los nueve meses. Cuando nos encontramos en segundo o tercer trimestre de gestación se habla de parto inmaduro, parto prematuro, y parto de término según la edad gestacional. Las imágenes que circulan en las redes también son falacias, porque son fetos con un tamaño mayor a 20 semanas. Todo eso con la intención de horrorizar a la gente.”
El error conceptual que cometió ayer la senadora Silvia Elías de Pérez, mezclar las anomalias incompatibles con la vida con síndrome de down, tiene que ver con la estrategia política que optaron seguir, la torpeza en el debate ayuda a vincular a las mujeres que deciden abortar con todo lo malo del imaginario social: nazismo, fascismo, darwinismo social.
Ayer, frente a un docente universitario, el intento de reproducir falacias fracasó, porque el mundo y la construcción de conocimientos están ahí, existen, como existen también los abortos clandestinos. Por más intento de negar, mentir y desinformar que se realicen desde los sectores conservadores.