La historia de María Angélica Barreda, la primera abogada argentina

Todos los 29 de agosto se celebra en Argentina el día del abogado por el nacimiento del tucumano Juan Bautista Alberdi. Pero existe una historia invisibilizada en el mundo del derecho, la de María Angélica Barreda.

Todos los 29 de agosto se celebra en Argentina el día del abogado por el nacimiento del tucumano Juan Bautista Alberdi. Pero existe una historia invisibilizada en el mundo del derecho, la de María Angélica Barreda.

Nacida en La Plata en 1887, hija de un profesor de gimnasia y esgrima y de un ama de casa, María Angélica Barreda se graduó con honores en la Universidad Nacional de La Plata a los 22 años, el 28 de diciembre de 1909 y se convirtió en la primera abogada argentina.

Durante su tránsito por la Universidad, según confesó la propia María, recibió hostigamiento de alumnos y profesores por su condición de mujer. Pero el mayor desafío se presentó cuando decidió matricularse en el Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires.

Gracias al historiador Alberto David Leiva en un articulo publicado en “Prudentia Iuris” se conoció el recorrido que transitó Barreda en la matriculación y a los prejuicios a los que se enfrentó.

La abogada no había tenido problemas en la matriculación en Capital Federal pero en Buenos Aires, Barreda ingresó el expediente 1 de junio de 1910 y el primero en argumentar en contra de su matriculación fue el Procurador General y parte de la Corte Suprema provincial, Manuel F. Escobar:

“Nuestra legislación no es feminista”

“Es la primera vez que se presenta a esta Suprema Corte una mujer con requerimiento y con su título de abogado ya inscripto por la Cámara Civil de Apelación de la Capital Federal.[…] “Nuestra legislación no es feminista y está en pugna con las aspiraciones de la recurrente. (…) la inscripción de este diploma importa echar por tierra todos los principios legales consagrados por el Estado argentino y la organización actual de la familia, en la cual tiene asignada la mujer la función más noble y trascendental”.

La respuesta de María Angélica fue contundente e inmediata con más de 18 fojas de argumentos de defensa:

“El dictamen denegatorio de mi solicitud ha demostrado que aún subsisten espíritus prevenidos al surgimiento de la mujer, la que reclama con su trabajo y sus necesidades un puesto de acción en la sociedad que le permita la subsistencia honrada, sin dependencias absurdas dignas de una época para siempre pasada”, fue parte de su argumentación. Y agregaba : “Algunas personas (…) piensan que conferir el diploma de abogado a la mujer no significa crear la mujer abogado sino la mujer hombre, absurdo ante el cual se detienen como ante un sacrilegio demoledor. Ese criterio corriente o más bien vulgar es el que seguramente ha inspirado aquella frase cómoda del Sr. Procurador de que se echaría por tierra toda nuestra legislación con este permiso (…) Entre nosotros, la mujer ha triunfado en las otras profesiones y continuará conquistando palmo a palmo la regla igualitaria que persigue en justicia”

“La mujer ha triunfado en las otras profesiones y continuará conquistando palmo a palmo la regla igualitaria que persigue en justicia”

Con un solo voto en disidencia, y veinticinco considerandos, el 10 de junio de 1910, el máximo tribunal bonaerense hizo lugar al pedido de María Angélica Barreda y la convocó a prestar juramento. Así, la primera abogada argentina ejerció su profesión durante más de 40 años y falleció, a los 76 años, el 21 de julio de 1963.

Durante sus años de ejercicio de la profesión participó de manera activa por la igualdad aportando en la Asociación Universitarias Argentinas, fundada por Cecilia Grierson -la primera mujer médica en Argentina- y fue Jefe de Asuntos Legales de la Dirección de Escuelas de la Provincias.

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