La actriz Juliana González presenta este viernes #Intensa, el primer show de humor unipersonal realizado por una mujer tucumana. El estreno será a las 21:30hs. en el teatro Rosita Ávila y desde La Nota charlamos con ella
El show de humor de Juliana González relata a partir de una compilación de experiencias personales cómo es habitar con una energía particular este mundo caótico y acelerado.
Parte desde su condición de seismesina, Juliana está convencida de que llegar al mundo antes de tiempo le marcó para siempre esa forma de mirar y transitar la vida, la infancia en los 90, las instituciones educativas, la familia, los espacios laborales, las relaciones afectivas.
L.N: Podes contarnos ¿por qué es el el primer show de humor unipersonal realizado por una mujer tucumana? ¿No hubo otras antes?
J.G: Mi memoria puede fallar, pero no recuerdo haber visto un unipersonal de Stand up de una tucumana en cuestión, y mirá que hace años que estoy metida en éste ámbito y en el teatral también. Hay nuevas camadas entre mis alumnas que están a full con presentaciones, talleres, o colegas que también están a pleno, pero un show de éstas características, no he visto. Y me parece que está piola pensar que estos espacios se pueden y se deben ocupar por mujeres. Hace un tiempo vengo organizando Open Mic que son monólogos donde les comediantes prueban chistes para nuevos materiales, allí se puede ver lo seguras y paradas que están las chicas en relación al humor y a las ganas de contar qué les pasa. Es increíble verlas así de empoderadísimas.
L.N: ¿No crees que es un determinismo biológico decir que por que sos sesmesina, sos intensa y/o ansiosa?
J.G: Me divierto mucho con el concepto de venir al mundo antes de lo que “naturalmente” dicen que debería ser. Juego mucho con eso. Estuve a punto de morir, y si no hago humor de eso es como fallar un gol donde tengo el arco libre. Y si hay algo de la personalidad también que juega ahí. Pero si creo que venir al mundo mucho antes de tiempo y potenciarlo de manera humorística, me parece un golazo.
L.N: En los últimos tiempos venimos consumiendo humoristas femeninas que no solo problematizan “ser mujer” sino que hacen humor cannabico como Noe Custodio. ¿Cómo definirías tu humor?
J.G: Cada vez que me juntaba con mis amigxs, veía que al contar algo lo hacía de una forma que les causaba risa y los entretenía. En ese momento no lo capitalizaba, simplemente me dejaba llevar por la historia que al ser personal o al tener una opinión al respecto, estaba atravesada de una emoción, había algo de eso que lo volvía empático. La forma era muy tucumana, muy expresiva y muy pasional, entonces cuando tomé mi primer taller de Stand up en Buenos Aires, me di cuenta de todo lo que quería explotar/explorar. Y era esa tucumaneidad, nuestros modismos, nuestras formas de estar en este tiempo y espacio. Me río mucho de misma, y no tengo drama en evidenciar lo anti-heroína que soy. Cuando las cosas me salen mal, cuando me cuelgo con alguna cosa, o me cuesta otras. Hay algo de la identificación ahí que juega un rol muy importante entre el público. Tengo una mirada ácida de lo que me rodea. Creo que el humor debe interpelar, incomodar, cuestionar. En esas ando, y es una apuesta. Hay tanto para decir, y más nosotras siendo mujeres capitalizando un espacio que desde hace muchos años fue de hombres. Pero que gracias a referentes mujeres de distintas latitudes fuimos rompiendo esas reglas preestablecidas por el patriarcado. Y sembrando un espacio más noble para hacer humor.
L.N: En la obra “Hijas del uno a uno” hay un humor muy tucumano. En #Intensa ¿abordarás referencias más universales o te interesa sostener esa referencia tucumana?
J.G: Me interesa sostener lo que soy, de donde soy, y como me manejo en este plano. El ser tucumana habilitó muchas puertas. Viví en Buenos Aires y puedo decir que tenemos cosas maravillosas, que quedarse en lo negativo no funciona, al menos no en este circuito de humor. En #Intensa se va a ver esa referencia bien tucumana, como la caña de azúcar.
L.N: ¿Sobre todo se puede hacer humor? ¿Te animas a hacer humor por ejemplo con el feminismo o temas como abusos sexuales o no pasas esos limites?
J.G: Defiendo comediantes que inquietan, incomodan, interpelan, y que puedan hacerse cargo de eso. No defiendo la agresión ni la burla. La agresión pasa a un plano chato, violento y de no haber sido pensado. Hay lugares que puedo hacer humor, y hay lugares que duelen y prefiero no. El humor es una gran herramienta que sirve de filtro porque de lo contrario la realidad nos lleva puesto, y resulta muy dolorosa. Aplaudo a mujeres como Malena Pichot o Charo López (y la lista sigue) que inteligentemente pusieron la dosis necesaria para que con herramientas humorísticas se llegue a preguntarse cosas, a replantearse lugares y reivindicar nuestra lucha. Hace poco fui a Buenos Aires a un Open Mic invitada por una colega muy querida Nancy Gay. Al subir cuento que soy tucumana y que acá tenemos entre varias costumbres, chupar caña de azúcar, robar limones y votar genocidas. La gente estalló en risa en la última. La pregunta es ¿por qué nos reímos de eso que nos duele?. Creo que es la manera más llevadera de atravesar la vida.
L.N: ¿Sentís que el humor puede alivianarnos la crisis económica emocional que estamos viviendo los argentinos? ¿Por qué nos reímos de nuestras miserias?
J.G: Me resulta difícil pensar en una Argentina sin ningún tipo de crisis, entonces bajo esa premisa, hubo comediantes que supieron capitalizar esa incertidumbre y volverlas oro. Reír para no llorar. Llorar está bien, pero utilizar el filtro del humor para entender, para aceptar, para reflexionar es una buena arma de defensa personal, te diría. Antepongo el humor para que no me haga mierda. Creo que el humor no debería ser ingenuo e inocente. Sirve también como herramienta para expresar pensamientos, ideas, apuntar a algo que nos jode, nos molesta. En vez de ir a cagarlo a piñas, lo resuelvo con ese lenguaje. Más efectivo, más inteligente. La literalidad mata cualquier tipo de intercambio y de disfrute.