Los cerros y yunga de la provincia fueron escenario de una producción argentino-brasileña que se filmó en marzo de 2018. Su realizador, el porteño Ignacio Rogers, recibió el apoyo del Ente Cultural de Tucumán y nutrió tanto al equipo técnico de rodaje como al elenco, de trabajadores y trabajadoras locales. “Fue una gran experiencia filmar en Tucumán”, destacó.
La película El Diablo Blanco, ópera prima de Ignacio Rogers, fue filmada íntegramente en San Javier y Raco y se estrenará este jueves 20 de junio en el cine Atlas. El film fue producido por Magma Cine, en coproducción con Sombumbo y Madre Media de Brasil, y con el apoyo del INCAA y del Ente Cultural de Tucumán.
La trama desata una mezcla de suspenso y terror experimentado por un grupo de jóvenes en una extraña comunidad. La misma es protagonizada por Ezequiel Díaz, Violeta Urtizberea, Julián Tello, Martina Juncadella, William Prociuk, Ailín Salas, Nicola Siri. Entre las actuaciones de Tucumán se destacan la de Teresa Terraf y Rubén Ávila.
Sinopsis: un grupo de amigos treintañeros sale de viaje en auto a través del país. En un complejo de cabañas, en un alto en el camino, Fernando tiene un extraño encuentro con un misterioso hombre. Las vacaciones ideales del grupo se ven arruinadas cuando aparece asesinada la joven hija del administrador de las cabañas. El misterioso hombre volverá en las pesadillas premonitorias que acosan a Fernando y el grupo quedará atrapado en un pueblo hostil, bajo la poderosa influencia maligna de una antigua leyenda local.
El Ente Cultural de Tucumán brindó apoyo económico para desarrollar este proyecto, pero bajo la condición de que tanto el elenco como el cuerpo técnico fuesen integrados por trabajadores y trabajadoras de la provincia. “Cada área fue encabezada por personas de Buenos Aires y completada por tucumanos y tucumanas en Arte, Sonido, Producción y Fotografía y Cámara”.
“Para mí la experiencia de filmar en Tucumán fue excelente. Incluso desde el principio –y a partir de un total desconocimiento sobre el panorama cinematográfico y cultural de la provincia–, noté que hay un nivel profesional muy elevado, de mucho compromiso laboral y conocimiento y destreza en materia de cine, a lo que se suma una movida cultural general sólida y amplia”.
Además, el realizador destacó la riqueza del patrimonio natural y paisajístico de la yunga y los cerros tucumanos que claramente funcionan como valiosas locaciones cinematográficas. “Al escribir el guión no me había imaginado una locación precisa, para nada, y, cuando conocí el cerro San Javier y Raco, quedé fascinado, porque en la medida que recorría cada lugar, iba encontrando sitios ideales para cada escena”.
“Sólo puedo sumar palabras de agradecimiento a cada una de las personas trabajadoras de Tucumán en este proyecto, porque todas aportaron parte de sí para que los resultados fueran tan nobles”, concluye Rogers.
Competencias
El film participó de la última edición del BAFICI, en la competencia internacional Vanguardia y Género. Fue el ganador en FICG – 13º Encuentro de Coproducción Guadalajara Market, Guadalajara en el 2017 y fue seleccionado en el Concurso de Guiones Inéditos en el 38º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano Habana, 2016.