Desde hace dos años, Paola vive un infierno en su propio hogar. Lo que comenzó como una relación de pareja en 2018, terminó con una denuncia por violencia de género, una orden de restricción judicial y una lucha diaria por sobrevivir al hostigamiento constante. La historia de Paola no es un caso aislado. Es la evidencia de cómo la violencia machista se sostiene en redes familiares, complicidades institucionales y una justicia que no llega.
Durante cinco años, Paola convivió con su pareja en Alderetes. Juntos compartían una vida y un taller de herrería en su casa. Pero las agresiones verbales fueron escalando hasta volverse físicas, especialmente durante la pandemia. “No me animaba a denunciar, tenía miedo. Recién en 2023 pude hacerlo y lograron excluirlo del hogar”, cuenta hoy.
Aunque consiguió esa primera medida de protección, la violencia no terminó. Al contrario, se transformó. El hostigamiento continuó de forma sistemática. La familia de su ex pareja vive frente a su casa y, lejos de calmarse, la situación se volvió aún más amenazante. “También ellos me hostigan. Tengo medidas en contra de ellos, pero no respetan nada”, relata.
Paola denuncia que, en una escalada aún más violenta, la familia de su ex y su nueva pareja usurparon su casa. Se llevaron todo: herramientas, maquinaria del taller, hasta las cañerías y los cielorrasos. “Me robaron absolutamente todo. El jueves pasado recién pude volver a mi casa. Pero el hostigamiento no cesa. No puedo vivir tranquila. Salgo y me insultan, entro y me tiran piedras”.
El último ataque fue el 8 de mayo. En un contexto de total vulnerabilidad, sin luz, con una amiga que la había ido a asistir, su ex pareja irrumpió en la vivienda acompañado por familiares y amigos. “Entraron, nos violentaron. Me salvaron los vigías de la Banda del Río Salí porque tengo el botón antipánico. Pero la policía llegó tarde. Y yo sigo sola”, dice Paola.
A pesar de haber realizado múltiples denuncias, el aparato judicial no brinda respuestas eficaces. El juzgado de Familia ordenó una consigna policial en su domicilio pero no se cumple por falta de personal. “Fui a fiscalía, fui a todos lados. Ya no sé qué más hacer. Me queda hacerlo público para que alguien sepa lo que estoy viviendo”.
Paola vive con miedo. Pero también con una determinación que se sostiene a fuerza de no querer rendirse. Hacer pública su historia es su último recurso.
Dónde recurrir
Si estás atravesando una situación de violencia de género podés llamar a la Línea 144, es gratuita y brinda atención, contención y asesoramiento a personas en situación de violencia. Si estás en riesgo o conoces a alguien que lo esté, llamá al 911.
Ante una situación de urgencia por violencia de género llamá o mandá mensaje a la guardia permanente del Observatorio de la Mujer. De lunes a viernes de 18hs a 8hs. Fines de semana y feriados 24hs. Tel 3816004978
También podes ir al Observatorio de la Mujer Av. Avellaneda 750- hospital centro de salud, San Miguel de Tucumán 4000
Oficina de Violencia Doméstica
OVD Capital (Tucumán)
Atención 24 hs todo el año
Pje Vélez Sarsfield 450 (altura Congreso al 400)
Tel: 0800 444 0761 (llamadas)
Whatsapp: 381 3990988 (mensajes)
OVD Banda del Río Salí
Lunes a viernes de 7.00 a 19.00 Hs-
Av. Monseñor Díaz 624
Tel. Provisto 3815189797 – Tel Fijo: 4263251
OVD Concepción
Lunes a viernes de 7.00 a 19.00 Hs
España y 9 de Julio – ex Banco Provincia
Tel: 3813463307 (horario matutino). Tel: 3816600536 (horario Vespertino).
OVD Monteros
Lunes a Viernes de 7.00 a 13.00 Hs.
Crisóstomo Álvarez 370
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OVD Trancas
Lunes a viernes de 7.30 a 13.30 Hs.
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