La inflación de agosto es la más alta en 28 meses y se espera una fuerte profundización este mes. Transporte, alimentos y bebidas fueron los rubros con mayores aumentos, mientras que el salario real retrocedió, en agosto, un 8,3 por ciento frente al mismo período de 2017.
Aunque se trata de bienes de fabricación nacional, alimentos y bebidas son los productos que más incrementaron sus precios. “En épocas de devaluación los alimentos tienden a subir más que el resto de las cosas, a menos que se apliquen medidas de desacople de los precios internos respecto a los internacionales, como pueden ser retenciones a las exportaciones o subsidios”, advierte el documento realizado por el Instituto Estadístico de Trabajadores (IET).
Al interior del sector se destacaron los aumentos en restaurantes, frutas, lácteos y cereales con alzas superiores al 6 por ciento. En la comparación interanual, los alimentos subieron 29,3 por ciento. La inflación de agosto trepó al 4,3 por ciento impulsada por la nueva disparada del dólar y el aumento de tarifas del transporte público. El Indec dará a conocer pasado mañana la estimación mensual oficial. Un documento interno del Ministerio de Hacienda difundido la semana pasada prevé que, a pesar de la recesión, 2018 terminará con una aceleración de la inflación hasta el 42 por ciento. La persistente inestabilidad cambiaria convierte a ese registro en un piso. De acuerdo a las proyecciones preliminares elaboradas por el IET, este año se registrará el mayor aumento de precios desde 1991, superando a 2002, 2014 y 2016, cuando rondó el 40 por ciento.
Como consecuencia de la reciente aceleración inflacionaria, el poder adquisitivo de los trabajadores registrados del sector privado alcanzó su menor nivel en ocho años. Las cifras del IET muestran que el salario real retrocedió en agosto 8,3 por ciento frente al mismo período de 2017, la caída interanual más profunda en dos años. Desde que asumió el gobierno de Cambiemos la capacidad de compra de los asalariados registra una caída del 11,7 por ciento.
“Esta tendencia a la baja continuará en los próximos meses, cuando impacte de lleno el traspaso a precios de la devaluación de agosto. Es probable que en los próximos meses registremos caídas interanuales cercanas al 10 por ciento, de modo que el promedio anual de 2018 cerraría con caídas entre 5 y 6 por ciento, dejando un arrastre estadístico muy malo para 2019”, sostiene el informe del IET.