Este fin de semana se estrenó “Quiet on Set: El lado oscuro de la fama infantil”, el documental que cuenta los abusos, violencia y maltratos que se vivían detrás de shows como All That, Drake y Josh, Kenan y Kel, y Icarly que llevaron a Nickelodeon a ser el imperio que es hoy.
El documental muestra lo más oscuro de uno de los canales infanto juveniles más importantes del mundo en cuatro episodios donde diferentes actores y actrices que participaron de All That, El Show de Amanda, Drake y Josh y Zoey 101 cuentan los abusos y maltratos que sufrieron por parte del creador de estas series, Dan Schneider y parte del equipo conformado, en su mayoría, por varones.
Dan Schneider y un imperio pederasta
Schneider aterrizó en Nickelodeon en 1993 con All That como escritor, luego de haber tenido su paso como actor en diferentes series de la televisión norteamericana. Fue el primer éxito de Dan y el canal naranja que hoy pertenece a Viacom, dueños de Telefe.
All That era un show compuesto por diversos sketches con actores y actrices de no más de 16 años. Giovonnie Samuels y Bryan Hearne fueron las primeras voces que aparecieron en el documental, ambos relatan que Dan los excluía dejando a la vista su racismo y que les hacía saber que los contrataba sólo porque debía cumplir con el cupo que le exigían los corporativos. A su vez, Hearne cuenta cómo su paso por el show dificultó su vínculo con su madre, ya que intentó defender a su hijo ante estos actos, y fue Dan despidió al pequeño actor.
La parte más escalofriante del relato llega cuando ambos recuerdan ciertas escenas que para el creador eran “muy graciosas” y para ellos en realidad representaba incomodidad. Hoy con el criterio desnaturalizado de ciertos actos, se puede detectar que las escenas eran totalmente inapropiadas para ser actuadas por infancias. Los actores relatan que muchas veces Dan recurría a “chistes” de líquidos sobre el rostro, introducirse objetos en la boca o sketches fetichistas con los pies.
El creador tenía un patrón, encontraba un talento e inmediatamente esa persona pasaba a ser su amuleto protagónico. Eso sucedió con Amanda Bynes, cuando la descubrió a los 10 años y la llevó a All That. Terminada la serie, luego de varias temporadas, llegó El Show de Amanda en 1998.
Miembros del equipo técnico del show recuerdan la estrecha relación que Schneider mantenía con la protagonista, quien tenía 13 años cuando comenzó el programa. “En varias ocasiones vi que Amanda se sentaba detrás de él, lo abrazaba o le daba un masaje en el cuello”, asegura la montadora Karyn Finley Thompson.
Amanda era toda una estrella mundial que creció muy de golpe y estaba bajo el total poder de Dan, tanto así que a sus 16 años, el creador la convenció de emanciparse de sus padres. Allí comenzó todo un recorrido caótico que la llevó por el alcoholismo, las drogas e incluso la cárcel, lo que derivó en el fin de su carrera en sus veinte. Hoy Amanda se encuentra totalmente alejada de los medios y sus padres tienen su tutela debido a los cuidados psiquiátricos que requiere.
Las guionistas Jenny Kilgen y Christy Stratton, únicas mujeres en el equipo de El Show de Amanda, tienen una presencia notable en el documental retratando un ambiente machista que era animado por Schneider. “Dan nos enseñaba pornografía en su ordenador. Me pidió varias veces que le diera masajes en la sala de guiones y en el estudio. Decía cosas como ‘Dame un masaje y pondré alguno de tus sketches en el show”, cuenta Kilgen.
La guionista también recuerda cómo una vez el productor pidió a su compañera que contara una anécdota mientras fingía que era sodomizada sobre una mesa. “Siempre lo planteaba todo como un chiste y lo decía riendo, pero podías sentir cómo llevarle la contraria a Dan o defenderte podía acabar en despido”, afirma Kilgen.
Además del acoso y el maltrato que sufrían por parte del creador, durante las temporadas que trabajaron en Nickelodeon, las guionistas tuvieron que compartir sueldo entre ambas ya que Dan se negaba a abonar lo que les correspondía, situación que no debía afrontar ninguno de los empleados varones del show.
Si piensan que Schneider era lo peor de Nickelodeon, aún falta hablar de su equipo. Jason Handy trabajó como asistente de producción en las series All That y El Show de Amanda. En abril de 2003 fue arrestado por posesión de pornografía infantil (se encontraron más de 10.000 fotos de niños en poses eróticas, más siete vídeos de contenido sexual explícito entre menores) y al año siguiente se le condenó a seis años de cárcel.
A los pocos meses, y en plena cocina del siguiente éxito de Dan, Drake y Josh, otra denuncia golpeó al canal infantil. Esta vez el acusado era Brian Peck, actor y coach actoral mano derecha de Dan. ¿La víctima? Drake Bell.
Drake comenzó en El Show de Amanda, fue allí que conoció a Peck, y se volvieron inseparables. Dan vio a Drake como una potencial estrella y le propuso su propio show, Drake y Josh. Sin embargo, durante su paso por el canal, el actor tuvo la peor experiencia de su vida que amenazó con terminar con todos sus sueños. Drake fue víctima de las manipulaciones de Peck para romper lazos con sus padres. Bell recuerda, en una ocasión cuando tenía 15 años y se había quedado a dormir en casa de Peck, “abrí los ojos, me desperté y allí estaba él abusando de mí”.
“Me quedé helado, completamente en shock, sin saber qué hacer ni cómo reaccionar. No sabía cómo salir de la situación. ¿Qué iba a hacer? ¿Llamar a mi madre y decirle lo que había pasado, que viniera a recogerme y sentarme a esperar? No tenía coche, ni conducía. Tenía 15 años”, relata el actor. Es la primera vez que el actor relata esto de manera pública, dado que en el momento en el que lo denunció, no se conoció la identidad de la víctima con fines de protegerlo pero también porque el caso fue ocultado por el canal para no verse perjudicado.
Brian Peck fue arrestado en 2003 y condenado por abuso de menores un año después. Fue sentenciado a 16 meses de prisión y registrado como delincuente sexual. Sin embargo, tiempo después, Peck volvió a trabajar cerca de infancias en Disney, en la reconocida serie Zack y Cody.
La historia de Bell no queda ahí. En el propio documental, el actor afronta y se hace responsable de su propio comportamiento reprobable, que incluye abuso de sustancias, conducción temeraria bajo los efectos del alcohol (por lo que ha sido detenido en varias ocasiones) y actos erráticos que han llevado al divorcio de su mujer, Melissa Lingafelt, quien le ha acusado de abusos verbales y físicos a lo largo de su relación.
En 2021, fue arrestado por exponer al peligro a una menor cuando la denunciante tenía 15 años. También acusó al intérprete de abuso sexual, si bien este alegó que el contacto entre ambos se restringió a mensajes de texto sin contenido sexual. Finalmente fue sentenciado a dos años de libertad condicional y 200 horas de servicio comunitario.
El fin de la tortura
A pesar de que parte de su equipo terminó detrás de las rejas, el show de Dan debía continuar. Pasó Drake y Josh, en 2005 llegó Zoey 101 protagonizado por Jamie Lynn Spears, hermana de Britney. En 2007 aterrizó Miranda Cosgrove con Icarly, luego Victoria Justice con Victorious, de donde salió la hoy estrella de pop, Ariana Grande. Y así continuó la fábrica hasta 2018 cuando el canal decidió no renovar contrato en un contexto de múltiples quejas que alegaban un comportamiento abusivo del creador.
Dan fue investigado internamente por ViacomCBS, y por su parte ha negado en varias ocasiones las acusaciones de agresión; sobre todo en una entrevista con The New York Times en 2021, pieza en la que defendió su estilo de trabajo incisivo por cumplir sus “altos estándares”. Schneider además rechazó que haya sexualizado a sus actores.
El documental remarca la importancia de cuidar las infancias, sobre todo en este tipo de contextos donde la industria es un animal voraz capaz de destruir una vida en segundos. Para aquellos que nacimos en la década del 90 y vivimos nuestra infancia plena en los 2000 estos programas nos marcaron para siempre. Sin embargo, hoy conocer todos estos detalles escalofriantes ensucia esos recuerdos y nos hace reflexionar sobre cómo se tratan a las infancias en estos espacios laborales, la exposición que sufren y cómo manejan la frustración y el miedo a decir que no por miedo a perder “la fama“.
No pude evitar leer la nota mientras escuchaba la canción de Pink Guy, Nickelodeon Girls (canción publicada en Youtube en el año 2017, por el no menos transgresor Filthy Frank)