Once familias viven en estado de alerta permanente por las amenazas de uno de los multimillonarios más importantes del país. Tienen restringida la circulación en su barrio, les controlan el ingreso y egreso, les cortan el agua y los quieren desalojar a los golpes para que pueda avanzar el “San Pablo Country Life and Golf”, construido sobre las tierras donde viven 46 personas pertenecientes a cuatro generaciones nacidas y criadas allí.
Este es el caso de la Colonia agrícola Chazal, creada hace casi 100 años para abastecer al ex Ingenio San Pablo, productora de azúcar, miel y aguardiente. En la misma vivían los trabajadores de esta colonia y los obreros estacionales del Ingenio. Las viviendas eran otorgadas en tenencia precaria a sus trabajadores.
El ex ingenio fue a la quiebra, y a comienzos de la década de 1990 las instalaciones fabriles y los campos de cultivo -donde continuaban viviendo los trabajadores- fueron adquiridos por el grupo empresarial BALAL. En ese momento, se firmó un acta acuerdo entre representantes del personal obrero, la Confederación General del Trabajo, la empresa BALAL y el gobierno provincial (un legislador y el ministro de la producción), para dejar en claro cuál sería “el futuro de los trabajadores que pertenecieron al ex Ingenio San Pablo”.
Sin embargo, en 1996 BALAL le vendió los campos a la corporación empresarial Grupo Lucci, quienes inmediatamente reemplazaron la caña de azúcar por plantaciones de cítricos y desestimaron el acta acuerdo firmada previamente, lo que propició el inicio de una serie de conflictos que se mantienen hasta la actualidad.
Al cabo de casi diez años, en 2007, el Grupo Lucci comenzó las obras para reemplazar un sector de las plantaciones de limones por el emprendimiento residencial privado “San Pablo Country Life and Golf”.
Este se llevó a cabo mediante un fideicomiso entre el Grupo Lucci y Germán Schilman Inmobiliaria & Emprendimientos, encargado de la elaboración del proyecto, la ejecución de las obras y su comercialización.
Las obras avanzaron, fueron cercando el lugar y dividiendo la Colonia, hasta que en 2017 la empresa cerró definitivamente una calle interna del country que conectaba a las colonias norte y sur. Esta situación profundizó aún más los conflictos existentes, ya que desde ese momento los residentes de la Colonia Chazal sur sólo pueden ingresar a sus casas por alguna de las dos porterías de acceso al country.
Es decir, la empresa decide quién sale y quién entra. Además, no cuentan con cloacas y el principal problema es la falta de acceso al agua potable. Cuando se construyó el country, instalaron bombas y desviaron un arroyo, provocando que los siete pozos de agua se sequen. La empresa les niega el acceso a las cañerías formales del desarrollo inmobiliario.
Daniel y Pablo Lucci, con US$ 310 millones, están entre los 50 más ricos de la Argentina y son dueños de la empresa exportadora de limones más importante del país. A principios de mayo, una patota del country golpeó a los vecinos que resisten para no ser desalojados y los amedrentaron con topadoras. A pesar de innumerables pedidos en la justicia y a las autoridades locales, las familias se encuentran desamparadas en la lucha por no vivir encerrados. “La vida de nosotros está en riesgo aquí”, dijo con impotencia Raúl Antonio, uno de los vecinos.
Agradecimientos: Antonella Cardozo Casares, La Nota Tucumán, Matilde Malizia, Eli Alvarez, vecinas y vecinos de Chazal. Música: Mensaje y Realidad – Chakana Tucumán
