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El 17 de mayo se celebra el Día Mundial de Internet, y en este marco te acercamos una mirada crítica sobre la misoginia internalizada en redes sociales, y alimentada por los algoritmos, que atraviesa fenómenos tan virales como el juicio por difamación entre Jhonny Depp y Amber Heard.
El 17 de mayo se celebra el Día Mundial de Internet, promovido por la Asociación de Usuarios de Internet e Internet Society y avalado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Hablar de accesibilidad y uso de internet me parece clave, pero también de los discursos que se gestan y son posibles sólo a través de canales digitales.
Hace casi 30 años un femicidio se convirtió en uno de los juicios más vistos en la historia de los Estados Unidos: el Pueblo del Estado de California contra Orenthal James Simpson o El Pueblo contra O.J. Simpson. El famoso deportista estaba acusado de haber asesinado a su ex esposa Nicole Brown y a su amigo Ronald Goldman. En 1994 OJ fue protagonista de una famosa persecución policial, transmitida por televisión y seguida por todo el mundo. Simpson fue absuelto, a través de una sentencia bastante controversial. A pesar de ello, fue luego arrestado por otros cargos y fue liberado en 2017 luego de pasar 9 años en prisión. El caso está muy bien retratado en “American Crime Story: Todos Contra O.J. Simpson”, disponible en Netflix.
En esta columna nos preguntamos si, en un contexto como el actual, este juicio sucedería de la misma manera y con el mismo desenlace, debido a la existencia de internet, el auge de los feminismos y la visibilización de las violencias por motivo de género. A pesar de todos estos cambios, la defensa y glorificación de ídolos públicos parece aún ser la regla en muchos casos. El origen de estas líneas son una inquietud propia: el fenómeno del juicio de Johnny Depp y Amber Heard espectacularizado en redes sociales.
Como usuaria de redes sociales, me llamó poderosamente la atención la reacción en TikTok en el seguimiento de este juicio, reproducida en Instagram y Twitter. De pronto el algoritmo estaba minado de audios que reproducían fragmentos de juicio, y que me llevaba a estar indefectiblemente al tanto de lo que allí sucedía, pero con opiniones posicionadas claramente hacia un bando: el de Depp. Este contenido me generaba una incomodidad tremenda, lo que me llevó incluso a desinstalar la aplicación de TikTok por unos días. Sin embargo, no terminaba de darle forma a esa incomodidad, que fue de alguna manera avalada por la misma red social. TikTok calificó de abusivas las burlas virales a la actriz, y dijo que eliminaría algunos videos por “promover, normalizar o glorificar la violencia extrema o el sufrimiento en la plataforma”.
El juicio
Depp y Heard se casaron en el año 2015, pero 15 meses después, en 2016, Heard solicitó el divorcio y en esa misma demanda denunció hechos de violencia, concediéndole la justicia una orden de restricción de acercamiento. Poco después, Heard retiró la orden, firmando ambos un acuerdo millonario para comenzar un proceso amistoso, con la emisión de un comunicado conjunto. En 2018, en el contexto del #MeToo, Amber escribió un artículo para The Washington Post, donde sin nombrar a Jhonny, relata situaciones de violencia de género y las consecuencias de denunciar a figuras importantes del medio al “ver en tiempo real cómo las instituciones protegen a los hombres acusados de abuso“.
Depp respondió con una demanda por difamación en marzo de 2020, pidiendo 50 millones de dólares a su ex esposa por realizar acusaciones “demostrablemente falsas”, y favorecer su carrera a través de una imagen de víctima, acusándola de ser ella quien perpetraba la violencia doméstica. Heard presentó una contrademanda, y esto es lo que realmente se dirime en este juicio: quién es culpable de difamación y cuánto dinero debe pagar al otro (y no si alguien va o no a la cárcel).
En diciembre de 2019, Disney despidió a Depp de la saga de Piratas del Caribe, una de las razones por las cuales el actor habría iniciado este juicio, al depositar sobre las declaraciones de la actriz la no concreción de ese contrato laboral (y posiblemente de otros más). Contra esto, la defensa de Heard resaltó que Depp fue despedido por mal comportamiento reiterado.
El juicio por difamación está siendo escenario de relatos vinculados a consumos en exceso de drogas y alcohol, y hechos de violencias varias, que sin duda desencadenan en una relación violenta.
La espectacularización de la violencia
Especialistas afirman que este juicio no tendrá una consecuencia legal tan real como la que tendrá en la opinión pública, ya que la justicia posiblemente se ampare en la libertad de prensa para no hacer lugar a los reclamos de los actores. Sin embargo, no hay dudas que Depp está usando este show mediático para “limpiar su imagen” y que se escuche su versión de la historia, o construir un nuevo relato. Actualmente, los videos y comentarios que predominan en redes sociales son los del hashtag #JusticiaParaJohnnyDepp, que se encuentran muy por encima de los del hashtag #JusticiaParaAmberHeard, lo que demostraría que la estrategia del actor estaría funcionando a su favor.
La espectacularización del caso está fomentada por las redes sociales, con análisis de creadores de contenido que, muy livianamente, y muchos solo a partir del análisis de gestos y algunos discursos, diagnosticaron a Amber Heard como si fueran psiquiatras, o sobreanalizan pruebas, por ejemplo cuando una abogada de Heard se refirió a un kit de maquillaje que la actriz tenía en su cartera para tapar las marcas de violencia (posteriormente, la marca Milani emitió un comunicado en internet en el que alegaba que esa paleta habría salido al mercado después del divorcio con Depp, adquiriendo la propia marca notoriedad en sus redes sociales). El ataque masivo es preocupante, y socialmente existe una condena muy fuerte que alimenta discursos que niegan la violencia de género como una problemática real y estructural.
La era del #MeeToo
Venimos de un movimiento muy grande de visibilización de las violencias por motivos de género en el ámbito Hollywoodense. Entre otras consecuencias, esto trajo una condena histórica a Harvey Weinstein. Esto nos parecerá muy lejano a quienes habitamos el mundo de las personas humanas y no de las estrellas, pero repercute en nuestro día a día.
La espectacularización del juicio transmitido por youtube significa hoy, en una opinión que puede pecar de subjetiva y personal, un revés a los avances en materia de género que se sucedía en los medios. Los comentarios de reuniones en la calle de “qué loca Amber” o “pobre Johnny” la posicionan a ella como culpable de la violencia en la pareja. La vulgarización de la violencia de género, desde la burla y la viralización en redes sociales es sin duda una nueva expresión de violencia mediática y simbólica hacia una mujer.
Aunque suena lógica la viralización de elementos que alimentan el algoritmo, de un juicio transmitido por youtube y accesible a todas las personas con internet en algún dispositivo, no deja de llamar la atención la generación de contenido masivo y memes de los que está siendo objeto, y sobre todo el contenido profundamente misógino que se está generando.
Durante su testimonio, Heard relató entre lágrimas uno de los episodios más violentos de todo el juicio, un abuso sexual de Depp hacia ella. También habló de otros abusos físicos y psicológicos. A pesar de que TikTok haya eliminado algunos audios de violencia explícita y abuso, se siguen creando a diario memes del juicio, y suelen tratarse con sarcasmo testimonios graves, para señalar supuestas inconsistencias en el testimonio de la actriz según la perspectiva poco profesional de usuarios de redes sociales que se sienten calificados para emitir juicios de valor de ese calibre.
En ese sentido, la tendencia cuando el protagonista de un juicio es una celebridad tan reconocida, como es el caso de Johnny Depp, suele ser defenderlo como si se tratara de un ser querido y se hubieran vivido los hechos en primera persona. Esto es hoy alimentado por internet y las redes sociales. El público no quiere creer que su ídolo, o una cara tan familiar y querida, sea capaz de hacer cosas como las expuestas en el juicio.
Por otro lado, está en juego una gran cantidad de dinero, de contenido y de atención en este fenómeno, siendo aprovechado por creadores de contenidos (Youtubers, Instagramers y TikTokers) poco conocidos que están fomentando la propaganda a Depp para impulsar sus propias redes sociales, usando el algoritmo a su favor.
El juicio entre Johnny Depp y Amber Heard por difamación se reanudó ayer 16 de mayo, y seguirá acaparando y buscando atención del público.
En el día mundial de Internet quise traer el debate y el análisis crítico de los discursos que se promueven y facilitan a través de las redes, y de cómo la espectacularización de estos casos significa un revés en términos de revictimización y violencia de género. En estos casos de millonarios contra millonarios no es mi lugar como “persona común” tomar partido, pero sí reflexionar sobre lo que queda en el imaginario colectivo y sobre los debates que se instalan para no seguir reproduciendo discursos que alimentan nuevas formas de violencia y que se sostienen luego en los distintos ámbitos de nuestra vida.
Nos seguirá pareciendo atractivo presenciar vidas ajenas como las de Depp y Heard, pero propongo aquí que a ese amarillismo lo enfrentemos a una mirada crítica que no reproduzca lo fomentado por los algoritmos, y sí por el debate profundo de lo que este caso significa y deja en la cultura popular.