El Congreso realiza una reparación histórica a la joven que denunció a José Orellana por abuso sexual

El intendente de Famaillá está procesado por abuso sexual simple. La reparación consiste en incorporar a la denunciante a la planta permanente como primera ingresante al nuevo Departamento de Géneros y Diversidad Sexual de la Cámara.

La Comisión de la Mujer de la Cámara de Diputados de la Nación resolvió realizar una reparación histórica a Agustina Poch, la joven platense que denunció al ex diputado y actual intendente de Famaillá, Jose Orellana, por abuso sexual. Lo hechos denunciados sucedieron en el despacho de Orellana, cuando la joven se desempeñaba como empleada de la diputada Gabriela Troiano en el año 2016.

“Hace algunos años, una trabajadora de ésta Cámara de Diputados de la Nación denunció haber sufrido abusos sexuales por un entonces diputado nacional, que está procesado por ese delito, y no encontró la protección física y psíquica que amparada por la Ley debería haberle garantizado ésta Cámara”, expresa el comunicado de Diputados.

La reparación consiste en incorporar a la denunciante a la planta permanente como primera ingresante al nuevo Departamento de Géneros y Diversidad Sexual de la Cámara.

Su abogada, que la representa en la denuncia penal contra el ex diputado, María Elena Barbagelata, sostuvo que se trata de “una reparación y un antecedente de las mujeres que vienen atrás”.

“Es inédito que se haya arribado hasta donde se llegó. En ese sentido también está poniendo en jaque a la propia Cámara de Diputados que hizo un silencio absoluto sobre esta cuestión y en ningún momento mostró apoyo. La única que la luchó sola fue la diputada Troiano”, expresó en diálogo con La Nota. 

Luego de un arduo camino que injustamente deben transitar las mujeres que se animan a denunciar hechos de abuso sexual que involucran a políticos, a cuatro años de la denuncia, el pasado 19 de mayo, Orellana fue procesado por el delito de abuso sexual por los jueces de la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Ignacio Rodríguez Varela y Alberto Seijas.

El lento camino hacia las Justicia

“Esperábamos el procesamiento para poder avanzar al juicio oral, es lo que queremos impulsar. En estos años, después de la declaración indagatoria, logramos que se avanzara en la producción de pruebas. Primero tuvimos una resolución de falta de mérito que dicta la jueza de primera instancia, María Alejandra Provítola, porque consideraba que no había elementos que la convenzan de los hechos. Alegó estado de incertidumbre y resuelve falta de mérito”, explicó la abogada.

Esa decisión fue apelada, y la querella aportó más pruebas. En esta instancia la jueza se tomó seis meses para resolver, desde julio hasta el último día hábil del 2019, resolviendo que mantenía su estado de incertidumbre, y dicta el sobreseimiento para resolver la cuestión y que esto no afecte “el buen nombre y el honor” de Orellana.

A pesar del cansancio y el hartazgo de la denunciante, apelaron la decisión. “Ampliamos los agravios, lo fundamentamos más, con aportes de la UFEM que intervino desde un primer momento. El 19 de mayo de 2020 la Cámara resolvió revocar el sobreseimiento dictado por la jueza y decreta el procesamiento por encontrarlo penalmente responsable del delito contra la integridad sexual artículo 119 del CP, abuso sexual simple”, detalló Barbagelata.

Está decisión significó un gran avance y alegría para la denunciante. “Para Agustina, sostener este proceso fue una tortura, pero esto lo hacemos por las que vienen atrás. Nosotras seguimos en completa soledad porque que queremos modificar la realidad”.

La jueza mostró toda la empatía con el patriarcado. Estereotipos y discriminación en cada una de sus resoluciones. La primera medida del fiscal fue pedirle una pericia psicológica y psiquiátrica para ver si fabulaba. Agustina declaró varias veces a contrario de lo que establecen todas las legislaciones internacionales sobre este tipo de delitos, y además tuvo un careo con el empleado de Orellana, quien había dicho que se había ido con él, y que nunca había estado con Orellana.

Por su parte, la querella aportó diez testigos, todos consistentes y coherentes. Entre ellos, declaró Verónica Figueroa, responsable al momento de los hechos del área de Género de Famaillá. “Declaró que conocía por lo menos, cinco casos iguales al de Agustina en Famailla, pero nadie se animaba a declarar. Eso consta en el expediente”, sostuvo la letrada.

Sobre los hechos

El hecho denunciado sucedió el viernes 11 de noviembre de 2016 al mediodía. El despacho de Gabriela Troiano, donde Agustina trabajaba estaba al lado del de Orellana. La joven contó que recibió un llamado de la telefonista de seguridad buscando comunicarse con la oficina del tucumano, pero que no atendía nadie.

Agustina fue hasta el despacho de Orellana, donde se encontraba el secretario Javier Romero, quién se retira del espacio, y es ahí cuando Orellana abordó a la joven. 

“Vos necesitás alguien que te quiera… Me encantás desde que te ví”.En ese momento Orellana se puso de pie y comenzó a besarla en su oreja. “Seguramente nadie te besó así, no?”. Agustina tenía 21 años

Tres testigos que la vieron al salir del despacho de Orellana consternada y angustiada por la situación. El secretario de Orellana, que fue el único que declaró en su nombre, mintió diciendo que Agustina salió del despacho con él y que no se quedaron solos. Y la jueza tomó esa declaración para dictar la falta de mérito.

El domingo siguiente, Agustina recibió un mensaje del exdiputado pidiéndole que no lo denunciara porque lo perjudicaría, que piense en su familia, y que solo le había dado un trato de amiga.

En los meses siguientes, lo único que hizo la Cámara de Diputados para subsanar el acoso que había sufrido la joven, y por pedidos de Troiano, fue trasladar la oficina de Orellana a otro lugar, porque la joven se seguía cruzando una y otra vez con su agresor.

“Yo si te creo”

La jueza Provítola nunca le creyó a Agustina. Por eso, para visibilizar su caso comenzaron a utilizar el hashtag “yo si te creo”.

“Lo primero que pasa en una causa de abuso sexual es el descreimiento que se le tiene a la víctima. Por eso “yo si te creo” se transformó en una consigna tan fuerte y donde todas nos sentimos identificadas por la cantidad de veces que no nos creyeron”, contó la abogada sobre la elección de la frase.  

Con motivo de la Ley Micaela, el canal de TV de la Cámara de Diputados realizó un video donde se ven bocas de mujeres que relatan hechos puntuales de violencia, acoso y abuso sexual. Para sorpresa de Agustina, utilizaron frases textuales de su caso. “Fue muy importante para ella. Sentía que alguien la había escuchado”.

Agustina se llamó Luz, para proteger su identidad y evitar la exposición. Cuando Thelma Fardin denunció a Darthes y se expuso ante los medios, Agustina llamó a su abogada y le dijo: “Yo también quiero dar mi nombre”. Ya no estaba sola. 

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