El 29 y 30 de abril comienza el juicio oral por el transfemicidio de Ayelén Gómez. El mismo tendrá lugar en la “Sala Conclusional I” de San Miguel de Tucumán. Desde Andhes, organización que tomó el rol querellante en la causa, convocan a acompañar el proceso y exigir justicia a través de redes sociales con el hashtag #JusticiaPorAyelén.
Desde Andhes, sostienen que el crimen de Ayelén “es un caso testigo que refleja de manera cruda la historia de vida de todo el colectivo de mujeres trans y travestis que vio históricamente vulnerados sus derechos humanos, siendo blanco de violencias e invisibilizaciones por parte del estado y sus instituciones. Las mujeres trans y travestis ven afectada su dignidad humana con la exclusión y la falta de acceso a la salud, a la educación, al trabajo y la justicia, como así también se enfrentan a la discriminación, a la criminalización y a múltiples y reiteradas manifestaciones de odio hacia su género por parte de la sociedad”.
“Buscamos que la justicia tucumana pueda llevar adelante un juicio justo y respetuoso de la identidad de Ayelén, que tenga en cuenta todos los obstáculos presentes en su vida, como en la vida de la gran mayoría de mujeres trans y travestis. Y que finalmente, pueda aplicar medidas de acción positivas y reparadoras para este colectivo y para la familia de Ayelén Gómez”, expresan desde la organización.
Los términos travesticidio y transfemicidio son usados internacionalmente para los crímenes contra mujeres trans y travestis. Este término doble, que expresa la identidad política, es la expresión más visible y final de una cadena de violencias estructurales que comienza con la expulsión del hogar, la exclusión del sistema educativo, sanitario y del mercado laboral formal, la iniciación temprana en el trabajo sexual, el riesgo permanente de contraer enfermedades de transmisión sexual, la criminalización, la estigmatización social, la patologización, la perversión y la violencia institucional.
Sobra la vida de Ayelén Gómez
Ayelén Gómez nació el 29 de junio de 1987 en la localidad de Ranchillos, Tucumán. Siendo la tercera entre sus diez hermanes, vivió una infancia y adolescencia rodeada de su familia, que la amaba y aceptaba. Sin embargo, durante su vida y su transitar por el espacio público, fue víctima de múltiples violencias asociadas a su identidad de género no normativa. Siendo muy joven, con la expulsión del sistema educativo, se vio forzada a ejercer el trabajo sexual al igual que muchas de sus compañeras travestis y trans, como única fuente de ingreso.
Con 22 años su existencia trans comenzó a verse más amenazada y atravesada por la hostilidad y la discriminación. En 2009 sufrió abuso y violencia sexual por parte de dos policías mientras caminaba a su casa, el hecho ocurrió sobre la ruta 302 que conecta su Ranchillos natal con la capital tucumana. Años después, en 2012 Ayelén nuevamente fue detenida, violada y torturada por policías de la comisaría 2da de San Miguel de Tucumán. Este último hecho obligó a Ayelén a migrar, como es frecuente en la población trans, hacia Bs As luego de las amenazas que recibió por haber denunciado el episodio de violencia policial.
En Capital Federal, encontró en la U.G.E.E. N°16 “Mocha Celis” un espacio donde poder transitar no solo la finalización de sus estudios secundarios, sino también una comunidad institucional en la que se sintió amparada para seguir proyectando un desarrollo pleno de su vida. Desde esa institución se acompañó a Ayelén en la inscripción y solicitud del Subsidio Habitacional otorgado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, dado que se encontraba en una situación de emergencia habitacional, al igual que la gran mayoría de la población trans y travesti. Sin embargo, dicho subsidio no le fue otorgado, agravando en poco tiempo la condición habitacional de Ayelén, que en cuestión de meses llegaría a estar en “situación de calle”, limitando profundamente sus posibilidades de continuar con sus estudios.
Cinco años después de aquella violación en la comisaría segunda con apenas 31 años y meses después de volver de Buenos Aires, el 12 de agosto de 2017, Ayelén Gómez aparece asesinada debajo de una de las tribunas del Club Lawn Tenis. Su cuerpo fue encontrado desnudo, con golpes y tierra en la garganta. La autopsia determinó que murió por asfixia mecánica por sofocación.