El aislamiento social, preventivo y obligatorio obligó a las familias a estar adentro de sus hogares, lo que se tradujo en una carga mayor para los padres. Tuvieron que ocuparse de las tareas de los niños y niñas, los cuidados higiénicos por el covid-19 y continuar con el trabajo remunerado en modalidad homme office.
Tanto varones como mujeres aumentaron el tiempo de cuidados en el hogar por la cuarentena obligatoria, tanto sea por lo relacionado al cierre de las escuelas y, en la etapa más estricta, por la imposibilidad de que funcione el servicio doméstico.
Según el estudio realizado por Género y Trabajo, la primera diferencia notable es que las mujeres dedican alrededor de diez horas y media a las tareas domésticas – este promedio sube hasta 13hs si tienen menores de 12 años a cargo- mientras que los los varones dedican sólo 6hs.
Es evidente que el peso de de las tareas no está igualmente distribuido. Y en hogares monoparentales la carga sobre las mujeres es aún más fuerte.
Gracias a la encuesta de GROW, se pudo conocer que los varones usan una hora más que las mujeres para dormir, una hora y media más para el trabajo remunerado y una hora más para actividades relacionadas al ocio.
El dato más curioso es que para los varones las tareas distribuyen de manera equitativa entre los/as miembros de la familia. Mientras que las mujeres declaran “que ellos sólo ayudan”
En este sentido cabe destacar que las mujeres siguen sosteniendo las tareas de gestión de cuidados, o sea quién hace y cómo.
Acción del Estado para la repartición igualitaria de las tareas
“Con estos datos queremos visibilizar de ya no estamos hablando de una doble carga en las mujeres, entre lo productivo y reproductivo, sino de una tercera y cuarta carga en algunos casos” manifiestan desde la organización.
Desde el Estado y las instituciones se debe bregar por “la distribución de las tareas de cuidado para apoyar el cambio que se necesita en las dinámicas familiares”.
En tanto, hay que tener en cuenta que cuando se delegan esas tareas de cuidado a un servicio doméstico, casi siempre son mujeres a quienes emplean.
El trabajo doméstico no remunerado sigue siendo una carga para las mujeres, que además de cumplir con una jornada laboral, deben ocuparse del hogar. En contextos de cuarentena la carga se profundiza porque se cumplen en simultaneo.