El patrimonio arquitectónico de la ciudad disminuye a pasos agigantados. La falta de interés en el mantenimiento de las propiedades privadas antiguas, sumado a la falta de legislación que proteja estos edificios, ha llevado a que el casco céntrico tucumano cada vez tenga menos historia inscripta en aquellas paredes.
Dos centenarios y legendarios edificios, que estaban dispuestos en dos esquinas opuestas en la intersección de las calles Virgen de la Merced (exRivadavia) y Mendoza, fueron demolidos en los últimos días.
Los más triste es que una de las esquina, la que está en la ochava sur, fue transformada en una guardería de autos. Allí, a principios del Siglo XX, la construcción era utilizada como una vivienda y los propietarios eran los mismos dueños del mítico y antiguo Hotel La Vasca, que funcionaba a metros de la casona por calle Mendoza.
Mientras que la propiedad, ubicada en la acera norte, todavía permanece vallado y no se vislumbra cuál será su destino.
La recuperación y revalorización del patrimonio arquitectónico es un tema pendiente en las políticas públicas tucumanas.