A 25 años de su fallecimiento y en el mes del Orgullo, se estrena la serie que cuenta la vida de Cris Miró, la primera vedette trans argentina que marcó las tablas porteñas.
La vida de Cris Miró llega a las plataformas representada por la actriz y modelo española Mina Serrano, quien conserva un parecido impactante con la primera vedette travesti de la revista porteña aceptada masivamente.
¿Quién fue Cris Miró?
La porteña nació el 16 de septiembre de 1965. Orientó su formación académica al ámbito artístico estudiando baile en la escuela de Julio Bocca y actuación con Alejandra Boero, sin embargo, también se encaminó en otra profesión y estudió Odontología en la UBA.
Cris llegó al cine en 1991 cuando formó parte del elenco de la película Dios los cría (un ámbito familiar), de Fernando Ayala y tiempo después interpretó a la Mujer Rata en La Peste, del cineasta Luis Puenzo.
Comenzó su carrera como vedette de la mano de Juanito Belmonte en 1994 y en 1995 debutó como primera figura en Viva la Revista en el teatro Maipo en donde rápidamente logró notoriedad y saltó a la fama en la revista porteña, tanto que fue nombrada la Vedette del año. Luego vinieron sus temporadas con espectáculos como Más locas que una vaca, o Más pinas que las gallutas, en ambas con dirección de Hugo Sofovich.
En una Argentina noventosa donde las oleadas del feminismo aún no nos habían abrazado, Cris abrió el debate sobre la marginalidad y exclusión del colectivo trans.
Cris Miró decía sobre su identidad: “A pesar de que nací con un determinado sexo que hace que tenga documentos con nombre y género de hombre, lo más importante es lo que yo siento. Yo soy una sola persona, y eso es lo que a mí me importa. Eso de los opuestos lo ven los demás, yo lo vivo de una sola manera. Mi verdadero nombre es el que siento y el que quiero: que es Cris Miró.”
El disfrute de lo que había logrado duró poco, en 1998, canceló sus presentaciones en el boliche La Diosa y su carrera de odontología por problemas de salud que requerían reiteradas internaciones hospitalarias. Al año, un 1 de junio Cris falleció con tan solo 33 años de edad debido a un linfoma.
La serie
La narrativa de la biopic de la vedette ronda por su vida pública como así también por los dramas que reinaron en su vida privada. Cris Miró (Ella), estrenó su primer capítulo anoche en TNT y lo hará cada domingo a las 22 hs a lo largo de 8 capítulos, mientras que la serie de manera completa se estrena en Flow a partir de este lunes 24.
La serie recorre desde el rechazo inicial que tuvo que enfrentar de su propia madre que no aceptó su identidad sexual, hasta su consagración formando parte de distintos elencos, pasando por su trabajosa transformación interna. De la contrariada adolescente que concurrió a un colegio de varones a la sensual y ambiciosa vedette que logró la aceptación de una sociedad que también aceptaba los arrestos de quienes vestían contrariamente a su género biológico, hasta su repentino final condenado por un cáncer.
El elenco está encabezado por Mina Serrano, una actriz y bailarina trans que tuvo que despojarse de su acento español para entrar en su primer papel protagónico. La española está acompañada por Katja Alemann, César Bordón, Agustín “Soy Rada” Aristarán, Vico D’Alessandro, Marcos Montes, Toto Rovito, Manu Fanego, Martín “Campi” Campilongo, Carolina Kopelioff, Alejandro Tantanian y Adabel Guerrero.
“Cris fue una precursora, como así también lo fueron otras antes y después de ella. Pero su esfuerzo y deseo siempre estuvieron consagrados a su carrera artística, más que a un componente político. El tema fue que ser parte de una minoría sexual la llevó a que su carrera artística tuviera una inevitable vertiente activista. Pero ella nunca se definió como una activista política” expresó Mina en una entrevista con Página 12.
Cris dejó su huella a paso firme no sólo en las tablas porteñas sino también en la televisión de los 90. Pasó por el living de Susana, por los sketchs con Gasalla y hasta por las cámaras ocultas de Tinelli. Desde campañas publicitarias de ropa interior hasta convocatorias para desfilar en París de la mano de la alta costura, Cris dejó su esencia en todos lados.
Cris irrumpió en un mundo artístico heteronormativo que tenía como capo mayor a Hugo Sofovich, director de obras y productos televisivos protagonizadas por varones que sexualizaban a mujeres en poca ropa que cumplían con los estereotipos de belleza.
Marcó una época donde los chistes machistas nos causaban gracia a todos, donde las primeras marchas del orgullo contaban con 200 o 300 personas, donde la Ley de identidad de género o el cupo trans eran políticas impensadas y faltaban años luz para el matrimonio igualitario.