Chile es el último ejemplo del avance de la centro-derecha. El triunfo del multimillonario Sebastián Piñera el domingo, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales chilenas, es otra señal del giro de Latino América a la derecha.
Sebastián Piñera se impuso a Alejandro Guillier, el candidato de la agrupación oficialista de centroizquierda Nueva Mayoría, con el 54,58% de los votos, una ventaja de casi 10 puntos por encima de Guillier.
En marzo reemplazará a la socialista Michelle Bachelet en la presidencia que ya ejerció entre 2010 y 2014.
Pero, ¿hasta dónde llegará este viraje de América Latina hacia la derecha política?
Un claro síntoma de la importancia regional de la elección en Chile surgió al cierre de la campaña, el jueves, cuando Piñera recibió un video de apoyo del presidente argentino Mauricio Macri y Guillier apareció junto al expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica.
“Soy amigo de Sebastián, lo admiro y creo que es un gran dirigente”, dijo en el video Macri, quien en las legislativas de octubre amplió su poder.
Tendencia regional
Brasil también tuvo un cambio de signo político el año pasado, al asumir un gobierno de centro-derecha encabezado por Michel Temer tras el juicio político que destituyó a la presidenta izquierdista Dilma Rousseff, cuyo Partido de los Trabajadores estaba en el gobierno desde 2003.
Además, en Perú fue electo en 2016 Pedro Pablo Kuczynski, un economista que trabajó previamente para el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y que ahora está en la cuerda floja por el caso Odebrecht.
Algunos analistas creen que la política latinoamericana va en sintonía con el crecimiento de la derecha que se observó en elecciones recientes en Estados Unidos y Europa.
Pero esto tampoco significa necesariamente que haya un cambio político radical en la región: Piñera ganó con posturas más moderadas que otros candidatos de derecha en Chile.
Muchos descartan, por ejemplo, que Piñera vaya a acabar con la ley que promulgó Bachelet para despenalizar el aborto en determinadas circunstancias, aunque ha dicho que la piensa introducirle “cambios”.
Si Piñera para gobernar decide apoyarse en los dos políticos más a su derecha que el domingo le aportaron votos (incluido José Antonio Kast, que rechaza el aborto y reivindica la dictadura de Augusto Pinochet) es probable que la polarización y tensión crezcan en Chile.
En América Latina se aproxima una seguidilla de elecciones que determinará más claramente el alcance del giro político regional.
El año próximo habrá presidenciales de resultado incierto en Colombia, Paraguay y México, donde el izquierdista Andrés Manuel López Obrador lidera las encuestas, como lo hacía en las últimas dos elecciones que finalmente perdió.
En 2018, también irá a las urnas Brasil, donde las encuestas por ahora colocan al frente al exmandatario izquierdista Luis Inácio Lula da Silva, que podría ser descalificado si un tribunal federal confirma en enero una sentencia en su contra por corrupción, y a Jair Bolsonaro, un populista de extrema derecha.
Incluso en Venezuela están previstas elecciones presidenciales el año próximo, que pondrán a prueba la vigencia del “socialismo del siglo XXI” impulsado por Chávez.