El cantante de El Otro Yo está acusado de abuso sexual y corrupción de menores. Se encuentra detenido con prisión preventiva desde diciembre de 2016.
El juicio al cantante de El Otro Yo, Cristian Aldana, comenzó este el martes 22 de mayo. El músico está detenido con prisión preventiva en Marcos Paz desde el 22 de diciembre de 2016, procesado por el delito de abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante y corrupción de menores en siete oportunidades.
En la causa, que tiene el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°25 de la Ciudad de Buenos Aires, siete mujeres son las que lo acusan, pero hay por lo menos cuatro más que van a aportar sus testimonios. Los testimonios constituyen la principal prueba en su contra, quienes se animaron a denunciarlo públicamente y en la Justicia. ¿Es prueba suficiente para condenar a un acusado? “Eso va a depender de la valoración del tribunal”, explicó a Cosecha Roja Mariela Labozzeta, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), quien intervino activamente en la etapa de instrucción de la causa.
“La posición de la UFEM es que en estos casos de violencia sexual, donde el principal problema probatorio es que ocurren en ámbitos privados, se considere el testimonio de la víctima”, explicó. La fiscal remarcó que los testimonios de las chicas “son coherentes” y demuestran que hubo un modus operandi en la conducta de Aldana: todas tenían entre 13 y 16 años cuando se cometieron los abusos y eran fans de El Otro Yo él aprovechaba ese acercamiento para abusar de ellas.
Ya están fijadas las dos primeras audiencias, el 22 y 24 de mayo, y se prevé que, por la cantidad de testimonios, se convoque a más reuniones. Los jueces que actuarán son Rodolfo Bustos Lambert, Ana Dieta de Herrero y Rodolfo Goerner. El músico, por los cargos que le imputan, puede recibir una pena de hasta 20 años de cárcel. El fiscal Guillermo Pérez La Fuente trabajará con la colaboración de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), organismo que recibió las denuncias e hizo la investigación preliminar.
Los casos de abuso relatados ocurrieron en distintos momentos de la historia de El Otro Yo, entre 1999 y 2010, siempre en las oficinas del sello discográfico de la banda, Besótico. En abril de 2016, ante la denuncia pública de violación que una chica publicó contra Miguel del Pópolo, cantante de La Ola Que Quería Ser Chau, en las redes, y ante el sinfín de mensajes condenatorios de los fans, Aldana hizo un descargo en su Facebook respaldando a las víctimas.
Su mensaje de “apoyo” resonó tanto que comenzaron a publicarse testimonios en su contra. Al poco tiempo, tres de las víctimas hicieron un video donde relataron a cámara las violencias que sufrieron por parte del cantante. A partir de ahí, se unieron, subieron su testimonio a las redes, recibieron más casos y se acercaron a UFEM para denunciar.
Las abogadas realizaron la investigación preliminar y denunciaron. A partir de ahí el caso fue a Primera Instancia, al Juzgado de Instrucción N°17 y ahora al TOC N°25 para el debate.
Cuando su abogado pidió la excarcelación hasta el juicio fue denegada por la Sala de Feria “A” de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, que en su resolución dijo que, para cometer los delitos, se valió “de la admiración que generaba en sus víctimas debido a su actividad como integrante de una banda musical de la cual aquellas eran seguidoras”, y que se tornaba necesario evitar el riesgo de entorpecimiento por eventual intimidación a las mujeres, testigos y posibles víctimas de Aldana.
Ya no nos callamos más
Ariell, una de las víctimas, junto a otras compañeras creó el blog “Ya no nos callamos más”, que administró hasta hace un mes. En él, bajo la premisa de que “hablar es autodefensa”, se publicaron más de 280 testimonios en menos de dos años contra muchísimos varones con mayor o menor protagonismo social que ejercieron violencias sobre personas que decidieron utilizar ese canal de denuncias para dar vueltas las asimetrías. Y eligieron escribir sus historias para sensibilizar, prevenir y alertar a otras y luchar contra la perpetuación de los abusos de poder. “No somos el sistema judicial, elegimos creer como postura política ante el terrorismo sexual, generar prevención entre nosotres y herramientas de autodefensa que rompan con la cultura de la violación y todos sus mecanismos de manipulación eligiendo salir del lugar de víctimas y expresarnos cuándo, cómo y donde fuera”, expresa como manifiesto el blog.