El miércoles 19, desde las 10 hs. vecinas y vecinos de Colonia Chazal, localidad de San Pablo, junto al acompañamiento de organizaciones sociales, realizarán una sentada frente a Casa de Gobierno.
Once familias viven en estado de alerta permanente por las amenazas de uno de los multimillonarios más importantes del país. Tienen restringida la circulación en su barrio, les controlan el ingreso y egreso, les cortan el agua y los quieren desalojar para que pueda avanzar el “San Pablo Country Life and Golf”, construido sobre las tierras donde viven 46 personas pertenecientes a cuatro generaciones nacidas y criadas allí.
El miércoles 19, desde las 10 hs. vecinas y vecinos de Colonia Chazal, localidad de San Pablo, junto al acompañamiento de organizaciones sociales, realizarán una sentada frente a Casa de Gobierno.
Visibilizarán el avasallamiento que sufren por parte del Grupo Lucci sobre las tierras que habitan hace más de 130 años, y pedirán que autoridades provinciales escuchen la situación que viven. Con el fin de detener la usurpación de sus tierras y el hostigamiento cotidiano en manos del grupo empresarial, así como acceder de forma inmediata y regular al agua potable.
Desde Barricada TV visitaron a las familias que se encuentran resistiendo y realizaron un video contando su historia.
COLONIA CHAZAL
Ubicada en la Comuna de San Pablo, con más de 130 años de historia, resiste a las topadoras del negocio inmobiliario que desde finales de la década del ´90 avanza sobre espacios de la comunidad. En las colonias vivían y trabajaban los obreros permanentes que realizaban las tareas agrícolas (plantación, cultivo, cosecha y transporte de la caña) y los obreros estacionales (encargados de pelar y cortar la caña) que eran ocupados sólo en época de cosecha (desde junio hasta octubre aproximadamente). La fábrica del Ingenio San Pablo fue instalada en el año 1832 por Juan Nougués. Hacia 1940 el Ingenio San Pablo era uno de los tres establecimientos azucareros más importantes de la provincia.
En el año 1960 el ingenio mensuró las tierras. En el año 1986 los propietarios del Ingenio San Pablo se declararon en quiebra y posteriormente en 1989 el ingenio cerró definitivamente como resultado de las diversas crisis económicas que impactaron en el sector.
A comienzo de la década del ’90 las instalaciones y campos de cultivo del ex Ingenio San Pablo fueron adquiridas por el grupo empresarial BALAL. En el año 1996 se firma un acta acuerdo entre representantes del personal obrero del ex
ingenio, de la CGT, de la empresa BALAL y del gobierno provincial, resolviendo que la empresa BALAL acepta no desalojar a ninguna familia de las viviendas que actualmente ocupan y que formaba parte del grupo de edificaciones que pertenecieron al ex Ingenio San Pablo, y se compromete a entregar la escritura respectiva de dominio. Sin embargo, ese mismo año, las tierras fueron vendidas por BALAL a la corporación empresarial Grupo Lucci quienes reemplazaron el cultivo de cañas por plantaciones de cítricos.
A principio de este siglo, comenzaron los intentos de expulsar y desalojar a las familias por parte del Grupo Lucci. En diciembre de 2006, luego de múltiples discusiones, se firmó un acuerdo entre 24 familias de la colonia (de las 38
existentes) y los representantes del Grupo Lucci en el que se acuerda que la empresa reubicaría a las mismas en otra zona de su finca y el Instituto Provincial de la Vivienda y Desarrollo Urbano de Tucumán se encargaría de construir las viviendas con todos los servicios básicos y se las entregaría a sus respectivos dueños.
Pero en el 2007 iniciaron el primer juicio por desalojo contra la familia Quintero, y continuamente al resto de familias. Los vecinos acudieron a la Legislatura y al Poder Ejecutivo para que hagan cumplir el acuerdo, la Legislatura les dio la razón, pero el avasallamiento continuó. Ante esta situación decidieron recurrir al Centro de Mediación Comunitaria de la Defensoría del Pueblo de Tucumán.
En el 2009 el grupo empresarial comenzó a construir “San Pablo Country Life and Golf” que dejó encerradas a las familias. El country ocupa más de 300 hectáreas, es el más grande de la provincia. Desviaron un arroyo para que quede
dentro del terreno, formando una laguna. Cercaron todo el perímetro y solo dejaron un portón para ingreso y egreso de las familias que quedaron encerradas. La disposición del terreno hizo que la Colonia quede dividida en norte y sur, conectada por el camino antiguo. En el 2011 envenenaron el agua de una represa, el perro de una vecina bebió de ahí, se intoxicó y falleció, y su dueña terminó hospitalizada por contaminación.
En el año 2012 le pusieron candado y cámara de seguridad al portón de acceso, desde las 19 hasta las 7 de la mañana no dejaban entrar ni salir a las familias de la Colonia. Y durante el día había un vigilante controlando la entrada y salida, sin dejar entrar a nadie que no viva allí. Una escribana constató que estaban encerrados, y realizaron la denuncia penal contra Daniel y Pablo Lucci por privación ilegítima de libertad, logrando que ese portón permanezca abierto siempre.
En noviembre de 2014, tras meses de impedirles el uso de la cancha de fútbol fundada en 1939, le echaron ácido sobre la parte inferior de los postes metálicos y los quebraron.
En el 2017 desmantelaron el camino que conectaba los dos sectores de la Colonia, norte y sur, aunque había un amparo que se lo impedía. Ese mismo año, cerraron con alambrado el paso de la zona norte de la Colonia hacia dentro del country, dejándola aislada de la zona sur. La Fiscalía Criminal de la Iº Nominación, dio lugar a la medida cautelar ordenando la extracción de los postes y alambres de púas con el auxilio de la fuerza pública y allanamiento en caso de ser necesario, restituyendo a los habitantes de la Colonia el libre uso y goce del camino vecinal que constituye una servidumbre de paso, permitiendo el paso peatonal y vehicular. Sin embargo, continúa cerrado, y la seguridad privada del country les impide abrirlo. Y este año cerraron con tela metálica el camino que unía a dos familias de la zona
sur.
A la zona sur de la Colonia solo se puede ingresar o egresar a través de la portería principal del country. Allí sufren agresiones verbales, no los dejan pasar, no dejan pasar visitas, amigos, familiares. Como parte del hostigamiento constante, en distintas ocasiones les envenenaron los perros, y dispararon balines contra las gallinas.
El único servicio con que cuentan es la luz, pero no tienen alumbrado público porque desde el country se lo cortaron. No tienen cloacas, y el principal problema es la falta de acceso al agua potable, ya que cuando construyeron el country
instalaron bombas y desviaron un arroyo, provocando que los siete pozos de agua se sequen. Actualmente les prohíben conectarse a las cañerías formales del country, que pasan a metros detrás de las casas de la Colonia. Una vez por semana va un camión cisterna del Municipio de Yerba Buena, llenan los baldes y tachos para bañarse, beber y cocinar. Este año hubo casos de COVID positivo, pero no dejaban ingresar a los familiares para que les brinden asistencia alimentaria.
A fines del mes pasado sufrieron el último hecho de violencia, seguridad privada del grupo empresarial ingresó al country con una máquina retroexcavadora y destruyó la cancha de fútbol, golpeando a los vecinos que intentaron impedirlo.