La esquizofrenia es una enfermedad mental grave. Se trata de un desorden cerebral que deteriora la capacidad de las personas en muy diversos aspectos psicológicos como el pensamiento, la percepción, las emociones o la voluntad.
La referente del Programa de Trastornos Mentales Severos del PRIS, Mónica Margarita González, explicó que esta es una patología mental severa crónica, de mayor relevancia sobre todo porque es de curso y de pronóstico reservado. Hay de diferentes tipos, pero una de las de mayor frecuencia y de inicio temprano sería la esquizofrenia tipo de Denia, que se inicia en la etapa de la adolescencia.
“Es una enfermedad que aparece con múltiples patologías: trastorno del pensamiento, alteraciones del comportamiento, alucinaciones auditivas o visuales y el componente delirante. Esto afecta el comportamiento diario de las personas como que también puede ser incapacitante, hay una distensión del pensamiento, alteración en la percepción, se altera de afectividad y la capacidad intelectual con el transcurso del tiempo se puede ir deteriorando”, indicó González.
La profesional sostuvo que, el diagnóstico de las patologías psiquiátricas en general tiene que ver con la clínica psiquiátrica por la fenomenología que presenta el cuadro, no hay estudios complementarios como para poder decir que sea un diagnóstico fidedigno a partir de un método de laboratorio. Además, remarcó que esta enfermedad tiene mucho que ver con los factores genéticos que tienen cierta predisposición, además actúan los factores ambientales, de riesgo, y también se vio que hay cierta injerencia en los factores nutricionales, ciertos cuadros virales y el consumo de sustancias.
Con respecto al tratamiento, González dijo que la medicación psiquiátrica es preponderante para el tratamiento de esta patología: “La medicación que se usa es antipsicótica, los típicos serían los más convencionales y los atípicos serían los más nuevos de nuevas generaciones que tienen menos efectos colaterales, ambos tienen muy buena respuesta. El tratamiento va en función a la respuesta de la sintomatología de cada paciente”.
Por último, manifestó que, en general, lo que empieza a llamar la atención es la alteración del comportamiento del paciente: “Cambia su estado de ánimo, se pone más irritable, crisis de excitación motora, cierta irritabilidad inmotivada y son personas retraídas y se alejan. Es importante tener en cuenta que lo que manifiesta la persona necesita ser evaluado por un médico psiquiátrico”, finalizó.
