Uno para espiar las vidas ajenas: Algunas familias normales (2020), de Mariana Sandez
Está compuesto por diez cuentos y un posfacio, cada uno con una forma de familia, con una exposición franca de los vínculos humanos y cómo atravesar, curiosamente, momentos muy hacia dentro de nuestros propios espacios, como nos viene pasando desde el comienzo de la pandemia. “Pero también sé cómo ser prejuicioso/ De cerca, nadie es normal” dice Caetano Veloso y, justamente, el libro se abre con un epígrafe de esta canción. Quizás haya algunas familias más normales que otras, algunas más parecidas a las nuestras, o más lejanas o más grandes o más pequeñas. Sin embargo, a veces nos dan ganas de husmear un poco cómo serán esas vidas ajenas, qué les duele a otras personas y qué eligen y dejan de elegir los demás. Les cuento mi preferido por privado (porque siempre hay un preferido).
Uno para caminar las frías calles tucumanas: Trilogía (2021) de Eduardo Perrone .
Esperamos con muchas ansias esta publicación y llegó. Editada por los amigues de La Papa, incluye el cuidado y prólogo de Martín Aguiérrez, la edición de Maximiliano Cárdenas y el análisis de Verónica Juliano. Esta nueva edición, recién salidita del “horno” incluye sus tres primeras novelas: Preso común (1973), Visita, francesa y completo (1974), Días de reír, días de llorar (1976). Hace mucho que las queríamos tener, y hace mucho que las necesitábamos. El “Buby” Perrone, como se lo conocía, fue escritor tucumano, falleció en 2009, repentinamente, sin avisar. Se fue como vivió: sincero, marginal, frente a nosotres sin que lo supiéramos.
Tanto la edición como las historias son tucumanas, para recorrer de nuevo esas calles de los ‘70, esos pasajes del Bajo, esos lugares oscuros donde pasó de todo y nadie se animó a contarlo tan de cerca como hizo Perrone. Qué lindo es tenerlo de nuevo caminando entre nosotres y saber que no lo hemos olvidado.
Uno para oler el campo argentino: Enero (2018), de Sara Gallardo.
Gallardo es otra escritora que quizás pensamos había caído en el olvido, pero no.
Sara nació en 1931 y ésta es su primera novela, con la que nos pudimos reencontrar al cumplirse 30 años de su muerte, en 2018, quienes no la conocíamos más que de nombre.
Enero es una novela corta pero que en pocas páginas desgarra bien adentro las fibras más profundas. Las imágenes de la pampa lejana y el fluir de los pensamientos de su protagonista, Nefer, por momentos se mixturan y no podemos distinguir cuál es cuál, se hablan a coro. La forma de describir de Sara es única y tan real que la sentimos cerquita, como hablándonos al oído, contándonos que las diferencias sociales en los ‘50 dolían y mucho: hay vidas que valen la pena y otras que no. Pocos finales son tan contundentes y conmovedores como el que corona esta novela.
El “Plus” de siempre: son todas ediciones cuidadas, pensadas y paridas con amor, de editoriales independientes argentinas.
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