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A 15 días de la fuga de Roberto Rejas, el reclamo por justicia para Milagros Avellaneda y Benicio Coronel partió desde el barrio Lola Mora al centro de la capital tucumana. “Si Rejas sigue libre en la calle no habrá justicia para mi hija y mi nieto” afirma Amalia Ojeda, la mujer que inició su lucha hace 5 años cuando su hija y su nieto desaparecieron sin dejar rastros. Hace dos semanas Rejas fue condenado por el femicidio de ambos a pesar de que los cuerpos nunca fueron hallados.
Amalia Ojeda marcha apoyada por sus amigas, vecinas y vecinos. Va acompañada por mujeres militantes de diferentes organizaciones políticas, sociales y feministas. Las redes no institucionales se han convertido en sostén de muchas mujeres luchadoras a lo largo y ancho de Latinoamérica. Son una estrategia para enfrentar las acciones u omisiones machistas del Estado después de sufrir una de las peores tragedias como son las muertes violentas de una hija y un nieto. El patriarcado no se detiene con los femicidios sino que continúa con la impunidad.
Amalia después de la fuga de Roberto Rejas, por las tardes, algunos días convoca a movilizarse en su barrio con antorchas para demostrar que está firme. En esas protestas poco comunes en las calles del barrio Lola Mora, exige la captura del condenado por los femicidios de Milagros Avellaneda y Benicio (su hijo).
Estas marchas comienzan en la esquina de su casa, por la calle Reyes Peñaloza. Las vecinas y vecinos se congregan en la puerta mientras desde un vehículo se escucha a todo volumen una versión de la “canción sin miedo”.
Los primeros fueguitos se encienden en el barrio
En la primera convocatoria decidieron que no iban a caminar hacia el microcentro de la capital tucumana, donde se asienta el poder tucumano: la Casa de Gobierno, la Legislatura o ribunales. Esos puntos ya los recorrieron durante un lustro. El destino, a dos días de la fuga de Rejas, fue la casa del femicida condenado, en el barrio próximo de San Cayetano, a unas 15 cuadras.
“No queremos agresiones. Nada contra los Rejas. Esta es una marcha pacífica para que sepan que seguimos de pie, que seguiremos hasta que sea capturado. Exigimos que detengan inmediatamente a sus hermanas y a su padre, porque esa es la única forma de que regrese de dondé está. Le pedimos a todas las autoridades y al gobierno provincial qué cumplan con todo lo prometido. Lo pide una madre desesperada que luchó por justicia durante 5 años” se escucha por los parlantes montados en una camioneta Fiorino la voz ronca y harta de Amalia que da inicio a la caminada.
El barrio Lola Mora (llamado así en honor a la reconocida artista plástica tucumana), está ubicado en el sur-este de la ciudad de San Miguel de Tucumán, cerca de uno de los accesos a la autopista. Es un barrio humilde, donde viven familias trabajadoras. En el Lola Mora todavía se hacen obras para la red de agua y cloacas, y no todas las calles están pavimentadas.
Esa noche, cuando apenas pasaron las 20, casi un centenar de personas de todas las edades llegaron a formar una ola de llamitas. Algunas personas llevaban antorchas hechas de botellas de plástico cortadas y velas blancas de cebo. Otras de latas con soporte de caña. Las adolescentes llevaban banderas con los rostros de Milagros y Benicio o carteles de cartón con la cara del prófugo. Había también niñas y niños que caminaban cerca de las personas adultas o se acompañaban entre ellos curioseando, casi jugando.
Eran tantos que cuando salieron del barrio rodearon toda la “rotonda del caballito”, como la llaman a la Plazoleta General Belgrano coronada por una estatua ecuestre. Una joven de unos 25 años iba con su bebé en brazos, rodeada por sus dos otros hijos y acompañada por una hermana. Tiene la misma edad que tenía Milagros el 28 octubre de 2016, la última vez que fue vista con vida. “Yo la conocía, era una persona muy buena. Vengo aquí porque no puedo imaginar el dolor como madre, yo no lo soportaría. Tiene que atrapar de nuevo al asesino”.
A unos 300 metros, Amaila usaba de nuevo el micrófono para contar que en ese preciso punto, en medio de la avenida Papa Francisco, Rejas declaró en el juicio oral que había dejado a Milagros y a Benicio. “Aquí me trajeron a hacer una inspección ocular” dice Amalia mientras señala un árbol. “Milagros no se puede haber bajado del auto con su hijo de 1 año y medio, cuando ya era casi la medianoche, lejos de su casa y de la casa de su amiga. Rejas mintió todo el tiempo, pero poco a poco se fueron cayendo todas sus mentiras. Por eso terminó condenado a perpetua”. a voz ronca de Amalia apenas se escucha.
Hay familias del barrio que apoyaban el paso de la marcha desde las puertas de sus casas. Agrupadas algunas aplaudían, otras miraban en silencio y hay quienes se animaban a gritar por justicia o aliento para Amalia.
Con estas protestas el mensaje intenta llegar a la familia del femicida de 36 años, a la Justicia tucumana que decidió alojarlo en la dependencia de Bomberos, y al Gobierno provincial que estaba a cargo de la custodia del preso. Amalia comenzó un segundo duelo con la confirmación de la sentencia que confirmó la muerte de su hija y nieto a pesar de que aún no se conoce donde están sus restos.
Las amigas de la lucha
Ana Reales, madre de Miguel Angel Reyes, víctima de gatillo fácil, no se despega del lado de Amalia. Las dos llevan estampadas las caras de sus familiares en camisetas blancas. Caminan juntas desde que se conocieron en la Comisión de Familiares de Víctimas de la Impunidad de Tucumán, un colectivo que se conformó desde el 2008, cuando ocurrió el femicidio de Paulina Lebbos. Son compañeras de lucha en la calle. Ana explica mientras caminamos que ésta es la única forma que encontraron para sobrevivir a la muerte de sus hijos.
También la acompañan desde distintas organizaciones sociales, políticas, del movimiento de mujeres y feministas. Natalia Gutierrez, militante de Política Obrera, aparece como una constante en la ruta crítica que atravesó. Ella suele llevar el micrófono o el megáfono, pero también está detrás del teléfono cada vez que pasa algo. Alejandra del Castillo es otra que por su acompañamiento tiene el grado de confianza con Amalia que le permite hacer uso de la palabra cuando ya no puede más por los nervios o el cansancio. No son las únicas que conforman el entramado de personas, organizaciones, colectivos que viene sosteniendo la lucha de la familia Ojeda. También la siguen, entre otras, MuMala, La casa de las Mujeres Norma Nasiff, el Frente Popular Darío Santillán.
La abogada
Otra que forma parte de los enlaces necesarios para concretar la condena a prisión perpetua para el femicida Roberto Rejas, es la abogada Silvia Furque. Si bien no estuvo desde que fueron los asesinatos de Milagros y Benicio, el 28 de octubre de 2016, por su trabajo y fuerza no ese corto tiempo no es notorio. “Mi familia es su familia y su familia es mi familia”. Amalia la siente parte de su entorno cercano después de pasar años batallando judicialmente codo a codo.
“Comencé en la causa porque me sentí identificada con la lucha de Amalia como madre. Pero también como mujer, con la lucha de Milagros para que su hijo sea reconocido y que pueda tener contacto con su padre. No se trataba de una cuestión económica ya que Milagros como empleada judicial cobraba más que él. Pero si era contra las creencias machistas de las mujeres se deben hacer cargo solas de todo”, recuerda Furque sobre como se inició en el proceso judicial que terminó con Rejas condenado y fugado. A la abogada de la querella le sorprendió que Rejas se haya escapado el 27 de septiembre antes de recibir los fundamentos de la sentencia. “Todavía podía apelar”.
La investigación sobre los hechos que concluyeron con el escape de Roberto Rejas están por un lado en la Sala Conclusional, a cargo de la jueza Stella Maris Arce, quién dictó la captura. Y por otro lado, las posibles acciones de agentes del Estado que favorecieron la evasión del detenido, están a cargo del titular de la Unidad Fiscal Graves Atentados contra las Persona, Pedro Gallo.
La pelota de la responsabilidad política se la tiran entre el gobierno de Osvaldo Jaldo y el Poder Judicial. El actual gobernador de la Provincia junto al cuestionado ministro de Seguridad, Claudio Maley recibieron a Amalia y a su abogada después de dos días de incomunicación sobre lo sucedido con el evadido. En esa audiencia le prometieron a la familia Avellaneda Ojeda que pondrían todos los recursos a disposición para recaptura al ex guardiacárcel. Valuaron en 2 millones la recompensa por datos certeros de su paradero. El jefe de bomberos, en un informe al tribunal, afirmó que sus instalaciones no contaban con las condiciones para la detención provisoria.
Por su parte, Sala 2 Conclusional, en sus fundamentos aclaró, con detalles de horarios, que la custodia de Rejas estaba a cargo de la División de Homicidio de la Policía de Tucumán, intentando dejar a la vista los recaudos que se tomaron en el preciso momento que se resolvió la detención y prisión preventiva de Rejas.
Actualmente, está detenida la actual pareja de Rejas, Patricia Goméz, sospechada de haber colaborado con su fuga. Además, allanaron el domicilio de la mujer en la ciudad de Monteros. Esta joven profesora de educación física acompañó el debate judicial y se conmocionó con el fallo condenatorio. Se allanaron más de 20 propiedades en San Miguel de Tucumán, San Andrés y Monteros, y se secuestraron más de 30 celulares. Se investiga a allegados, amigos sin obtener resultados hasta el momento. Además, el gobierno ofrece una recompensa de 2 millones de pesos sobre datos de su paradero.
Cuánta lucha cabe en un cuerpo
El lunes 27 de septiembre, se cumplieron cinco años y cinco días de lucha incansable. Amalia se levantó esa mañana sabiendo que el femicida de su hija y de su nieto ya estaba condenado y preso. Pero no se quedó en su casa, fue a acompañar en Tribunales Penales a otra familia que iba a escuchar la sentencia por el transfemicidio violento de su hija: Ayelén Gómez.
Salió sola caminando antes de las 9 de la mañana. En la esquina se detuvo porque se percató que no tenía su celular. Vió una moto grande que frenaba frente a ella, con dos personas arriba que llevaban casco en sus cabezas. La primera frase que escuchó fue confusa: ”Dejate de hinchar las pelotas vieja chota”. Pero la segunda fue contundente “Quedate callada o te hacemos mierda”. Esa amenaza la recuerda como el primer indicio de que Roberto Rejas estaba suelto.
Amalia recalca donde se presenta la oportunidad que no se enteró de la fuga por ninguna autoridad estatal. Fue una de sus compañeras de lucha quien le informó. “Me llamó por teléfono esa noche María Luna, me preguntó si estaba sentada y me dijo que en los medios de comunicación decían que Rejas se había escapado”. Maria es madre de Matias Juarez, un niño de 8 años víctima de mala praxis.
Esta mujer que dedica sus días a buscar justicia no deja de pensar en la necesidad de un lugar donde ir a llorar, en el peligro que implica la libertad de Rejas para ella, su familiares y para otras mujeres y niños. “Milagros y Benicio no sólo desaparecieron. La tierra no se abre y se traga a las personas. Yo soy la voz de Benicio, la voz de Milagros y las voces de todas a las que desaparecieron y seguimos buscando: Daiana Garnica, Mariana Gonzalez, Franco Nuñez, Beatriz Argañaraz, Rodrigo Ibarra”. Amalia repite ante cada entrevista que su lucha es para prevenir nuevos femicidios.
Hoy, Amalia espera que las promesas se cumplan. Acompañada por su familia, compañeras destaca el rol de la prensa y en especial de una periodista: Mariana Romero que se plantó a su lado el día de la condena. Pide a los medios que la sigan acompañando en esta nueva etapa de lucha no sólo por el peligro que corre ella misma sino por lo que implica para todas las tucumanas y tucumanos. Miguel Ángel Avellaneda, su esposo, pide ante las cámaras que el Gobierno provincial aumente la recompensa para encontrar datos certeros del paradero del femicida prófugo. “No puede ser que un simple guardiacárcel se burle de todo, de la justicia, del gobernador de todo Tucumán, a no ser que tenga la protección de alguien”.
Los números para aportar información respecto al paradero de Rejas son: 381 5901622 del Equipo Científico Fiscal del Ministerio Público Fiscal; 381 4426010 de la División Homicidios de la Policía de Tucumán; y 381 4388080, del Sistema Integrado de Emergencias del 911.