El 22 de noviembre pasado se suspendió la función de la obra cordobesa “La puta mejor embalsamada”, invitada especial a la 36º Fiesta Provincial del Teatro Tucumán 2021, unas pocas horas antes de llegar a la provincia. A partir de allí se desencadenó una seguidilla de sucesos y versiones enrarecidas y confusas que señalaron que la obra estaba sufriendo censura, violentando con este acto al grupo de teatro, a teatristas de Tucumán, al público y a la comunidad toda y ensombreciendo el espíritu de lo que debía ser una fiesta.
Comunicado de la Asamblea de Teatristas de Tucumán
La comunidad teatral reunida en asamblea los días 27 y 29 de noviembre decidió solicitar audiencia con los funcionarios de las instituciones responsables de la decisión: la Representación Provincial del Instituto Nacional del Teatro y el Ente Cultural de Tucumán.
El Consejo de Dirección del Instituto Nacional del Teatro se expresó sobre el tema en Acta N° 647 del 29/11, publicada en su página web.
La versión de los funcionarios en las reuniones que tuvimos sostiene que se recibieron amenazas y que se corría peligro, pero nada se dice sobre a quiénes se amenazó, cómo y quiénes realizaron dichas amenazas, tampoco se está investigando ni se denunciaron penalmente, hasta lo que sabemos, las supuestas amenazas referidas. El único documento que se hizo público es una nota presentada al Ente Cultural de Tucumán en la que les firmantes expresan sentirse agraviades por el nombre de la obra y por lo que consideran una ofensa a la figura de Eva Perón. Pero tenemos claro que una nota de repudio no es una amenaza, y que bajar una obra por portación de título ES CENSURA.
La censura artística en la provincia no es un hecho aislado, en septiembre pasado la exposición “Randa testigo” fue bajada del Museo Nacional de la Independencia – Casa Histórica de Tucumán, en un ambiente de violencia y confusión similares. ¿Les artistas en esta provincia estamos en peligro? ¿Las instituciones ocultan y sostienen de manera deliberada a quienes amenazan nuestras expresiones y nuestros cuerpos?
No podemos naturalizar la violencia, ni avalar sucesos autoritarios como éstos, cuyos objetivos parecen ser querer disciplinarnos y despolitizar a la fuerza el arte y la cultura. No basta para reparar el hecho la reprogramación de la obra como se prometió, mientras no se esclarezca, se investigue y se responsabilicen por lo sucedido. Tenemos la obligación de construir más y mejor democracia, sobre todo en momentos históricos como los presentes de avance conservador y de ultraderecha que ponen constantemente en peligro todos los derechos humanos. El camino sólo puede ser visibilización, concientización, participación y organización popular, en diálogo real y construcción colectiva con las instituciones que debieran representarnos. Pero ellas parecen estar empecinadas en alejarse de la comunidad y tomar decisiones en sus políticas públicas que asumen o permiten el avance de posiciones antidemocráticas.
Por ello, la comunidad teatral tucumana se constituye en asamblea permanente, y se declara en alerta y movilización. Repudiamos lo sucedido, exigimos se esclarezcan los hechos y expresamos enérgicamente NUNCA MÁS CENSURA.