Cecilia Ousset y su marido José Gigena se encuentran imputados por haberle practicado una Interrupción Legal del Embarazo (ILE) a “Lucía”, una niña de 11 años que fue violada por su abuelastro y quedó embarazada en febrero del año pasado.
En el marco de las charlas “HuéspedX30” a cargo de la Fundación Huesped, la médica Ousset relató el proceso personal y profesional que tuvo que atravesar por acceder al prácticarle la ILE a la niña de 11 años, víctima de un abuso sexual en el interior de Tucumán. Sin embargo, la profesional de la salud dice que “no se arrepiente” y que “lo volvería a hacer” porque su “religión no puede estar por encima de los derechos de las personas”.
La ginecóloga es objetora de conciencia pero en esa oportunidad tuvo que ser instrumentista de su marido “porque en Hospital todos se negaron a asistir a la niña”.
“Cuando ví a Lucía me recordó a mi hija” cuenta con lagrimas en los ojos la doctora.
Por último, Ousset se refirió al escarnio público que sufrió ella y su familia y al proceso penal que se vieron envueltos por “cumplir en su deber como médicos”.
El caso
Lucía tenía 11 años cuando la pareja de su abuela abusó sexualmente de ella. Producto de esa violación, la niña resultó embarazada y durante casi un mes debió sortear numerosos obstáculos y dilaciones por parte del Estado que buscó forzarla a parir. A casi un año del hecho, el acusado fue condenado en un juicio abreviado a 18 años de prisión por el delito de “abuso sexual doblemente agravado por el grave daño a la salud mental y física de la niña aprovechando la situación de convivencia.
La fiscal de homicidios, Adriana Giannoni, investigó a Ousset y a Gijena por “homicidio” por haberle practicado una ILE a la niña. El caso llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el Tribunal Superior de Justicia de Tucumán apartó a la fiscal de la causa pero aún no sobreseyó a lo médicos.
