El boliche República Cromañon, ubicado en el barrio porteño de Once, fue el escenario para la gran tragedia del rock argentino ocurrida el 30 de diciembre del 2004. Esa noche tocaba la ascendente banda de rock Callejeros, realizaba su tercer show en el fin de año más exitoso de la agrupación de Pato Fontanet.
Cerca de las 23hs, el recital de callejeros arrancó con “Distinto”, el primer corte del “Rocanroles Sin Destino”. En medio de la canción, la pirotecnia “tres tiros” explotó y un fogonazo iluminó el techo. “Chabán (empresario encargado del show) empezó a gritar ´son unos monos´ van a morir quemados como en Paraguay, como en el incendio del shopping de Paraguay” cuenta Alesia Gervasi, sobreviviente de la tragedia que en ese momento tenía 15 años, en diáogo con Filonews.
“El público también tiene responsabilidad” repetía el empresario Omar Chabán en los medios. El señalamiento de Chabán penetró en la discusión pública que empezó a cuestionar “la cultura del rock”. Los recitales posteriores empezaron a ser el foco y poco a poco se fue apagando la “tradición de la bengala” en los shows.
Cromañon estaba habilitado para poco más de 1.000 personas, pero para ese recital se habían dispuesto unas 3.500 entradas y en el local se calcula que habían 4.500 personas. La tragedia mostró la corrupción del Estado de la Ciudad de Buenos Aires en cuanto a la habilitación del los locales.
La investigación de la tragedia develó que los planos presentados no coincidían con el lugar, que los matafuegos estaban vencidos y que la salida de emergencia estaba cerrada con cadenas.
Los familiares de las víctimas y sobrevivientes apuntaron al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al Estado Nacional y algunos a los músicos que integraron Callejeros.
Los culpables
Por la causa de Cromañón ya no hay más detenidos. El primero de ellos fue Omar Chabán, el gerenciador de Cromañón fue condenado a 10 años y 9 meses de prisión. Murió en 2014. Luego Carlos Díaz, subjefe de la comisaría 7, acusado de recibir coimas, a 8 años.
En cuanto a Raúl Alcides Villarreal, colaborador de Chabán y a cargo de la seguridad de Cromañón, fue condenado a 6 años.
La entonces subsecretaria de Control Comunal porteña, Fabiana Fiszbin, y sus funcionaros Ana María Fernández y Gustavo Torres recibieron condenas a 3 años y 6 meses las dos primeras y 3 años y 9 meses el último. Rafael Levy, dueño del local donde se instaló Cromañón, fue condenado a 4 años y 6 meses.
La única consecuencia política fue para Anibal Ibarra, fue destituido como Jefe de Gobieno porteño por la tragedia.
En cuanto a las responsabilidades de la banda, Daniel Cardell, escenógrafo de Callejeros, fue condenado a 3 años. Los músicos fueron recuperando su libertad y hasta intervino la Corte Suprema de Justicia. El más conocido, Pato Fontanet fue condenado a siete años de prisión; seis para el baterista Eduardo Vázquez (detenido y condenado a prisión perpetua por el femicidio de Wanda Taddei); y cinco años para el resto de los integrantes de la banda: Christian Torrejón, Juan Carbone, Maximiliano Djerfy y Elio Delgado.
La tragedia de Cromañón tuvo cuatro juicios orales en donde fueron juzgadas 26 personas. El promedio de edad de los 194 fallecidos fue de 22 años, sobrevivieron 1432 personas y 17 de ellas se suicidaron marcados por el hecho.