LUZ, CÁMARA, FORMACIÓN: APRENDER CINE EN TUCUMÁN
La última semana fue especialmente intensa para la Escuela Universitaria de Cine, Video y Televisión (EUCVyTV) de la Universidad Nacional de Tucumán. Bajo el título “Producir, enseñar, aprender y exhibir cine”, ADIUNT organizó en el MUNT una jornada que reunió a docentes, estudiantes y público alrededor de un objetivo común: reflexionar sobre la enseñanza del cine en el ámbito académico y su vínculo con la creación artística.
Durante el encuentro se proyectaron materiales que abarcan más de dos décadas de historia de la escuela, desde “Ruido marrón” (2006) hasta “Abierto 24 horas” (2024). La selección incluyó cortos de distintas generaciones, como “Sin dirección”, “La escondida”, “Debajo de la cama”, “Cañaveral”, “Metamorfosis” y el reciente “Sobre el trabajo integrador”.
El jueves, en el Espacio INCAA, se estrenaron los cortos 2025:
- “Onirismo azul”, sobre un escritor perseguido por un fantasma que revela un crimen.
- “Lo que dejamos atrás”, un viaje entre padre e hijo que destapa secretos familiares.
- “¿Y qué tiene?”, una historia entre lo ritual y el deseo en torno a una curandera.
El viernes fue el turno de los trabajos de estudiantes de segundo año, microrrelatos que exploran conflictos íntimos: “Ruega por nosotras”, “Entre fuego y luna”, “Norma”, “Baile inolvidable” y “Minuto 38”. Las funciones a sala llena confirmaron el interés de la comunidad.
El ejercicio integrador: aprender haciendo
La mayoría de estas obras surge del Ejercicio Integrador, columna vertebral de la formación práctica en la escuela. En él convergen las cátedras de Guión, Producción, Fotografía, Montaje y Sonido, con el acompañamiento de estudiantes avanzados.
La docente Alejandra Guzzo recuerda que este esquema se inició en 2007 para garantizar el aprendizaje del lenguaje cinematográfico “como quien aprende sus primeras letras”. La propuesta —dice— permite que los estudiantes vivan la experiencia fundamental: descubrir que el cine es un trabajo colectivo.
Para Amadeo Pellegrino, docente de Fotografía, el valor principal del integrador es la convivencia entre áreas: “Es tomar decisiones en conjunto, poner en juego criterios y aprender a definir los roles dentro de un equipo”. Aunque los estudiantes lo transitan con ansiedad, es allí donde se forman en la práctica real del oficio.
En Montaje, cuenta Juan Mascaró, el integrador es la instancia que realmente estimula la resolución de problemas, la negociación y la creatividad aplicada. Cita a John Dewey para describir este enfoque pedagógico: se aprende actuando sobre la realidad, y el conocimiento surge de la experiencia concreta.
Cómo se estructuró la carrera
La EUCVyTV nació a principios de los 2000. Primero como tecnicatura y, desde 2012, también como licenciatura. Su diseño combina dos modelos: la formación integral (como la FUC) y la formación por oficios (como la ENERC).
En primer año, los estudiantes comparten materias generales. A partir de segundo, eligen una o más orientaciones —producción, guión, fotografía, montaje o sonido— dentro de la Tecnicatura en Medios Audiovisuales. Esa base les permite, más adelante, ingresar a la licenciatura con una mirada amplia del cine y un oficio específico.

Guzzo sintetiza esta complejidad: “El cine es técnico, industrial, artístico y teórico a la vez. No se puede enseñar sin haber hecho”.
¿Cambian los lenguajes audiovisuales?
Las transformaciones del sector audiovisual atraviesan inevitablemente la formación. Pellegrino considera que el lenguaje cinematográfico no ha cambiado en esencia, aunque sí las plataformas de exhibición. “Los planos siguen diciendo lo mismo; lo que cambió es cómo circulan las imágenes”.
Guzzo observa que el núcleo del cine permanece, pero la producción se adapta constantemente. Y subraya un punto crucial: las carreras deben privilegiar todo aquello que motive a producir. “Si en cinco años te recibís de cineasta, la carrera necesita impulsarte a filmar, no frenarte”.
Para Mascaró, la escuela enfrenta un desafío generacional: hoy los intereses de los estudiantes son más diversos y no se limitan al cine tradicional. Por eso, afirma, se necesita un debate profundo y un plan de estudios actualizado que fortalezca los espacios donde teoría y práctica se entrelazan.
El ajuste presupuestario y sus efectos
El presupuesto universitario 2025 —apenas un 1 % por encima del de 2024— impacta en todo el sistema y la EUCVyTV no es la excepción. Con una inflación superior al 220 %, la caída real del financiamiento golpea especialmente en el acceso a equipamiento, recurso indispensable para la formación.
“Afecta como a todas las universidades: limita la posibilidad de que personas sin otros medios puedan formarse”, señala Pellegrino. Guzzo agrega que la producción audiovisual depende críticamente de la tecnología, por lo que el recorte dificulta crecer y sostener procesos.
¿Existe un boom del cine tucumano?
Los docentes coinciden en que sí, y que la escuela es parte fundamental de este fenómeno. Para Pellegrino, el crecimiento está ligado al cambio tecnológico, las políticas públicas y la consolidación de generaciones de realizadores locales. La escuela —dice— aporta ese “suelo” sobre el cual las nuevas voces pueden jugar y crear.
Guzzo suma que los egresados organizados, la lucha por una ley de fomento y las primeras producciones profesionales nacidas dentro de la escuela muestran un proceso real. Como productora, acompañó proyectos como Yakumán y Mamá Monstruo, ambos dirigidos por jóvenes formados en la EUCVyTV.
“El boom tiene algo de mito, pero también de verdad”, sostiene. “Nuestra tarea es sostener la motivación, actualizar el plan de estudios y formar cineastas que puedan filmar desde Tucumán”




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