Con el eje puesto en la sororidad, se llevó a cabo el encuentro anual de las cocinas comunitarias. Participaron más de 90 de toda la provincia.
Durante toda la tarde del viernes, se realizó una jornada entre las cocinas comunitarias de toda la provincia, con el fin de lograr el encuentro entre quienes participan, para fortalecer los vínculos, compartir herramientas y experiencias.
El objetivo de este encuentro fue reflexionar sobre la sororidad, desde una perspectiva de género y recreativa.
¿Qué son las cocinas comunitarias?
Son grupos de mujeres que en su mayoría, a partir de la necesidad alimentaria, trabajan de manera organizada, preparando la comida para sus familiares con la consigna “volver a comer en casa”. Tienen acuerdos de convivencia, los cuales se visibilizan en actas. Allí se plasman distribución de tareas, horarios para cocinar, entre otros detalles.
¿Qué hacen?
Se reúnen todos los días para planificar el menú, hacer las compras, cocinar y organizar la distribución de los alimentos para cada familia. Varios grupos desarrollaron otras acciones, como emprendimientos productivos, huertas comunitarias, talleres y articulación con otros sectores de la comunidad.
¿Cómo lo hacen?
El Ministerio de Desarrollo Social otorga un subsidio (económico o mercadería) y cada familia realiza un aporte definido por el propio grupo para la compra de los alimentos frescos necesarios. Pero primero deben constituirse y reunirse entre diez y veinte familias para realizar una nota. Ese escrito debe estar dirigido a la Dirección de Políticas Alimentarias, con el nombre de la cocina, la localidad, un pedido, la justificación y la firma de los integrantes.
¿Quiénes las promueven?
La secretaría de Articulación Territorial y Desarrollo Local, a través de la Dirección de Políticas Alimentarias, se encarga de la coordinación técnica y metodológica del programa.
¿Cuántas son?
Actualmente son alrededor de 90 las cocinas comunitarias en toda la provincia. Y están distribuidas en Trancas, Tafí Viejo, Monteros, Lules, Famaillá, Chicligasta, Río Chico, Alberdi, La Cocha, Burruyacu, Yerba Buena, Alderetes, Cruz Alta, Leales, Graneros y San Miguel de Tucumán.
¿Por qué se crearon?
Para construir en las comunidades redes familiares y sociales que potencien en los grupos su capacidad autogestiva desde una economía social, con una mirada activa ante las necesidades, favoreciendo una alimentación saludable.