En los últimos tiempos, y con el avance de los discursos de odio, se han multiplicado los hechos de violencia y las expresiones discriminatorias contra el colectivo LGBTIQ+.
Este fin de semana un episodio de violencia sacudió a la provincia de Jujuy, cuando un hombre armado intentó ingresar al boliche Babylon, profiriendo amenazas e insultos homodiantes contra los asistentes. El hecho, que podría haber terminado en una tragedia, fue impedido por efectivos policiales que detuvieron al agresor y a su pareja. Según los medios locales, el sujeto de unos 40 años, pertenecería a las fuerzas de seguridad, se encuentra a disposición de la justicia.
Organizaciones LGBTIQ+ de Jujuy expresaron su repudio ante el posible atentado, y llamaron a movilizar. Mientras tanto desde las redes sociales del boliche, ubicado en el Mirador Alto La Viña, publicaron un comunicado manifestando su preocupación por el hecho.
¿Qué pasa en Tucumán?
En las últimas semanas se han incrementado los ataques y los robos a la salida de uno de los boliches locales que pertenecen a la comunidad LGBTIQ+. Es común que hasta los mismos cuidacoches advierten sobre la peligrosidad de la zona. Sin embargo, no podemos decir que se trate sólo de hechos de inseguridad, porque la mayoría de las víctimas son personas LGBTIQ+ que asisten al local bailable. Cada fin de semana, se suman denuncias de ataques en grupo y robo de celulares.
En un año electoral, la presencia policial abunda en todas las esquinas de la ciudad, no resulta por lo menos sospechoso que existan zonas donde ocurren estos ataques con frecuencia y casualmente no haya guardia urbana. Sabemos de las tensiones que existen entre la Policía y nuestro colectivo, y que su presencia no garantiza nuestra seguridad. Sin embargo, ante estos hechos hay un total abandono y desinterés.
¿Qué hacemos con la violencia?
Los hechos de violencia contra el colectivo LGBTIQ+ no tienen mucha cobertura o visibilidad en la prensa y este caso no es la excepción. Al cierre de esta edición, solamente tres medios digitales habían levantado la noticia de Jujuy. Por lo general, se suelen mencionar como hechos aislados, cuando en realidad no lo son. Debemos mirar en perspectiva que las expresiones de odio y las manifestaciones antiderechos han crecido en los últimos años a través de las redes sociales.
El avance de sectores de derecha y su exaltación mediática son indicadores de que este fenómeno no se va a detener por sí solo.
Ante esto resulta necesario pensar de qué manera podemos combatir la violencia contra nuestro colectivo. Debemos estar en estado de alerta, y generar redes de contención y acompañamiento para que los ataques de odio no pasen desapercibidos o disimulados como un hecho más de inseguridad.
