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Organizaciones e independientes de Tucumán realizarán una movilización en repudio al fallo que condenó a un año de prisión en suspenso a Mariana Gómez, la joven lesbiana detenida por besar a su esposa en la estación de trenes de Constitución.
Durante la mañana del viernes 5 de julio, organizaciones sociales, políticas, trans-feministas, de lesbianes, gays, maricas, trans, no binaries agrupados e independientes se concentrarán desde las 9 de la mañana hasta las 12.30, en las puertas de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, 25 de mayo entre Santiago y San Juan, para llevar a cabo una jornada de visibilización y repudio al fallo que el pasado 28 de junio condenó a un año de prisión en suspenso a Mariana Gómez, la joven lesbiana detenida por besar a su esposa en la estación de trenes de Constitución .
La jornada se hará en coincidencia con la lectura de los fundamentos del fallo y luego, a las 12.30, se realizará una marcha hasta Plaza Independencia bajo la consigna “Nuestros besos no son delito”.
El caso
Mientras en el resto del mundo se conmemoraban los 50 años de Stonewall, en la Argentina, en la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 26, la jueza Marta Aurora Yungano condenaba a Mariana “a un año de prisión en suspenso y al pago de las costas del proceso por el delito de resistencia a la autoridad en concurso con lesiones leves agravadas, por tratarse de miembros de las fuerzas de seguridad pública”.
Gómez no irá a la cárcel, pero sí deberá cumplir con ciertos requisitos que dictamine la Justicia.
Lisandro Teszkiewicz, el abogado defensor, adelantó al salir del juicio que presentarán una apelación ante la Cámara de Casación Penal. “Toda la prueba que se vio a lo largo del juicio, los videos, los testimonios y las pericias, demostraron que Mariana fue víctima de una agresión policial y no cometió ningún delito”, explicó a Cosecha Roja.
Según el Código Penal de la Nación el delito de lesiones leves es un delito de instancia privada y requiere el impulso de la persona damnicada. La policía Karen Villareal, supuesta víctima del ataque, nunca impulsó la acción. Aún así, la jueza Yungano resolvió condenar a Mariana por lesiones leves. “Eso demuestra que la sentencia no solo es arbitraria, también es ilegal”, dijo Teszkiewicz.
Los hechos
Los hechos sucedieron el 2 de octubre de 2017 cuando Mariana acompañaba a su esposa, Rocío Girat, a su trabajo y se detuvieron en el domo vidriado de Plaza Constitución. Estuvieron allí más de una hora, según relataron durante el juicio. Rocío lloraba porque se acercaba la fecha del juicio contra su progenitor –que la abusó sexualmente durante toda la adolescencia- y tenía que presentarse a declarar. Mariana la abrazaba, intentaba contenerla.
Ambas habían notado que eran observadas durante todo el tiempo que estuvieron allí por un empleado de Metrovías, José María Pérez, quien luego se acercó a pedirle a Mariana que apague el cigarrillo, y como Mariana no acata la orden, llamó a un policía.
El policía Jonatan Maximiliano Rojo se acercó y le dijo a Mariana «che pibe, apagá el cigarrillo». En su declaración ante la jueza, Mariana aseguró que ella intentó irse del lugar, pero que Rojo «me ponía la mano en el pecho y me decía ‘quedate acá que vas a ser detenido‘» y comenzó un forcejeo entre ambos. Rojo llamó a su compañera Karen Villarreal, y, en medio del forcejeo Rojo tiró al piso a Mariana, quien se agarró del pelo a Villarreal para no caer y, en el proceso, le arrancó un mechón. Los dos agentes la redujeron, la esposaron y la trasladaron a la estación policial que está en la estación Boedo donde estuvo 7 horas detenida.
En el juicio, la fiscal Diana Goral pidió 2 años de prisión por el «delito de resistencia a la autoridad en concurso real con el de lesiones graves», e hizo hincapié en que “la lesión a Villarreal, por ser mujer, debe ser valorada más gravemente que en un hombre. Al ser mujeres sabemos lo que cuesta que nuestro cabello crezca y que la lesión sea en un lugar visible”.
En el 2012 Mariana había denunciado a dos personas por haber abusado sexualmente de ella durante 16 años. Un desacato a la autoridad llegó más rápido a juicio.
En 2014, Rocío relató el calvario al que fue sometida por su padre, un ex suboficial de la Armada, quien la violó cuando aún era una adolescente. Tras una larga lucha, el hombre fue condenado en Mar del Plata a 14 años de cárcel, aunque resultó beneficiado con prisión domiciliaria. En su momento la joven denunció que la propia fuerza había encubierto al abusador.
Ninguna agresión sin respuesta
Ante esta situación, “la comunidad LGBTIQ se encuentra en estado de alerta ante estos atropellos jurídicos, ya que la sentencia sienta un peligroso precedente, legitimando a las fuerzas represivas para aplicar la mirada discriminadora históricamente arraigada en la institución policial, con la finalidad de disciplinar y criminalizar a las lesbianas“, sostuvieron organizaciones tucumanas en un comunicado.
“Que una contravención tan leve llegue a un juicio de tal envergadura, hasta el punto de que la fiscal pida 2 años de condena, sólo muestra que el sistema judicial es una herramienta más del patriarcado para aleccionar a lxs cuerpos disidentes“, cuestionaron.
Durante la jornada de mañana habrá radio abierta, talleres, fútbol y música, en consonancia con diferentes puntos del país, donde también se realizarán acciones de visibilización.
Foto de portada: Mariana Leder Kremer/LegüeraProduAcciones