María Cristina Gómez enseña historia, formación ética y ciudadana y sociología en la ciudad de Rosario. Por sus innovaciones en contextos desfavorables, fue una de las argentinas seleccionadas entre las más de 10 mil personas que se postularon para el Global Teacher Prize.
Durante la tarde del pasado 13 de diciembre, a María Cristina Gómez le notificaron que fue seleccionada entre más de 10 mil postulantes para competir por el Global Teacher Prize, el “premio Nobel de la educación”. Había salido de trabajar y estaba en un supermercado, en “la vorágine de las compras”, cuando la llamaron desde la Fundación Varkey para informarle la novedad.
Casada y con tres hijos -la menor tiene apenas meses de vida-, es docente de Historia, Formación Etica y Ciudadana y Sociología. Estudió hasta finalizar el secundario en Rosario. Luego se recibió en la Universidad Católica Argentina (UCA). Vivió nueve años en España. Y desde hace siete está nuevamente radicada en la ciudad santafesina. Dicta clases en el instituto Santa Margarita N° 8185 y la Escuela N°572 El Ceibo.
“Es un reconocimiento a la carrera, a lo que venimos haciendo hace tiempo”, sostuvo la docente a este medio, subrayando la clave de su nominación: trabajar en contextos desfavorables implementando desarrollando proyectos y programas educativos innovadores en pos de quebrar el fracaso escolar.
Excepto en el inicial, Gómez enseñó en todos los niveles. Hoy está al frente de aulas de adolescentes de barrios vulnerables del cordón industrial de Rosario. Se desempeña en zonas donde, por ejemplo, prevalece la guerra entre pandillas ligadas al narcotráfico.
Como en las escuelas parroquiales en las que imparte conocimientos no abundan los recursos didácticos, proyectó entonces incorporar paulatinamente contenidos a través de la tecnología, permitiendo el uso de los teléfonos celulares como recurso.
Los avances tardaron en llegar porque recién este año las escuelas cuentan con internet, pero el interés creció rápidamente a partir de la creación del blog Profe Cristina, una herramienta de trabajo que agilizó sus clases y puso a disposición material educativo adicional.
En el sitio web “hay videos, películas, análisis y contenido audiovisual” que forman parte central de tareas que más tarde los alumnos retoman en clase, apuntalando lo visto y estudiado con bibliografía. “Eso va generando un aprendizaje diferente. Es lo que llamamos ‘aula invertida’. La idea surgió al advertir las dificultades que en la comprensión de texto”, explicó Gómez.
Desde este año también emplea aplicaciones de juegos como Kahoot, con contenidos que produce ella misma para sus distintas materias de enseñanza. Son “ejercicios de historias, matemática, de ciencias” que se practican en “una especie de Preguntados (el juego de preguntas y respuestas)”, con imágenes y sonidos. La modalidad, consideró la docente, invita a “solucionar el tema de celulares en clase, que ha sido un tema tan disruptivo y ha generado mucha controversia”.
Además de su labor educativa, la profesora participa en otras iniciativas con la Asociación Conciencia Rosario, organización a la cual llevó el Modelo de Naciones Unidas que dirigió en Buenos Aires 20 años atrás. En su currículum también figura la colaboración con educadores del grupo Mundo de la Educación para promover programas de Educación por la Paz.
Gómez también trabaja con la Fundación Fonbec (Fondo de Becas para Estudiantes) que otorga becas para primaria y secundaria, y con el Programa Escalar, que se ocupa de transición de los estudiantes entre la universidad y el mundo del trabajo.
“Procuramos que los alumnos lleguen a la meta. Y la meta es llegar al final de la secundaria, seguir en la universidad y alcanzar un trabajo acorde a su preparación. Ese es el hilo conductor de lo que hago”, comentó.
Los esquemas de trabajos ya comenzaron a dar frutos. “Es lo que veo en resultados en chicos que empezaron hace seis o siete años con este planteo pedagógico y ahora están terminando su carrera o trabajando en su profesión. Esa es la mayor satisfacción para mí. Pensar en abrirles las puertas de otro mundo, de conocimientos, de superación”, expresó orgullosa.
Al margen de sus actividades y analizando el sistema educativo actual, Gómez consideró que debe cambiar radicalmente. “Tenemos una estructura burocrática que ya no sirve. Es importante apostar a la capacitación docente en cuanto a la profesionalización. Y generar otra mentalidad muy distinta a la que se percibe en estos momentos. Hay muchos docentes capacitados y están sin trabajo”. También subrayó la importancia de la tecnología, que “llegó para quedarse” de manera que “se incorpore como algo natural y cotidiano”.
“Nunca hay que dejar de prepararse, de capacitarse, de seguir estudiando”, piensa Gómez. Así lo hace desde que empezó a desempeñarse como docente en 1985, siendo maestra de grado en la escuela San Casimiro, en el inicio de una carrera que en la actualidad la llevó a estar entre los 50 mejores docentes del mundo.
(Fuente: Infobae, por Walter Darío Vazquez)