Denunciaron en Burruyacu a Eliseo Víctor Amaya por violar a la nieta de su pareja, una niña de 11 años que transita un embarazo de 4 meses. Soledad Bazán, la madre de la menor, lo denunció en la Unidad Regional Este y está detenido.
Una niña de 11 años del departamento de Burruyacu, al noreste de Tucumán, fue violada por el novio de su abuela, pero el hecho no se supo hasta que la madre de la menor, Soledad Bazán, la llevara al Caps 7 de Abril y una profesional de la salud le diera la noticia de que la niña cursa el cuarto mes de embarazo.
De acuerdo a la información habilitada por el medio tucumano Los primeros, por disposición del Juzgado de Familia, la menor quedó al cuidado de su abuela materna hace seis años, quien convive con su pareja, el señor Eliseo Víctor Amaya, de 65 años de edad y empleado público de la comuna de 7 de Abril.
Por disposición de la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Integridad Sexual, el violador está detenido.
Niñas no madres, “políticas públicas con mayúsculas”
Una prueba más de que las violaciones a menores, generalmente intrafamiliares, son una realidad que empieza a hacerse pública, pero que el Estado -en todas sus juridiscciones- desatiende. Las organizaciones feministas son las que exigen y se movilizan para que el Estado se responsabilice de los derechos y la salud reproductiva de las mujeres y personas gestantes.
La noticia de esta violación se vuelve más notable después de contemplar que en menos de una semana, por un lado, miles de voces a lo largo y ancho del país y todas las organizaciones feministas, repudiaran la nota editorial titulada Niñas madres con mayúsculas del diario La Nación (publicada el viernes 1 de febrero), que glorificó el embarazo infantil bajo argumentos que violan los derechos de las niñas y, por otro, el pañuelazo realizado el mismo día en distintos puntos del país, organizado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, exigiendo la remoción del ministro de salud de Jujuy, por no aplicar el Protocolo de Aborto No Punible a una niña de 12 años que ingresó con un embarazo producto de una violación y que no sólo expresó su deseo de interrumpirlo sino que, además, le practicaron una cesárea.
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Ilustraciones de Papirusa Bagarta