Tucumán tiene marcas indelebles de injusticias e impunidad. De dolores y tragedias, de crímenes organizados y complicidad estatal. Son heridas latentes, presentes que, cada cierto tiempo, resurgen para recordarnos nuestra historia.
Hace más de 21 años, Marita Verón fue secuestrada para ser explotada sexualmente en una compleja red de trata de personas. Este caso trascendió las fronteras mediáticas de una provincia y conmovió a todo un país, dejando al descubierto una realidad que estaba silenciada: a las mujeres en el norte las secuestraban, las desaparecían, para explotarlas sexualmente, torturarlas y borrarles su identidad.
Pasaron dos juicios, absoluciones, destituciones a jueces, condenas, sanciones de leyes, se desmantelaron wiskerías, se rescataron víctimas de trata, pero nunca se supo qué pasó con Marita. Hasta hace poco más de un mes, cuando falleció Rubén la Chancha Ale y el pacto de silencio comenzó a resquebrajarse.
La Chancha era el líder del Clan Ale. Murió el 22 de junio de este año cumpliendo una condena de 10 años de cárcel por el delito de “lavado de dinero proveniente de la usura, la extorsión, la explotación económica del ejercicio de la prostitución y el comercio de estupefacientes, y por asociación ilícita en carácter de jefe”.
El Clan Ale fue señalado por Susana Trimarco, la madre de Marita, como responsable del secuestro de su hija. De hecho, logró llevarlos a juicio, donde fueron absueltos todos ellos en el año 2013, en una sentencia vergonzosa.
“Esta lucha ha sido muy despareja”, señaló esta mañana Trimarco en una conferencia de prensa luego de que trascendiera información nueva sobre la investigación que lleva adelante la Justicia Federal. “Estas mafias organizadas y perversas destruyen familias enteras. No vamos a parar hasta que uno por uno pague por lo que hicieron con mi hija. Están todos ensamblados entre sí”, aseguró la mujer. En la conferencia, la acompañaban los abogados Carlos Garmendia y José D’Antona.
“Hace un tiempo atrás vino a la Fundación una persona a traer información de que en determinadas circunstancias, en conflicto gremial, se manifestaba que existía una carpeta con documentación que acreditaba que Marita había sido muerta, con fotografías, y esa carpeta se la utilizaba para extorsionar en el ámbito de cuestiones gremiales”, aseguró Trimarco. Esa carpeta sería la prueba de que Marita, con o sin vida, estuvo en el Hospital Luz Médica, de propiedad del Gremio Luz y Fuerza.
Ante esta nueva información, desde la Fundación María de los Ángeles realizaron la denuncia en la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) y se judicializó ante la Fiscalía Federal de Tucumán, a cargo de Juan Agustín Chit.
“Si está muerta, quiero los huesos de ella para que tenga Justicia mi hija y su familia, su hija, yo como mamá y su hermano. Quiero que tengamos un lugar para ponerle una flor”, dijo Trimarco.
“Lo que hay hasta ahora, nos permite sostener que esa carpeta sí existe”, aseguró D´antona. “Hay testigos que han tenido la voluntad suficiente para poder contar cosas que han servido para avanzar con la investigación. Toda persona que tenga información de lo que ha sucedido con Marita lo vamos a recibir y vamos a desplegar todas herramientas judiciales para garantizar su seguridad”.
“Tienen que saber, no le tengo miedo ni al diablo”. Durante estos 21 años, Susana se transformó en una referente en la lucha contra la trata de personas con fines de explotación sexual, enfrentándose a grandes mafias, recorriendo el país en la búsqueda de su hija.
Según el relato que surgió en la conferencia, la disputa se habría dado porque Ale se quería apoderar del gremio. “Ahí aparece la carpeta con el cuerpo de mi hija muerta. Me lo dijo a mí la persona que declaró. Agradezco que haya tenido la valentía para hablar y decir la verdad. Yo lo digo por que soy la mamá, y por que, si es cierto, me mataron a mi hija y no les tengo miedo. Voy a seguir hasta el final, sea quien sea”, aseguró.
También se mencionó a Julio Luna, dirigente del gremio Luz y Fuerza, quien falleció por COVID-19 en diciembre de 2020. Se dijo que era muy amigo de la Chancha Ale, de cuando este era dirigente del club San Martín, y habría estado implicado en el encubrimiento.
Luz Médica sería solo un eslabón más de la trama. Hay otros lugares implicados donde podría haber estado Marita, según la investigación. “Van a haber muchas imputaciones, de gente que en teoría se creía intocable”, dijo Trimarco. “Me ha afectado mucho porque son conocidos míos. La próxima vez que nos reunamos les voy a contar. Uno no tiene que confiar en nadie.“