Se cumplen cuatro años de la desaparición de Milagros Avellaneda y su hijo Benicio Coronel. Amalia Ojeda, madre y abuela, lucha incansablemente para encontrar justicia. “Necesitamos saber la verdad. No podemos vivir toda una vida en la oscuridad“.
Roberto Carlos Rejas es el principal sospechoso de la ausencia, quien estuvo dos años con prisión preventiva, pero los extensos plazos de la justicia tucumana dejaron lo dejaron en libertad. Está imputado por homicidio agravado por alevosía (en el caso del niño) y por homicidio agravado por el vinculo, privación ilegítima de la libertad y violencia de género (por Milagros).
Mañana, concentrarán en Tribunales penales para exigir fecha de juicio oral y celeridad en la Justicia que lleva cuatro años de retrasos y demoras. “Queremos ver al imputado en el banquillo del acusado”, expresa Amalia.
Milagros tenía otro hijo, Alvaro. El mes que viene cumple 11 años. Para Amalia, es su pilar y quien le da fuerzas para seguir. “Pregunta por su mamá, por su hermano. ¿Qué le puedo decir? Es el motor de todos los días para poder continuar en esta larga historia, tan triste y dolorosa”.
El último dato que se tuvo de la joven y su hijo fue el 28 de octubre del 2016, cuando estuvieron con el perito criminalístico y guardicárcel de la Policía Rejas a quien Milagros le reclamaba la paternidad del niño. Esa noche, Milagros envío mensajes de audio a su amiga avisando que le había pegado.
Las pruebas de instrucción de la causa establecieron que esa medianoche los celulares de Milagros y de Rejas se apagaron al mismo tiempo y en el mismo lugar; el parque 9 de Julio. El de él volvió a encenderse siete horas más tarde en su casa y el de ella nunca más.
Como sucedió en el reciente caso de la desaparición de Abigail Riquel, la nena de 9 años que fue abusada sexualmente y asesinada, en torno a la desaparición de Milagros y Benicio hay todo un entramado de impunidad. En la Comisaría 11 se negaron a tomar la denuncia en las primeras horas. Los policías de guardia intentaron convencerla de que se había ido sola, que era grande, que esperara unos días.
Recién el 1° de noviembre pudo radicar la denuncia. Rejas negó conocer a la joven. Ese mismo día, según el expediente que investigó la desaparición de Milagros y de su bebé, Roberto Rejas hizo una búsqueda en Google: “Descomposición rápida de cadáver”.
El 4 de noviembre, tres días después de la denuncia de Amalia en la Comisaría 11ª y un día antes de que lo detuvieran, Rejas llevó a lavar su Gol Trend y no fue una limpieza común. Se usaron ácidos, clarificantes y se aseó el auto al vapor.
La complicidad y el ocultamiento de pruebas se dieron durante todo el proceso penal. Hay pocas pistas sobre donde está Milagros y Benicio, pero las pruebas contra Rejas son contundentes.
Amalia espera que el juicio oral le brinde respuestas y que se rompa el pacto de silencio. Sobre la familia de Rejas, se pregunta “Esa madre, esa hermana ¿no tiene niños? ¿Por qué no hablaron? Les pido que rompan ese pacto de silencio que hicieron y digan qué pasó con Milagros y con Benicio.”