El seleccionado argentino de fútbol presentó esta semana la camiseta alternativa de color violeta para el Mundial Qatar 2022, un diseño que, según sus creadores fue inspirado en “la igualdad de género, la diversidad y la inclusión”. Sin embargo, la Asociación de Futbol Argentina tiene en su haber varias demandas por parte de mujeres y el colectivo LGTBIQ+ que decide ignorar. Sin politicas de género no hay camiseta que se la banque.
En primer lugar la AFA tiene una deuda de más de 50 años con las jugadoras de futbol femenino. Reci´én en 2019 se profesionalizó a las jugadoras tras una larga lucha por parte de las deportista. Es oportuno aclarar que el sueldo de una futbolista de primera división no alcanza para cubrir la canasta básica.
En otro punto de contradicción a la camiseta violeta que promueve la igualdad existen varios jugandores varones de la Liga Profesional de Futbol con múltiples denuncias por violencia machista y que siguen desempeñandose cómo “idolos” en sus equipos. Tal es el caso de Sebastían Villa en Boca, que tiene una causa en su contra por abuso sexual.
Además en la Selección de Futbol Masculino también hay deudores alimentarios y la AFA no ha tomado ninguna posición al respecto.
A escalas menores, pero no menos importantes, tanto jugadoras como arbitras de futbol local enfrentan violencias en las canchas, vestuarios y espacios de sus clubes. Acá podemos mencionar la reciente agresión a una arbitro de Tres Arroyos (Buenos Aires) o el abuso sexual a una jugadora del Club Central Norte Tucumán por parte del tecnico del equipo.
En terminos del producto también existen discrepancias porque la nueva camiseta fue diseñada solo para los jugadores suplentes varones ya que en el sitio oficial donde se comercializan, todavía no se encuentra disponible la versión femenina de la camiseta suplente.
La camiseta violeta de AFA es una tipica practica de “GenderWashing”, o sea una estrategia de publicidad que pretende sumarse a la causa feminista y no arbitrar los medios para crear espacios libres de violencia. Como si con una camiseta violeta se pueda borrar el acoso, abusos y sexismos que prevalecen en el mundo del fútbol y que el Mundial se juega en un país como Qatar donde los derechos humanos y de género son inexistentes.
Varias organizaciones ya salieron a señalar este intento de “lavado de cara” de AFA. Amnisti a Argentina sostuvo en Twitter que antes de una camiseta violeta es necesaria “la incorporación transversal de la perspectiva de género en el ámbito deportivo a fin de erradicar las violencias y la discriminación hacia las mujeres, niñas y personas LGBTI+”.
“La igualdad no es una utopía ni en la cancha, ni en ningún otro lugar, pero se consigue con políticas, acciones y compromisos concretos, no con purplewashing ni sportwashing”, afirman.
Por otro lado Publicitarias.Org observó con detalles la campaña de AFA para lanzar estas camiseta y señal´ó que dichas piezas siguen reproduciendo estereotipos de género. “Cuando no hay coherencia entre la propuesta y las acciones y representaciones, se hace evidente el oportunismo”, esgrimen.
“Para que realmente la AFA y los torneos sean inclusivos, deberían complementar esta camiseta con equiparar los salarios de las jugadoras, la posibilidad de que tengan un contrato con su club y tener una política clara respecto a las denuncias por violencia de género”, finalizan.
Lo violeta no quita lo machirulo.
